EEUU vuelve a la cacería de Irak

Resumen Latinoamericano/Leandro Albani/Marcha – Irak nuevamente se desangra. Y una pregunta sobrevuela el actual conflicto: ¿por qué Estados Unidos decidió los bombardeos sobre las posiciones del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), -y rechaza públicamente su accionar terrorista-, cuando en Siria esa misma organización, junto al Frente Al Nusra, desde hace más de tres años es responsable de masacres y atentados?

Es un interrogante extenso que tiene una simple respuesta: el objetivo de Estados Unidos  en Siria es derrocar al presidente Bashar Al Assad, mientras que en Irak las autoridades de Washington buscan, de forma desesperada, sostener un gobierno que permita una mínima estabilidad para que los negocios petroleros sigan funcionando y ese territorio, invadido por las tropas estadounidenses en 2003 se mantenga como aliado incondicional de la Casa Blanca.

La necesidad de una estabilidad en Irak bajo control de Estados Unidos quedó demostrada en los últimos días. Luego de que se efectuaran elecciones en tierras iraquíes, una disputa interna enfrentó al primer ministro saliente, Nuri Al Maliki, con el presidente entrante, Faud Masum. Al Maliki se negaba a dejar su cargo, mientras Masum nombró a Haidar Al Abadi como nuevo premier. En medio de amenazas encontradas, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se apresuró en respaldar al flamante gobierno iraquí, dejando atrás la “admiración” que profesaba la Casa Blanca por Al Maliki.

La crisis en Irak se profundizó con la aparición del EIIL, agrupación terrorista que profesa un Islam ortodoxo y que no duda en cometer actos sanguinarios. En apenas dos meses, el EIIL avanzó en posiciones territoriales en el Kurdistán iraquí (norte del país) y también desató su furia en Siria.

Frente a esta situación, las fuerzas armadas del gobierno autónomo del Kurdistán iraquí tuvieron un desempeño irregular, del cual se desprenden algunas conjeturas: ¿por qué una fuerza militar financiada por Estados Unidos fue sorprendida por el EIIL y no pudo detener su avance? Ante el accionar del grupo terrorista, la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) llamó a la unidad territorial de Irak y de los kurdos en particular, e inició la defensa del suelo que habitan.

Informes difundidos en portales de noticias alternativos y del propio Kurdistán señalaron que la guerrilla del PKK es la única que brinda colaboración y protección a los miles de pobladores desplazados, principalmente cristianos y yazidíes, que se han convertido en los blancos predilectos del EIIL.

Como lo viene demostrando en su práctica, el Estado Islámico deja centenares de muertes a su paso. Se calcula que sólo en junio, cuando el EIIL inició el avance sobre Irak, casi dos mil personas fueron asesinadas por los integristas islámicos. Agencias de noticias revelaron ayer que el EIIL secuestró a 500 mujeres yazidíes, mientras se acumulan las denuncias contra los terroristas por la violación de mujeres. El ministro iraquí de Derechos Humanos, Mohammed Shia Al Sudani, condenó la matanza de cientos de yazidíes y confirmó que muchos de ellos fueron enterrados vivos. Este jueves, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) declaró que entre 20.000 y 30.000 yazidíes siguen atrapados en las montañas del Kurdistán iraquí, con escasa alimentación y agua, en una zona donde la temperatura llega a los 50 grados.

En el artículo “Kurdos de Turquía, Irán, Irak y Siria luchan juntos para impedir un nuevo genocidio”, el periodista Manuel Martorell brindó algunas referencias para entender al EIIL. Luego de relatar que el Estado Islámico “se hizo con ingentes cantidades de armamento sofisticado, morteros, piezas de artillería, tanques y vehículos blindados de todo tipo al ocupar las bases del Ejército iraquí durante el mes de junio”, el grupo terrorista “ni siquiera de esta forma” pudo “doblegar la resistencia de las YPG” (siglas en kurdo de la guerrilla del PKK).

Frente a esto, agregó Martorell, el EIIL “decidió a comienzos de agosto cambiar de táctica y ocupar la zona del Kurdistán donde se juntan las frontera de Turquía, Siria e Irak, una estratégica región habitada por numerosos pueblos donde viven distintas minorías religiosas, aunque especialmente yezidis y cristianos, comunidades igualmente en el punto de mira de los islamistas. Intentaba, de esta forma, aislar a los kurdos de Siria de sus refuerzos iraquíes”.

Es por demás de conocido que el Estado islámico tiene su principal sostén ideológico y financiero en Arabia Saudita y Qatar, monarquías del Golfo Pérsico que profesan un Islam conservador y represivo. Ambas naciones son socias leales de Estados Unidos en la región. Tanto esas monarquías como Washington ven con malos ojos a países como Siria e Irán, quienes buscan una política independiente de la Casa Blanca y son los principales defensores de un Estado palestino independiente y soberano.

Quien aclaró el panorama en Medio Oriente fue la propia Hillary Clinton, ex secretaria de Estado de la administración del presidente Barack Obama. En un entrevista publicada días atrás en la revista The Atlantic, Clinton reconoció “el fracaso” del gobierno estadounidense “para ayudar a construir una fuerza de combate creíble con las personas que fueron los autores de las protestas contra Al Asad”, por lo tanto ahora ese hecho “dejó un gran vacío, que los yihadistas ahora han llenado”.

“Si hubiéramos apoyado, entrenado y equipado temprano un núcleo del Ejército Libre de Siria (ELS), tendríamos, número uno, mejor idea de lo que estaba pasando en el terreno. Y dos, habría sido de ayuda para levantar una oposición política creíble”, aseveró la también ex primera dama. Sus declaraciones son una nueva confirmación de la injerencia de Washington, al inyectar dinero y armamento al ELS, conformado por mercenarios de diferentes nacionalidades y responsables de miles de asesinatos en Siria.

“¿Cómo uno puede creer que Estados Unidos está en contra de EIIL? ¿Si los estadounidenses se oponen realmente a EIIL, por qué no entraron en acción en su contra desde el principio de su surgimiento? ¿Por qué no lo atacaron en toda la región, en particular en Siria?”, se preguntó ayer el ayatolá y titular del Poder Judicial en Irán, Amoli Lariyani. Una pregunta que tiene una clara respuesta y que con el paso de los días, es evidente a los ojos de todos.

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