Bolivia. Los días del golpe y el caso Sebastián Moro

Por Gustavo Veiga, Resumen Latinoamericano, 18 de noviembre de 2022.

A tres años de la muerte del periodista se estrena un documental sobre su vida 

El país donde el periodista mendocino cubrió el proceso destituyente contra Evo Morales vive hoy una situación semejante con la ultraderecha cruceña en las calles.

Pasados tres años de su muerte, Sebastián Moro es una ausencia sin justicia y todavía inexplicable. Integra la lista de 37 víctimas fatales que dejaron la represión policial y los grupos de choque del régimen que presidía Jeanine Áñez, convicta desde marzo de 2021. Aquella Bolivia en que lo mataron no es ésta, la actual, pero se le parece. El asedio a la democracia avanza como entonces. La historia del periodista mendocino que cubría el golpe contra Evo Morales vuelve ahora hecha película. Es un documental de la directora María Laura Cali que lo conoció en aquellos días trágicos y se conmovió con su compromiso militante.

La inestable realidad del país remite a los días de noviembre de 2019 cuando se proyectaba la destitución del expresidente y máximo referente del MAS (Movimiento al Socialismo). Con la misma metodología de cortes de ruta y santiguándose, la derecha racista se hace presente de nuevo desde Santa Cruz pidiendo que rueden cabezas. Comités Cívicos que poco tienen de civismo, que perdieron las últimas dos elecciones – contra Morales primero y Luis Arce un año después -, que conservan capacidad de movilización pero escasa legitimidad política, volvieron una vez más a las calles. Son las mismas calles que caminaba Moro cuando lo habrían atacado a golpes y terminó inconsciente en una clínica de La Paz donde falleció aquel 16 de noviembre por un derrame cerebral.

Homenaje a la trayectoria

Este viernes se estrena en su provincia el trabajo que le rinde homenaje a su trayectoria en la defensa de los derechos humanos. Una responsabilidad que asumió desde su época de estudiante en la Universidad Nacional de Cuyo y su labor en los juicios por delitos de lesa humanidad para Radio Nacional.

Cali y Marcelo Schapces, su pareja y productor general del documental Sebastián Moro, “El caminante”, filmaron entre Mendoza y Bolivia las escenas que reconstruyen los últimos días del periodista nacido el 14 de mayo de 1979.

El film que se conocerá en todo el país en 2023 se pasará en una única función en la Sala Verde del Cine Universidad mendocino este viernes a las 21 con la presencia de familiares, amigos, colegas de Moro y organismos de DD.HH. La coproducción argentino-boliviana tuvo el apoyo del INCAA y su realización corrió por cuenta de Barakacine, Buda Casa Productora y Fundación Grupo Ukamau.

“Conocí al periodista mendocino Sebastián Moro en el 2019, días antes de las elecciones en Bolivia efectuadas el 20 de octubre. Yo estaba en La Paz presentando un documental, y él me entrevistó en su programa de radio Comunidad Sur. Descubrí en aquel momento a un profesional comprometido, sensible, lleno de humor. Hubo una rápida empatía entre nosotros por ser ambos de la misma zona geográfica de Argentina” recuerda la puntana Cali, quien nunca pudo reunirse con Moro en Buenos Aires como tenían pensado antes de que finalizara 2019.

El desenlace es conocido. El 9 de noviembre, el periodista envió a Pagina/12 su último artículo anunciando “un golpe en marcha”. Luego salió a caminar por las calles paceñas como lo hacía cada noche. Se perdió contacto con él y recién fue encontrado inconsciente el domingo 10 en el departamento que alquilaba. Tenía signos muy evidentes de haber sido golpeado. Una semana después murió sin reaccionar en la misma clínica de La Paz.

“Su historia me interpela desde lo personal, así como el contexto histórico y político, cuya fragilidad me ha obsesionado estos últimos años. De esa manera comencé a sentir que su voz ganaba presencia y que Sebastián se hacía visible. En mi formación como actriz y directora he estudiado mucho las tragedias griegas e isabelinas. Veía en la historia de Sebastián una vida así, signada por la tragedia donde el protagonista intenta eludir su destino pero indefectiblemente cae en él”, cuenta Cali. La directora se cruzó en la vida de Moro cuando viajó a La Paz a presentar su primera película “Los Ñoquis, crónica de una resistencia presente”, el 15 de octubre de 2019. Percibió su sensibilidad, conversó con él, investigó su trayectoria profesional y militante en Bolivia después de su muerte con el apoyo insoslayable de su madre, Raquel Rocchietti, sus hermanas Penélope y Melody, sus compañeros de los medios donde trabajó para la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos (CSUTCB) y la periodista Gloria Beretervide.

Sus últimos días

Todos y todas reconstruyen en el documental sus últimos días en la altura de una ciudad que se volvió irrespirable por los gases lacrimógenos y además, por las balas de goma que aportó el gobierno de Mauricio Macri a la represión, como denunció en julio el 2021 el comandante de la Policía de Bolivia, Jhonny Aguilera.

En ese contexto quedó atrapado el cronista mendocino cuando todavía se desempeñaba como editor jefe del periódico “Prensa Rural” y conductor de programas en Radio Comunidad. Era un blanco posible para la dictadura, como lo fueron en aquellos días de noviembre varios de los periodistas argentinos que cubrieron el golpe de Estado en medio de denuncias de fraude de la oposición que se comprobarían falsas. El proceso desestabilizador que precedió a la renuncia de Morales fue apoyado por la OEA de Luis Almagro – hoy investigado por falta de decoro en la organización, pero no por los crímenes que se cometieron por su intromisión en Bolivia- , el Estados Unidos de Donald Trump y el Brasil de Jair Bolsonaro.

“Sebastián Moro, el caminante” recupera ese hecho clave de estos tiempos sumidos en procesos destituyentes, lawfare y crecimiento de la ultraderecha en el continente. El periodista veía venir el golpe de Estado. Hay documentos sonoros que lo prueban y que reproduce la película. Como dice su directora: “Después de escuchar, leer, mirar, hablar con su familia y amigos más cercanos, me reafirmé en la necesidad de contar su historia. Ir tras sus pasos como quien rastrea una huella aun persistente. Utilizar su propia voz a través de sus registros y audios personales, me ayudó a tomar distancia y a poder hablar de su destino en la América Latina de hoy”.

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