Cuba.” Sientes la impotencia y bronca al ver que supuestas ONG con mucho dinero tratan de marchar la cooperación médica de Cuba”

Por José Manzaneda. Resumen Latinoamericano, 24 de junio de 2022.

Ernesto Fontan y Tatiana Nemecek militan en el Espacio de la Fraternidad Argentino Cubana, que es presidido, de manera honoraria, por el sociólogo Atilio Boron. Nos narran cómo una de sus primeras acciones, en este grupo de solidaridad, fue la organización de un concierto gratuito del trovador cubano Silvio Rodriguez en Avellaneda (Argentina), ante cien mil personas, en 2018. Un hito que les hito tomar impulso para desarrollar diversas acciones. Entre ellas, la producción de este documental, que nos acerca al programa inédito de atención médica, creado por Cuba, para niñas y niños de Ucrania, Rusia y Bielorrusia afectados por el accidente de Chernóbil. Tarará es el nombre del lugar de Ciudad Habana donde se albergaron.

El documental sorprende no solo por su cuidada estética, sino por el magistral engarce temático entre el hilo conductor principal, la historia de las niñas y niños de Chernóbil, con los más importantes hitos históricos de la Revolución cubana, desde la Campaña de Alfabetización a la Brigada médica Henry Reeve. En toda regla, un ejemplo de pedagogía internacionalista.

Hablamos también sobre política internacional. Porque la mayoría de las niñas y niños atendidos en Tarará eran de Ucrania, país al que Cuba ayudó en el peor momento de su historia reciente, el Periodo especial cubano. Sin embargo hoy el gobierno de Kiev apoya el bloqueo de EEUU a Cuba, en las votaciones de Naciones Unidas.

Finalmente, conversamos sobre la campaña existente, apoyada con subvenciones del Gobierno de EEUU, contra la cooperación médica de Cuba, a través de ONG especializadas en destruirla. Una de ellas es Prisioners Defenders, con sede en Madrid, cuya directiva ha apoyado, de manera declarada, en los medios de comunicación, las medidas de asfixia contra la Isla del ejecutivo de Donald Trump. Al preguntarle sobre el sentimiento que le viene al leer esto, Ernesto Fontán indica que siente “impotencia y bronca”.

Sinopsis: en la película, Alexandr y Vladimir, dos niños ucranianos que sufrieron radiaciones por la explosión de la central nuclear de Chernóbil, viajan miles de kilómetros de su hogar para sanarse. Llegan a la ciudad de Tarará en Cuba junto a 26.000 niños afectados por la radiación, donde, a pesar de su delicada situación económica (Período Especial), se organizó un programa integral de recuperación para las víctimas desde el año 1990 hasta el 2011, mientras ni su propio país ni EE. UU. o cualquier otro país “rico” hacían nada por ellos.

Edición: Ana Gil. Realización: Javier Garijo

Fuente:CubaInformación.

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