Donbass. “Regalos” de Ucrania

Por Denis Grigoriuk. Resumen Latinoamericano, 29 de abril de 2022.

La Carretera Yasinovataya-Gorlovka ha cambiado desde la última vez que visité la ciudad donde estudió. Las marcas de los vehículos militares han destrozado el asfalto y en algunas zonas hay pequeños cráteres de llegadas. La autopista ha quedado varias veces bloqueada por los bombardeos del Ejército Ucraniano. En realidad, nunca fue segura, pero siguió usándose pese a estar a tan escasa distancia del frente. Incluso ahora, sigue habiendo transporte público a través de ella, aunque ocurra con el ruido de fondo de los cañonazos.

Nuestro destino es la localidad de Verjnetoretskoe. Para ser exactos, su parte norte. Tras ser liberada, ya no divide el pueblo en dos partes. Se ha producido una especie de unificación. Ahora es Verjnetoretskoe, sin ningún prefijo ni división.

Hasta hace poco, las unidades del Ejército Ucraniano estaban estacionadas en la parte norte, desde donde las tropas ucranianas podían realizar ataques contra las localidades de la RPD y también contra la parte sur del pueblo, que estaba controlado por las fuerzas de la República. Además, podía atacar la autopista, que está a la vuelta de la esquina.

Aparcamos en una destruida parada de autobús de cemento para cambiarnos, es decir, para ponernos el chaleco antibalas y el casco. Vamos a entrar a un territorio que hace solo dos semanas estaba bajo control de las Fuerzas Armadas de Ucrania. ahora es una de las secciones más calientes del frente.

La localidad de Verjnetoretskoe Severnoe tiene el mismo aspecto que en su momento tuvo Nikishino, cerca de Debaltsevo. Hay viviendas destruidas a ambos lados de la carretera. Algunas de ellas muestran impactos directos. Las viviendas unifamiliares han tenido más suerte, en alguna de ellas se puede incluso ver la doble ventana. No se ve a nadie por la calle. Quedan pocos civiles y prefieren no salir demasiado. Las batallas aquí están en fase activa, así que nadie quiere tomar riesgos innecesarios.

Pasamos por un edificio de un solo piso con el tejado derrumbado. El proyectil impactó contra una de las esquinas y destruyó dos de las paredes. Al lado hay un camión destruido. Es improbable que vaya a ser utilizado en el futuro. A pocos metros está la iglesia. También recibió el impacto de los proyectiles. Es evidente que ha sido desde la dirección en la que se encuentra actualmente el Ejército Ucraniano.

No muy lejos, nos recibe un comandante de batallón con un nombre de guerra, Sedoy [Gris], bastante común en Donbass. Conocí a al menos a otro soldado con ese alias en las primeras fases de la guerra en la RPD. No tengo ninguna duda de que no será difícil encontrar a más en otras divisiones. Como pueden adivinar, el nombre proviene del color de su pelo. Un hombre vestido de camuflaje y sujetando una ametralladora que parece muy cansado. El avance de las tropas de la RPD no es sencillo, pero los soldados hacen todo lo que puede para expulsar al Ejército Ucraniano de las localidades de Donbass.

Este no es momento para periodistas, pero Sedoy accede a contarnos qué pasa en el pueblo. “Cuando entramos en Verjnetoretskoe Severnoe, el pueblo estaba prácticamente intacto. Había poca población civil. La ideología de la gente ha cambiado aquí en ocho años. Se ha enseñado a la gente que somos los malos”, cuenta. Tras la liberación del pueblo, se encontraron en el edificio del colegio los libros con los que enseñaban a los niños. Las imágenes han circulado por internet. Con ayuda de esa literatura, se ha reformateado el pensamiento de la nueva generación. Los adultos solo tenían que ver la televisión.

En el tiempo que permanecemos en el pueblo, no desaparece el sonido de la artillería. Las armas pesadas siguen rugiendo. Las fuerzas de la RPD no van a detener la ofensiva hasta que no se libere completamente todo el territorio de Donbass. “Avanzamos, no nos detenemos. Los bombardeos continúan regularmente. Devuelven fuego, hoy con calibre de 152 y 120 milímetros. Justo ahí ha habido un impacto, hay un cráter de ocho metros detrás. No sé qué ha sido, pero ha sido algo grande. Lo principal es que no ha habido bajas ni civiles ni militares cuando se ha producido esta llegada”, prosigue el comandante.

El cráter está detrás de mí. Hay árboles destrozados por todas partes, restos de ramas y trozos de tierra arrancados. El cráter tiene realmente ocho metros de profundidad. La perspicacia militar funciona. En la retirada, el Ejército Ucraniano minó el pueblo. Pero pese a los bombardeos, los zapadores de la RPD retiran minas antitanque y usan el cráter para depositar los objetos explosivos.

“Disparan aleatoriamente. Su punto de referencia era el colegio. Pensaron que había alguien ahí, así que dispararon ahí”, sugiere el oficial de la milicia popular de la RPD.

Después de que la RPD expulsara al Ejército Ucraniano de aquí, no se detuvieron en Verjnetoretskoe. Han continuado liberando otras localidades y siguen avanzando. Pero ni siquiera eso impide a las tropas ucranianas bombardear un pueblo que, en realidad, está vacío. “Está en marcha la planificada destrucción de las viviendas residenciales e infraestructuras municipales. Los militantes de Kiev se están tomando la venganza contra la población civil por sus derrotas militares a causa de la impotencia en el frente”, cuenta Pavel Fomenko, representante de la milicia popular de la RPD, que nos acompaña en la zona de combate.

De vuelta, paramos cerca de la sección de la carretera en la que trabajaban los zapadores de la RPD. Está estrictamente prohibido circular al margen de la carretera en la zona de guerra. La salida de la carretera está llena de diversos objetos explosivos, no solo minas antitanque, sino también hay minas antipersona desperdigadas por el campo. Pisar una de ellas es más fácil que nunca.

“Es una mina antipersona PVM-2. Las retiramos y cuidadosamente las depositamos en un lugar específico. Marcamos con una señal para que, dios no lo quiera, la población civil no vuele por los aires. Es una mina insidiosa. Deja tullida a la persona, le arranca una pierna”, explica el sargento de la RPD Egorovich. Los zapadores han encontrado otra mina antitanque en nuestros alrededores. Antes de retirarla, los soldados la revisan. “Puede haber algún tipo de sorpresa bajo la mina. No sabemos qué hay”, explica Nyanya.

El proceso de retirada se realiza con ayuda de un gato zapador. Por suerte, no hay nada bajo la mina. Los zapadores la retiran. Hay un gran número de estos regalos del Ejército Ucraniano. Entre los cráteres y los restos de equipamiento destruido, puedes tener que salir accidentalmente de la carretera y pisar un de ellas. Por el momento, los efectivos de la República limpian la carretera para que los vehículos puedan pasar por aquí hacia las localidades de la zona tan pronto como sean liberadas de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Fuente: Slavyangrad

You must be logged in to post a comment Login