Etiopía, ¿hacia otra guerra interna?


Guadi Calvo*, Resumen Medio Oriente, 17 de abril de 2023.

Tras los acuerdos de Pretoria (Sudáfrica), firmados en noviembre del año pasado, entre las
autoridades de la Región rebelde de Tigray y el gobierno central del Primer Ministro etíope,
Abiy Ahmed, finalizó formalmente la guerra interna, que durante dos años produjo miles de
muertos, millones de desplazados, la destrucción de ciento de miles de viviendas,
instalaciones gubernamentales e infraestructura básica para las poblaciones donde se
desarrollaron los enfrentamientos, además de poner en riesgo la estabilidad de varios países
de la región.
El acuerdo, del gobierno central y las autoridades de Tigray, pactaron un desarme ordenado
y coordinado de las milicias del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), con lo
que prácticamente se cerró cualquier posibilidad, que de que al menos en el mediano plazo,
Tigrey, pudiera intentar otra vez escindirse de Etiopía, lo que habría sido el origen del
conflicto.
En procura de que esa misma situación, no replique en alguna de las once Kililoch
(regiones) administrativas, que se encuentra dividido el país, étnicamente diferenciadas, las
cuales la mayoría cuentan con sus propias milicias armadas, el Primer Ministro Ahmed,
dispuso el pasado seis de abril, integrar todas esas fuerzas regionales al ejército nacional o a
las policías federal y regional, para construir, esencialmente, un ejército más fuerte y
centralizado.

Más allá de la prevención tomada por Abiy, para que estas milicias no sean utilizadas por
políticos regionales, que pretendan articularlas en beneficio propio, también es cierto que
casi una docena de “ejércitos especiales”, es un derroche de recursos, que podrían ser
utilizados para la financiación de políticas sociales que beneficien integralmente a los 110
millones de etíopes.
El desarme ordenado por Ahmed, es una tarea para nada sencilla, ya que las kililoch, la
autonomía constitucional con la que cuentan, les permite, por ejemplo, desde mantener al
su propio ejército a usar su propia lengua, entre otras libertades. Por lo que la orden del
Primer Ministro, ha sido interpretada por gran parte de los poderes regionales, como un
intento de acotar esas autonomías.
Mientras Abiy Ahmed, realizaba los anuncios, se conocía que, en la región de Amhara, la
segunda kililoch, más grande del país, con cerca de 25 millones de habitantes, sus Fuerzas
Especiales, también conocidas como Fanos, que tenían consignas como: “Matar a las
fuerzas de Tigranyan, no es suficiente. Es mejor asarlos como cabras y comerlos”,
participaron junto al ejército federal. Actuando con particular virulencia en la guerra de
Tigray, ahora, chocan con el ejército nacional, dada la negativa a entregar su armamento.
Las razones, de los amharas, más allá de lo que se podría considerarlas anticonstitucionales,
por parte de Addis Abeba, radica en el temor de la Región, a quedar indefensa, ante las
posibles venganzas de sus vecinos de Tigray.
El gobierno central, por intermedio de un comunicado, confirmó la existencia del conflicto
en Amhara, aunque se limitó a responsabilizar a los grupos marginales dentro de la fuerza
regional. Por otra parte, en un informe de la embajada de los Estados Unidos, se mencionan

importantes intercambios de fuego de artillería y armas pesadas en varios sectores de la
región Amhara, incluso en ciudades como Kobo, Woldia y Sekota y áreas de Debre Birhan,
Dessie, Debre Tabor, y en la propia capital de la kililoch, Bahir-Dar.
En el marco de la creciente inestabilidad que se instaló en Amhara, el domingo nueve se
conoció el asesinato de dos empleados de la organización humanitaria Catholic Relief
Services (CRS), que se trasladaban en una ambulancia, en proximidades de la ciudad de
Kobo, en la zona central de Gondar en Amhara, que se dirigían a Addis Abeba.
Todavía no se han conocido los pormenores de esas muertes, ni quienes han sido los
responsables de los disparos. Horas antes, también en esa misma área, había sido heridos
una partera y el conductor de otro vehículo sanitario, lo que provocó que el Programa
Mundial de Alimentos suspendiera sus operaciones.
Apenas se supo la intención de desarmar e integrar las fuerzas regionales al ejército y las
policías, miles de pobladores de Amhara, imbuidos en un espíritu “regionalista”, fortificado
desde de la guerra de dos años, y muy posiblemente, alentados por las autoridades locales,
salieron a las calles en protesta por la decisión del gobierno central. Quemaron neumáticos
y bloquearon rutas, al tiempo que los bancos, las escuelas, la administración pública y los
comercios en general cerraron sus puertas. Mientras que el gobierno regional, impuso el
lunes diez, el toque de queda y bloqueo de los servicios de internet y celulares en las
ciudades de Bahir-Dar, Gondar, Dessie.
El Movimiento Nacional de Amhara, (NaMA), el principal grupo de oposición de la región,
calificó la decisión del gobierno federal de irresponsable y por lo que exigió su revocación.

