Perú. Crecen las protestas pese a la represión

Resumen Latinoamericano, 24 de enero de 2023

La semana pasada, miles de personas marcharon a Lima para exigir que se vaya Dina Boluarte, llamen a elecciones, liberen a Castillo y se disuelva el Congreso. Funcionarios de la OEA desmintieron al gobierno: “No son terroristas ni narcotraficantes, son ciudadanos que protestan”.

“Sabemos que lo que ha hecho el Congreso es atrapar al Ejecutivo y en este momento tampoco existe equilibrio de poderes. Han atrapado no sólo al Ejecutivo, sino también al Tribunal Constitucional. Por eso, el pueblo y las comunidades campesinas se movilizan. Cómo es posible que tengamos que venir a Lima para que entiendan nuestra agenda. Este Gobierno se ha deslegitimado desde el día uno”, cuestionó la representante de Cusco, Leonela Labra Panocca, en el marco de las protestas en la capital.

Según informó el periódico La República, los representantes de las delegaciones de Huánuco, Ancash, Lambayeque, Tacna, La Libertad, Moquegua, Apurímac, el Vraem, Arequipa, Loreto, Cajamarca y Junín señalaron este jueves 19 que están “en un momento histórico, que significa un hito para la lucha popular de las clases oprimidas, y que no se irán de Lima hasta que Dina Boluarte renuncie a la presidencia de la República”. Advirtieron además que “son conscientes de que no existe democracia en el país y que no los van a poder acallar haciendo uso del terruqueo (acusarlos de terroristas) porque la agenda en el norte, centro y sur del país es clara”.

Los manifestantes llegaron a Lima desde distintos puntos del país. Miles de aimaras de la región de Puno (una de las más castigadas por la represión) llegaron a la capital peruana este miércoles 18 para sumarse a las protestas. La Asamblea Nacional de los Pueblos (ANP) realizó un paro nacional y movilización el jueves 19. “Es un acuerdo de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) y la ANP”, informó el secretario general de la CGTP, Gerónimo López. El colectivo Arequipa por la paz también adhirió al paro y movilización. Desde Cusco, llegaron a la capital delegaciones de las provincias de Canas y Calca: “Acá estamos los hijos de Túpac Amaru”, dijo un cañero, quien sostuvo además que la paz volverá al país con la renuncia de Boluarte. También se sumaron estudiantes: un grupo de alumnos tomó en forma simbólica la puerta 3 de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La protesta crece, se extiende, se profundiza.  

Pese a que la represión sigue escalando, con un saldo de más de 51 muertos y 700 heridos, el pueblo continúa en la calle y sube la apuesta. El espectro de organizaciones, sindicatos y movimientos sociales se amplía en forma permanente. 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, tras su visita al Perú, desactivó el perverso “terruqueo”. Esto es, calificar de terroristas, narcotraficantes o dependientes de intereses extranjeros (una supuesta ingerencia del “imperialismo boliviano”) a las personas que protestan.

Según informó Página 12, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) no encontró indicios en Perú de que los manifestantes que colman las calles del país desde la caída del presidente Pedro Castillo respondan a “algún tipo de organización”, como afirma el gobierno de Dina Boluarte. “No encontramos algo que dijera tal cosa, sino una manifestación auténtica de un descontento por el abandono que esa región (Puno) ha tenido históricamente”, dijo el jefe de la comitiva de la CIDH, Stuardo Ralón, quien visitó Juliaca, la ciudad que más muertos acumula por represión estatal. Allí, el 9 de enero las fuerzas de seguridad fusilaron a 19 personas que participaban de una protesta.

Para Ralón, lo que hay en Juliaca (una de las localidades que la comisión visitó, en la región de Puno) es “una manifestación auténtica por el abandono” que vive la ciudad. Y agregó que en lugar de ver “manipulación” por parte de “elementos externos”, vio “mucho dolor y tristeza” en la gente. También percibió “un ambiente de estigmatización generalizada”, en el que se “pretende indicar que todas las personas que pueden estar manifestando su inconformidad podrían ser calificadas como terroristas”. 

Alumnos en la lucha

Según el sitio peruano RPP Noticias, estudiantes de la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM) tomaron este miércoles 18 la puerta número 3 de dicho establecimiento educativo para sumarse a las protestas en diversas regiones del país que exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y una nueva Constitución a partir de una asamblea constituyente. 

“Estamos justamente por la solidaridad y articulación orgánica con los sectores populares, con las profundas masas del pueblo que han emprendido la lucha política a nivel nacional y que están enarbolando porque San Marcos tiene como principal consigna la bandera de la nueva Constitución a través de asamblea constituyente con participación popular”, comentó uno de los estudiantes a RPP Noticias.

“Ahora nos van a conocer”

“Estamos ofendidos por lo que dijo Dina Boluarte. No somos narcotraficantes ni terroristas. Ahora nos van a conocer. Seguiremos en la lucha hasta el final. No se van a burlar de nosotros. Eso no. Imposible”, indicó Manuel Flores, estudiante de Trabajo Social que integró la manifestación de aimaras que llegó a Lima.

Según informó el sitio Nodal, cientos de puneños despidieron a cerca de 7 mil aimaras en el momento de partir hacia Lima para exigir la renuncia de Dina Boluarte. Quienes representarán a Puno en la capital salieron a bordo de buses, camionetas, autos y camiones.

A su paso por varias localidades recibieron todo tipo de apoyo. Les entregaron productos como galletas, agua, pan, frutas, gaseosa, atún, coca, e incluso dinero para que puedan resistir el tiempo que sea necesario hasta que logren su propósito político.

“Estamos agradecidos por todo el cariño que nos acaban de demostrar en cada pueblo. No los vamos a defraudar. No vamos a volver hasta que Dina Boluarte renuncie. Nos ha ninguneado. Nos ha humillado. Ahora va a conocer la fuerza de los aimaras. La fuerza del pueblo que trabaja la tierra”, dijo José Colque Mamani, dirigente de la zona cordillera de Ilave.

“Me conmueve todo lo que veo. No sé hasta cuándo esta señora no va a renunciar. Cuántas muertes más quiere. Me llena de orgullo cómo nuestros aimaras se van a la capital a luchar por una causa justa. Esta mujer tiene que irse”, aseguró antes de partir hacia la capital Clotilde Vilda, comerciante del mercado Unión y Dignidad.

En el mercado mayorista Señor de Huanca, en Arequipa, los comerciantes esperaron a la caravana puneña con gran cantidad de verduras, tubérculos, frutas, agua, panes y otros. “Hasta que se cierre el Congreso, ni un paso atrás. El pueblo ya salió. Sí se puede”, eran las frases que repetían con fuerza los viajeros al momento de recibir las donaciones. Mientras que los comerciantes los despidieron al grito de “El pueblo unido jamás será vencido”.

FUENTE: el eslabon

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