Sudán: Un minué sobre las ruinas.

Guadi Calvo*, Resumen Latinoamericano, 06 de junio de 2023.

Con reproches cruzados, se han interrumpido el pasado miércoles 31, al menos
temporariamente, las negociaciones que se llevaban en la ciudad saudita de Jeddah,
entre las partes beligerantes que, desde el quince de abril, libran la guerra civil en
Sudán: Las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS), el ejército regular al mando del General
Abdel Fattah al-Burhan, y lo que se conoce cómo la Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)
un grupo paramilitar crecido a la sombra de la dictadura de Omar al-Bashir, liderado por
Mohamed Hamdan Daglo, alias Hemetti.
La interrupción se produce a pesar de que menos de cuarenta y ocho horas antes, el
lunes 29 por la noche, a instancias de los mediadores, de Arabia Saudita y los Estados
Unidos, se había acordado la extensión de cinco días de una nueva tregua humanitaria,
ninguna ha logrado mantenerse mínimamente. Y esta última fue violada en varias
oportunidades la semana anterior.
El minué de Jeddah, continua, alejándose cada vez más, de la posibilidad de un acuerdo
que termine con la guerra, ya que hasta ahora solo se han llevado negociaciones acerca
de un alto el fuego, siempre momentáneo, para establecer cordones sanitarios y de
seguridad, por donde pueda correr la asistencia a los civiles atrapados en el conflicto y
nada se discute acerca de la búsqueda de una solución política de la crisis.
Al tiempo que, se interrumpe de manera constante, los daños, van en incremento, según
la organización Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados
(ACLED por sus siglas en inglés) los muertos serían 1800, sesenta de estos niños del
orfanato de al-Mayqoma (Jartum), donde todavía hay más de 350 niños desde meses

hasta trece años. Según los profesionales de la institución, las muertes se produjeron por
falta de insumos médicos.
Por su parte, Naciones Unidas (UN) informa que ya son más de un millón los
desplazados internos, mientras casi 350 mil sudaneses, han buscado refugio, fuera de su
país. Principalmente en Egipto, donde ya suman 170 mil, y el Chad, donde otros cien
mil, han buscado protección, armando campamentos cercanos a la ciudad de Borota, a
cinco kilómetros de la frontera con Sudán. Esta última oleada se suma a los más de 900
mil refugiados sudaneses que había en el Chad, uno de los cinco países más pobres del
mundo, desde antes del inicio del conflicto.
Mientras que unos, 25 millones de personas, prácticamente, la mitad de la población
total del país, necesitan ayuda y protección de la ONU. Mientras las potencias del
occidente Estados Unidos y Reino Unido, demora la resolución de miles de visas y
pedidos de asilo, de ciudadanos sudaneses que, junto a sus familias, estan sufriendo las
consecuencias de la guerra.
La situación de los civiles, que permanecen en el eje urbano de la capital del país,
Jartum y su ciudad satélite Omdurmán, que sumaban poco más de cuatro millones de
personas, antes del inicio de conflicto, día a día se hace más crítica. El miércoles 31, un
mercado de la zona sur de la capital, fue atacado por artillería de al-Burhan, dejando una
veintena de civiles muertos y más de un centenar de heridos.
El ataque que provino del área de al-Shajara, una de las pocas, que controla el ejército
en la ciudad de Jartum, se produjo horas después que se conociera la decisión del
general al-Burhan de retirar a sus representantes de la cumbre de Jeddah.
El mercado se ubica en el barrio Mayo, uno de los más pobres de la ciudad, por lo que
sus pobladores han tenido reducida la posibilidad de escapar y donde, según se conoce,

no existe ningún objetivo militar, por lo que el ataque, a más de un mes y medio del
inició de los combates, se puede interpretar como una medida de amedrentamiento a la
población de Jartum, controlada en un noventa por ciento por las FAR.
Además, se reportan que importantes sectores de ese eje ya no cuentan agua corriente, la
electricidad, de la electricidad solo se puede disponer de algunas horas a la semana y
que la mayoría de los hospitales, en las zonas de combate, están fuera de servicio o
saturados, por la cantidad de heridos que llegan.
Las imágenes de la capital, en que se ven centenares de personas, rebuscando en los
contenedores de basura algo para comer y durmiendo en las calles, a metros de los
muertos que se descomponen donde han caído, sin que ninguna organización se
encargue de ellos, se ha convertido en una postal corriente en la capital.
El abandono de decenas de cuerpos en las calles, está incrementando, todavía más, la
aparición de enfermedades contagiosas, que podrían convertirse en más letales que la
misma guerra, apenas se inicie la temporada de lluvias esperada para fines de junio, que,
en condiciones normales, con su llegada genera epidemias de malaria y otras
enfermedades tropicales. Por lo que se espera, que este año sea particularmente letal.
La falta de intención de los bandos combatientes se evidencia en el incumplimiento de
estos acuerdos, que ordenan que las fuerzas beligerantes deben abandonar sus
posiciones de propiedades particulares y hospitales, donde además las tropas ocupantes
han producido saqueos.
La emergencia, tanto alimentaria como sanitaria, estaría en condición de alivianarse, si
los bandos permitieses en libre acceso de los trabajadores humanitarios a los núcleos
urbanos más urgidos, ya que está funcionando la llegada de la asistencia internacional,
que queda atascadas en los puertos y aeropuertos, sin que pueda ser distribuida.

