Argentina. ¡Los odiadores políticos andan sueltos!

Por Margarita Pécora, Resumen Latinoamericano, 24 de mayo de 2023.

Las bestias  carroñeras  de la política, andan sueltas, ya empezaron a atacar sin piedad ni límites. La víctima fue ahora Wado de Pedro, por su tartamudez o disfluencia científicamente hablando.  Hoy día, hasta el más desinformado de los hechos que rodean  ese  trastorno en el habla en Wado, conoce que está ligado al trauma que le provocaron en su infancia, otras bestias tanto o más crueles que éste Gabriel Levinas, cuando secuestraron a sus padres,  luego asesinados durante la última dictadura cívico militar. De hecho, su mamá, Lucila, escondió a Wado  en la bañera de la casa y se le tiró encima para salvarle la vida.

Hay toda una Corte de odiadores en  la Argentina, con asientos  fijos en los Medios hegemónicos, especialmente televisivos, desde donde disparan los más groseros  insultos contra los adversarios políticos, en este caso contra el  peronismo y el kirchnerismo,  mostrándonos  que en realidad lo que sienten es una  impotencia que los asfixia y conduce a expresar  ese odio  como un brutal afecto anti político.

Las declaraciones del periodista Gabriel Levinas,  diciendo que «la sociedad no está preparada» para tener como presidente a «una persona que es tartamuda», muestran la catadura moral de este personaje que  merece todo el repudio de la sociedad, de las familias que tienen hijos/as discapacitados y que  sin embargo, luchan por sentirse útiles a la sociedad; de hecho  muchos han llegado a ocupar  importantes cargos en la vida pública de la Argentina.

Levinas  es un odiador  a selección, porque nunca se le escuchó discriminar de  forma tan cruel  a Gabriela Michetti, condenada de por vida a una silla de ruedas, tas sufrir un trágico accidente, pero aún sin poder caminar llegó a ser vicepresidenta de la nación entre  el  2015 y 2019., y tampoco se le ocurrió defenestrar  a Jorge Triaca, también macrista  como los de su bando predilecto,  porque Triaca también  quedó en una silla de ruedas, tras un accidente de tránsito con solo 9 años, y aún así llego a ser   Ministro de Trabajo de la nación.

El mal  asume variadas formas, una de ellas es  hablar desde la perspectiva del odio  y la agresividad hacia el otro. Y esos son afectos anti políticos, que destruyen los lazos y atentan contra la salud de un pueblo, más aún cuando esas expresiones  parten de un comunicador  como  Gabriel Levinas. Y eso pasa porque el derecho a la libre expresión se confunde con la libertad de agresión  verbal o de odio  a través de los canales de comunicación publica. Los discursos de odio se encuentran así íntimamente vinculados con narrativas  discriminatorias, que fortalecen identidades políticas conservadoras y anti derechos, dejando terreno fértil para la violencia social, aunque sea discursiva.

Según los estudiosos del tema, esto se produce porque en el fondo  existen  fuertes prejuicios en el individuo,  que lo descategorizan moralmente. Lo peor es que, como este  individuo que se comporta  deshumanizado, cual bestia, para llamarle por su verdadero nombre, hay otros tantos  en su propio entorno mediático,  que estigmatizan a los adversarios políticos  poniéndoles epítetos  agraviantes, tales como  “ñoquis” o “grasa”, al militante  kirchnerista, o denominando   “vagos  choriplaneros “ a quienes reciben planes sociales. La producción más calumniante que se recuerde  haya hecho este tipo de  odiadores,  es la que dirigieron contra Cristina tildándola de yegua, chorra, y  más.

En un comunicado, la Asociación Argentina de Tartamudez condenó  los dichos de Levinas. Y señalaron: «Tras las declaraciones emitidas en el programa «Solo una vuelta más» en el canal TN, una vez más nos encontramos en la necesidad de repudiar comentarios de carácter discriminatorio y peyorativo, frente al desconocimiento absoluto de la temática».

«Queremos aprovechar esta oportunidad para seguir trabajando en la concientización y aclarar que las personas con tartamudez no están imposibilitadas para desempeñarse en el ámbito académico/profesional, así como tampoco se encuentran impedidas de alcanzar sus metas personales. Este tipo de aseveraciones no hacen más que dañar a las personas que tartamudean»-resume  el comunicado de la Asociación de Tartamudez.

Lo que sí queda claro, es que las personas que incitan, promueven y difunden el odio  hacia otros, quieren lanzarles un mensaje claro de no aceptación como “iguales” en la sociedad en donde

viven.

Por suerte, si hay algo que la ciencia todavia no se explica, es cómo  el odiador   se convierte finalmente en odiado, y su víctima  en el ser amado. Eso logró Levinas, si  quería destruir la imagen de Wado, ahora son cientos de miles los que se  solidarizan con él, al final, la bestia se tiene que beber la hiel de su propio  odio.

Fuente: Agencia Comunas

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