Los temores y la desconfianza de los amharas, respecto a los tigranyan, que vienen de
generaciones, por la constante disputa de tierra productivas y recursos naturales, en este
caso no son infundadas, ya que muchos analistas consideran que el desarme de los rebeldes
de Tigray, no se realizó completamente más allá de lo impuesto por los acuerdos de
Pretoria. Además, tras la finalización de la guerra, los amharas, pasaron a controlar muchas
de esas tierras, en ancestral disputa con los tigray.
La federación se desangra.

El domingo el primer ministro, Abiy Ahmed, vía twitter, denunció que los Fanos, habían
establecido puestos de control ilegales y estaban implicadas en el contrabando y actos de
bandidaje. Advirtiendo que se tomarán medidas contra quienes se levanten contra la ley.
Más allá de la crisis entre Amhara y Addis Abeba, en Etiopía, por su naturaleza tribal,
arraigada profundamente desde hace miles de años, existen otras disputas territoriales,
cómo los oromos, que cuentan, claro, con su propia milicia, el poderoso Ejército de
Liberación de Oromo (OLA). La Región de Oromia, donde justamente se asienta la capital
federal de Etiopía, Addis Abeba, esta etnia, la más numerosa del país con unos 35 millones
de habitantes, al que pertenece el Primer Ministro, mantiene serias disputas no solo con
Tigray, sino con los Amhara, lo que agrava más la situación, y que amenaza a multiplicar el
efecto de la guerra de Tigray.
Por lo que, Abiy Ahmed, está apurando el desmantelamiento de estas fuerzas regionales, lo
que, a todas luces, y cómo lo declaró públicamente Ahmed, “son una amenaza para la
integridad de Etiopía”.

La actual situación en Amhara, reedita la crisis de mayo del año pasado, cuando el
excomandante de las Fano, el general de brigada Tefera Mamo, fue detenido junto a unas
cuatro mil personas, tras lo que se catalogó como un intento de golpe de estado. El general
Mamo, además de ser un importante opositor a Abiy, es un experimentado confabulador.
Él, junto a su gente, fue uno de los organizadores de las protestas de 2016-2018, que
provocaron la caída del gobierno central, entonces dominado por la etnia Tigray, lo que
pocos meses después permitiría la llegada al poder del actual Primer Ministro Ahmed.
En la creciente crisis de Amhara, se conoció que el día doce de abril, en la ciudad de
Mezzezo, en medio, de enfrentamientos entre manifestantes y el ejército federal,
combatientes de la Fano, asaltaron una estación de policía, llevándose armamento y
equipos de comunicación. El asalto se habría producido cerca de las cuatro de la mañana, y
los asaltantes habría permanecido una hora y media en el edificio para después escapar con
gran cantidad de armamento.
Mientras, se producían manifestaciones en las distintas ciudades de Amhara, grupos de
manifestantes atacaron un campamento del ejército federal, después de que se difundieran
rumores, no confirmados, sobre la detención de milicianos de las Fano.
Si bien se desconoce del número de muertos y heridos que se produjeron desde el martes
seis, si se ha confirmado que una explosión en un bar de la ciudad de Bahir-Dar el lunes
diez, mató a dos personas e hirió a varias más.
Mientras las manifestaciones contra Ahmed, se extienden en espacio y tiempo en la Región
de Amhara, en la capital del país, Addis Abeba, han comenzado las detenciones de
miembros de la etnia amhara, entre los que se incluyen periodistas y otros profesionales.

Etiopía, dada su proximidad a China, quien viene haciendo importantísimas inversiones en
el país, entre los que se cuenta la “Gran Presa del Renacimiento Etíope”, objetada tanto por
Sudán como por Egipto, respecto a las implicancias que podría tener el curso superior del
Nilo, se encuentra en la mira del Departamento de Estado norteamericano, que cuenta con
suficientes herramientas dentro de Etiopía y con más allá de las fronteras, para seguir
generando más sobresaltos al gobierno de Abiy Ahmed.

*Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en
África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook:
https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

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