Lo que ha dado lugar a que 57 depósitos y 55 oficinas, de las organizaciones
humanitarias, fueran saqueadas y 115 de sus vehículos de transporte robados. Mientras
casi una veintena de sus `propios trabajadores fueron asesinados.
El reverdecido conflicto de Darfur

Al tiempo que se incrementa en flujo de refugiados sudaneses al Chad, desde la vecina
región de Darfur, se describe la situación como extremadamente dramática.
Los enfrentamientos, entre los bandos que se disputan hoy el poder en Sudán, en Darfur,
reverdecer el conflicto que entre 2003 y 2008 dejó cerca de medio millón de muertos,
generando así uno de los primeros genocidios del nuevo siglo.
Una vez más lo que se conocieron entonces, como los Janjaweed, (jinetes armados o
malvados) encabezados por el actual líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido, el seudo
general Mohamed Hamdan Daglo, “Hemetti”, étnicamente árabes, conocidos como
rizeigat a la que pertenece de Hemetti, contra los masalit, fur y zaghawa las etnias
negras de Darfur, que tanto ahora como a principios de siglo están sufriendo un intento
de exterminio. Por lo que los masalit, se han puesto del lado del ejército regular, en el
intento de recuperar las tierras, que a principio de siglo les fueron robadas por la
población rizeigat.
Los informes acerca de nuevas matanzas en Darfur occidental, son prácticamente
cotidianos. Una organización médica informó, que, en las últimas dos semanas, habrían
muerto unas dos mil personas, en choques entre las FAR y las milicias locales
conformadas por los masalit, desdiciendo a información de la ACLED, que habla de
1800 en todo el país.

En consecuencia, de estos combates, la salida de refugiado a Chad, ha seguido en
aumento. Debiendo levantar de manera urgente nuevos asentamientos a solo cinco
kilómetros de la frontera, para unas 25 mil personas, la mayoría mujeres y niños,
proveniente de la ciudad de Konga Haraza y sus cercanías. Según lo refirieron a su
llegada, esas áreas fueron literalmente abandonadas, por las autoridades locales. Dado
ese abandono, grupos armados árabes tomaron la ciudad, saqueando las viviendas y
asesinando a un número no desconocido de pobladores, en su mayoría hombres, que se
habría permanecido, buscando proteger sus propiedades.
En la ciudad de el-Geneina, la capital del estado de Darfur Occidental, los
enfrentamientos, que no se han detenido prácticamente desde el inicio del conflicto,
parecen recrudecer tras cada interrupción de los alto al fuego. Donde miles de civiles no
han conseguido escapar. Y se espera, que apenas se abra una brecha, por donde
abandonar la ciudad, se producirá un éxodo masivo, hacia el Chad. Donde, se teme que,
dado el cariz, que ha tomado la guerra en Darfur, pueda desbordar la frontera.
Ya la semana pasada, un cohete cayó en Koufroun (Chad), una aldea del Chad, donde
cerca de diez mil refugiados sudaneses, se han instalado, llegados de Tendelti, (Sudán) a
apenas cien metros de distancia.
La situación de los refugiados en el Chad se agravará a partir de finales de junio, cuando
se inicia la temporada de lluvias, que hará desbordar a los ahora secos, wadis, como se
conoce a los lechos de los ríos, en la vasta región del Sahel y el Sahara. Por lo que los
grupos, corriendo contra reloj, intentan alejar a los refugiados cercanos a la frontera,
para completar la reubicación en los campamentos ya existentes.

Las partes en disputa parecen ignorar las muertes y la desesperación que han generado a
los más de 45 millones de sudaneses, que están sufriendo lo inenarrable, mientras ellos
siguen bailando un minué sobre las ruinas.
*Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en
África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook:
https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

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