México. Despojo de tierras y deforestación causados por proyecto de Tren Maya afectan a mujeres en comunidades aledañas

Por Diana Hernández Gómez, Resumen Latinoamericano, 13 de julio de 2022.

Mujeres durante una reunión en la que el gobierno negoció con las familias ejidatarias para que cedieran sus tierras. Fotografía: Twitter @TrenMayaMX

Tres de los siete tramos que conformarán al Tren Maya ya están construidos. Aunque la obra todavía no concluye y los múltiples proyectos que dependen de ella aún no inician como tal, las comunidades que habitan las zonas aledañas a la construcción ya perciben sus efectos negativos. En ellas, las mujeres se ven especialmente afectadas por el saqueo de recursos y la destrucción del medio ambiente.

Este 12 de julio, defensoras, periodistas y habitantes de los estados del sur-sureste de México se reunieron en el foro Mujeres y Tren Maya: una mirada crítica sobre las implicaciones de los megaproyectos.

Durante el evento, la abogada por la Universidad Autónoma de Yucatán y habitante de la península yucateca, Carla Escoffié Duarte, explicó que de forma acertada se ha hablado mucho sobre las afectaciones del llamado Tren Maya en la zona de Quintana Roo. No obstante –señaló la jurista–, es necesario tomar en cuenta la configuración específica de la península del sureste mexicano.

Para Escoffié Duarte, su configuración territorial, medioambiental y cultural hace que no se pueda hablar de la situación de Quintana Roo sin tocar el tema de las consecuencias en Yucatán y Campeche.

De acuerdo con Ana Poot Cahum, mujer maya y diputada juvenil en Quintana Roo –quien además participó en el foro–, esta zona peninsular de México ya había sido afectada antes por otros proyectos como las granjas de cerdos culpables de la contaminación de cenotes en Yucatán; algunos de ellos se conectan con otras aguas subterráneas en Quintana Roo y Campeche.

Por otro lado, la construcción del tren peninsular también ha provocado una notable deforestación en las zonas por donde se trazó el recorrido de este proyecto turístico, el cual –como otros proyectos similares en el sureste– ocupará una gran cantidad de agua disponible en la región.

A este agotamiento de recursos se suman los casos de personas que han tenido que desplazarse luego de que el gobierno mexicano les pidiera desocupar sus terrenos para la construcción del megaproyecto. 

La deforestación es una de las consecuencias de la construcción del Tren Maya en el sureste mexicano.
Fotografía: Twitter @TrenMayaMX

El despojo de tierras afecta especialmente a las mujeres

Desde la perspectiva de Ana Poot Cahum, Carla Escoffié Duarte y Wilma Esquivel Pat –mujer maya masehual en resistencia, concejala del Concejo Indígena de Gobierno–, todos estos efectos negativos traídos por la construcción del Tren Maya impactan de manera particular a las mujeres.

Históricamente, somos nosotras quienes hemos desempeñado el rol de cuidadoras y administradoras del hogar. Por lo tanto, no tener recursos para la manutención familiar e, incluso, ser despojadas de sus viviendas, pone en una situación crítica a las habitantes de la península yucateca.

Escoffié Duarte y Poot Cahum aclararon que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha ofrecido alternativas para resarcir algunos de estos problemas. De acuerdo con la abogada, una de estas propuestas es otorgar viviendas a quienes han tenido que ceder sus territorios al gobierno. Sin embargo –explicó Carla Escoffié–, estas casas no cuentan con la estructura específica construida según las tradiciones y necesidades de las comunidades mayas de la península.

Por su parte, Ana Poot afirmó que por medio del programa Sembrando Vida –diseñado para reforestar las zonas afectadas por la construcción del tren– se están plantando especies invasoras que no corresponden a los ecosistemas del sureste.

Además, la  diputada juvenil compartió que las familias de la región se han visto obligadas a descuidar sus siembras por acudir a las capacitaciones de dicho programa, tras perder otras posibilidades de empleo. Esto ha limitado su desarrollo económico de la forma en la que estaban acostumbradas a gestionarse autónomamente.

Wilma Esquivel Pat agregó que el megaproyecto más importante de la “Cuarta Transformación” también podría traer otro tipo de violencias para las mujeres cuando empiece a operar. En este sentido, apuntó que la península ha sido militarizada por la Guardia Nacional y advirtió sobre la violencia contra las mujeres que estas instituciones suele ejercer en México.

En concordancia, Ana Poot aseveró que el aumento del turismo también podría causar el crecimiento del crimen organizado en el territorio peninsular. En diversas partes del país, estos grupos delincuenciales han atentado contra las mujeres por medio del tráfico, la trata, el desplazamiento forzado y otros mecanismos de opresión.

Algunos tramos del Tren Maya pasan sobre cenotes subterráneos. Hasta el momento no se sabe cuál será la dimensión de las afectaciones que esto podría ocasionar.
Fotografía: Twitter @TrenMayaMX 

Resistir por la vida con la vida misma

De acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, 58 defensoras y defensores del medio ambiente han sido asesinados en México durante el gobierno de López Obrador. 

En este contexto, participar en luchas como la oposición frente al Tren Maya pone en riesgo la vida y la integridad de las y los luchadores. Aun así, organizaciones como el Centro Comunitario U kúuchil K Ch’i’ibalo’on de Felipe Carrillo Puerto y la Asamblea de Defensores Múuch Xíinbal siguen en resistencia. 

Estas luchas se oponen al monocultivo, los jardines industriales y muchos otros planes incluidos en el megaproyecto del Tren Maya. También, a una explotación turística que históricamente ha llevado a las mujeres de la península a recurrir a trabajos en la rama de servicios. Aquí –señaló Ana Poot– hay prácticas racistas como la prohibición de hablar una lengua originaria frente a los turistas. 

La construcción del Tren Maya atenta de diferentes formas contra la vida digna para mujeres y hombres de la región. Por ello, las expositoras del foro –en el que también participaron la periodista Lydia Cacho y la ingeniera Camila Jaber– concluyeron que no se puede permitir que este megaproyecto siga avanzando: la resistencia debe continuar.

Fuente: Cimacnoticias.

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