Argentina. Personas esclavizadas en Traslasierra, una historia poco contada

Por Carmen Marietan/ El Ciudadano, Resumen Latinoamericano, 29 de abril de 2025.
¿Hubo personas esclavizadas en Traslasierra? La respuesta a este interrogante la ofrece el investigador Rodrigo Navarro Akiki en su reciente obra Nono, pueblo afroindígena, donde expone una etapa poco conocida del Valle de Traslasierra con datos reveladores.
El autor detalla que africanos y afrodescendientes llegaron a la zona de Nono entre 1588 y 1610, tras ser desembarcados en el puerto de Buenos Aires y trasladados rumbo a las minas de Potosí. En ese contexto, la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía cumplía un rol estratégico, ya que funcionaba como centro de distribución de esclavos hacia distintas regiones del Virreinato del Río de la Plata.
Desde Córdoba, los recién llegados eran enviados a zonas como Nono, adquiridos por hacendados como Domingo Garay, propietario de la estancia “Santa Cruz de Nono”. Allí trabajaban la tierra, cuidaban el ganado e incluso podían contraer matrimonio con aborígenes. Navarro Akiki subraya un dato clave: el valor de estos esclavos-considerados “fuerza de trabajo” y símbolo de estatus social- oscilaba entre el equivalente a trescientas reses o menos, según sus condiciones físicas. Algunos historiadores comparan ese valor con el de un automóvil en la actualidad.
Chile también fue destino final de muchos africanos esclavizados, requeridos en actividades mineras y agrícolas.
Particular relevancia tuvo la estancia jesuítica de “La Candelaria”, ubicada a unos 130 kilómetros de Nono, donde trabajaron numerosos esclavos hasta la expulsión de los jesuitas en 1767 por orden del rey Carlos III, quien los consideró una amenaza a su autoridad absolutista. Tras la expulsión, no fueron pocos los esclavos que escaparon hacia zonas como Salsacate o La Higuera, protegidos por pueblos originarios, el monte serrano y la falta de control por parte de los propietarios.
Nono pudo haber recibido también a fugitivos de la estancia jesuítica de Alta Gracia, quienes buscaban una libertad limitada pero real.
Cuando la estancia de Santa Cruz de Nono pasó a manos del general Bartolomé Olmedo, sorprendentemente fue administrada por esclavos en un área que se extendía hasta Las Achiras (San Javier). Entre 1785 y 1792, se registró en la zona un incremento del 60% en la población de mulatos.
Durante las guerras de la Independencia y las guerras civiles posteriores, una nueva oleada de afrodescendientes llegó al valle. Muchos eran desertores o paisanos -africanos, afroamericanos o afromestizos- que, ante las dificultades de los caminos y la geografía, buscaban refugio en Traslasierra. Algunos se incorporaban forzadamente a las filas de federales y unitarios; otros lo hacían voluntariamente, creyendo en la promesa de libertad.
Una vez en Nono, la integración entre afrodescendientes e indígenas fue habitual, como continuidad del tributo que existía desde la época de las encomiendas coloniales. Esta integración explica, en parte, la buena acogida que recibieron los recién llegados.
Rodrigo Navarro Akiki cierra su relato mencionando hallazgos arqueológicos y símbolos de origen africano encontrados en los alrededores de Nono y Mina Clavero. Estos indicios podrían ser aún más numerosos si se realizaran nuevas excavaciones y si los objetos en poder de coleccionistas privados fueran entregados para su estudio.
Entre los registros oficiales citados por el autor se encuentra el caso del curaca Martín Pizarro, cabo de la Primera Compañía de Nono, de piel “morena”, mestizo afroindígena incluido en el censo de milicias de la provincia de Córdoba de 1819. Más tarde, el Censo Provincial de 1840 evidenció la persistencia de la esclavitud. En tanto, el Censo Infantil de 1889 contabilizó en el departamento San Alberto un total de 2.318 niños “de color”, lo que representaba el 80% de la población infantil. Estos datos ayudan a explicar por qué aún perduran rasgos fenotípicos de origen afro en la región.
Con motivo del 172º aniversario de la fundación de Villa Dolores, Navarro Akiki presentará estos y otros aspectos de su investigación el próximo 21 de abril, a las 20 horas, en el Auditorio de Multimedio CEMDO, en el marco de la presentación del Cuaderno de Historia Nº 14 de la Junta Municipal de Historia, de la cual forma parte.
Una invitación a repensar nuestra historia local, con el objetivo de comprender mejor nuestra identidad y construir una sociedad más informada.
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