Brasil. Deltan Dallagnol y Sergio Moro son parte del neofascismo de Bolsonaro
Por Milton Alves, Brasil de Fato /Resumen Latinoamericano, 3 de julio de 2022.
Deltan busca un mandato parlamentario para escapar de la criminalización por la Operación Lava Jato
Las recientes declaraciones de Deltan Dallagnol (Podes-PR), exfiscal y precandidato a diputado federal, admitiendo apoyar al presidente Jair Bolsonaro en una posible segunda vuelta de la carrera presidencial de 2022, no hacen más que confirmar el parentesco político e ideológico de los operadores de el Lava Jet con el bolsonarismo.
“Por mucho que no me gusten muchas actitudes del actual gobierno, simplemente no hay nada peor y más amenazador para el futuro de Brasil que el PT”, dijo Deltan, en un video difundido el lunes pasado (27).
Deltan, al igual que Sergio Moro , busca obtener un mandato parlamentario para intentar eludir la rendición de cuentas por los delitos cometidos durante la Operación Lava Jato. La curul de diputado federal es el salvavidas del exfiscal, quien vive el pánico, incluso el miedo, de enfrentar una larga temporada en el frío calabozo de Santa Cándida.
El lavajatismo fue uno de los mecanismos (junto al aparato de las grandes corporaciones mediáticas) que impulsó la propagación del discurso antipolítico y, en particular, el odioso antipetismo, alimentando la ira y el resentimiento de amplios sectores de la población, principalmente de sectores de la clase media contra los políticos, el Congreso, el STF y otras instituciones -que están desgastadas, es cierto- pero que no serán renovadas y democratizadas por el punitivismo de Lavajat, que solo favoreció y abrió el espacio para la consolidación de un neo -Corriente fascista en el país.
Bolsonaro y los generales no habrían obtenido la victoria en 2018 sin la ayuda decisiva de Lava Jato, que impidió ilegalmente que Lula participara en las elecciones: el líder del PT se perfilaba como un claro favorito.
El desmantelamiento completo de Lava Jato, con el castigo de Deltan y Moro, es una tarea inconclusa, una exigencia del proceso de retomo por el rumbo democrático. Después de todo, como dijo el propio ministro Gilmar Mendes (STF), “Lava Jato es la madre y el padre del bolsonarismo”.
A pesar del desgaste de Deltan, de Moro y la desmoralización de Lava Jato, la experiencia ha demostrado que el discurso de negación de la política aún encuentra atractivo en ciertos segmentos sociales.
Lavajatismo, un brazo de la ultraderecha
El lavajatismo es una corriente de opinión de extrema derecha, que apela a un discurso de carácter salvacionista y autoritario, consiguiendo el apoyo de los segmentos más acaudalados de la clase media y de la escoria militante bolsonarista, agrupados en movimientos como MBL, Vem Pra Rua , Laços pelo Brasil, Direita Curitiba, Movimento Contra a Corrupção y entidades representativas del aparato judicial y de la alta burocracia federal.
Los medios de comunicación corporativos, principalmente Rede Globo y Folha de São Paulo, presentan los crímenes Lava Jato como simples desviaciones de la “ruta positiva” de la operación en la lucha contra la corrupción dentro del Estado brasileño. Según medios pro-Lava Jato, la experiencia fue positiva y que una valoración del operativo no puede allanar el camino para el retorno de la impunidad de los agentes públicos.
Es decir, el mismo discurso favorable al lavajatismo, reciclado en un tono más suave tras las revelaciones de Vaza Jato sobre los métodos criminales practicados por la operación, con sede en Curitiba.
Vale recordar que las acciones de Lava Jato resultaron en la criminalización de partidos y líderes políticos, cuya máxima expresión fue la inédita campaña de lawfare contra un líder político brasileño –el expresidente Lula–, condenado y encarcelado sin pruebas durante 580 días.
El encarcelamiento “preventivo” de ejecutivos de empresas públicas y privadas, denuncias falsificadas, conductas coercitivas ilegales, detenciones filmadas, filtraciones selectivas a la Rede Globo, falsificación de documentos y espionaje de los abogados defensores de los imputados fueron algunos de los mecanismos criminales utilizados por la operación liderada por Moro y Deltan.
La Lava Jato también dejó un enorme lastre en la economía del país: con el pretexto de combatir la corrupción, provocó la implosión de sectores económicos enteros, afectando a la industria de la construcción civil, la infraestructura pesada, la industria naval, el sector químico y la producción de petróleo y gas, provocando el desempleo de millones de brasileños.
Enfrentar el lavajatismo es un componente del esfuerzo político de la izquierda y los trabajadores para derrotar el proyecto de recolonización neoliberal aplicado por el gobierno bolsonarista.
En octubre, el electorado paranaense tiene la opción de borrar del mapa político a los dos máximos exponentes de Lava Jato, desafiando en las urnas el nefasto proyecto de impunidad de Deltan y Moro, aliados de Bolsonaro y Ratinho.
*Periodista y escritor. Autor de los libros ‘La política más allá de las noticias y la guerra declarada contra Lula y el PT’ (2019), ‘La salida es para la izquierda’ (2020) y ‘Lava Jato, una conspiración contra Brasil’ (2021) – todos por Editorial Kotter.
Montaje: Pedro Carrano
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