Argentina. “Con este sistema judicial jamás vamos a saber lo que le pasó a Santiago Maldonado”

Por Laura Litvinoff, Resumen Latinoamericano, 22 de octubre de 2021.

Mientras la causa siga paralizada y con un juez como Gustavo Lleral, que dijo que Santiago Maldonado “se ahogó solo”, advierte Andrea Ántico, nunca se podrá saber qué fue lo que pasó ese 1° de agosto de 2017, cuando el joven desapareció en medio de la persecución y represión de la Gendarmería en la Lof en resistencia Cushamen. El reclamo de su familia por verdad y justicia recae sobre el Estado argentino, sobre los medios de comunicación que omitieron o desfiguraron información vital, y sobre el Poder Judicial, que sigue negando la desaparición forzada.

“El coraje de Santiago Maldonado hoy le haría falta a más de unx”, asegura Andrea Ántico cuando recuerda a su cuñado, mientras cuenta también que a veces todavía se sigue enojando con él porque ella hubiese querido que los hechos se dieran de otra manera. Pero ese enojo del que habla Andrea no parece ser otra cosa que el profundo dolor que sentiría cualquier persona por tener que atravesar el duelo de un ser querido, teniendo que soportar además la sospecha de que esa muerte pueda haber ocurrido de una de las formas más crueles y siniestras posibles.

Por eso la verdadera rabia de Andrea aparece al momento de decir que, después de cuatro años, la causa Maldonado continúa impune, en gran parte porque el Poder Judicial se sigue negando a investigar una posible desaparición forzada, aun cuando la versión de los hechos que dio en 2017 el juez Gustavo Lleral resultó muy poco convincente, y más allá de que en este último tiempo se hayan dado a conocer una serie de datos fundamentales para empezar a develar el complejo entramado político, mediático y judicial que pudo haber existido alrededor del caso.

Andrea detalla también cómo, durante estos años, ella y Sergio Maldonado se sintieron expuestxs, perseguidxs y juzgadxs, pero aclara que lo que más les molesta hoy ya no es eso, sino la hipocresía y la indiferencia con la que el Gobierno actual se refiere al tema para evitar tomar una posición política sobre los hechos.

A pesar de todo esto, y tal vez por tener ese mismo coraje que Santiago, Andrea no piensa abandonar la lucha hasta descubrir toda la verdad sobre lo ocurrido con su cuñado: “Por más complicado que parezca, vamos a seguir haciendo todo lo posible para que haya justicia y castigo a todxs lxs culpables materiales e intelectuales de que hoy Santiago ya no pueda estar más entre nosotrxs”.

¿En qué estado está la causa y cuál es el pedido de la familia al Poder Judicial?

-La causa está totalmente paralizada y la última acción judicial fue de una incongruencia muy grande, porque la Cámara de Casación dijo que hay que seguir investigando pero volvió a ratificar a Gustavo Lleral como juez, después que él había pedido no seguir porque ya había tomado una decisión sobre los hechos: dijo que Santiago se ahogó solo y que los gendarmes no tuvieron ninguna responsabilidad en lo ocurrido. Desdecirse de eso ahora, a nosotrxs nos resulta muy raro, y con este tipo de acciones entendemos que la Justicia sigue negando una posible desaparición forzada, por eso nuestro reclamo es que se designe a otro juez, para que la causa se pueda empezar a investigar de una vez como corresponde.

El año pasado el Ministerio de Seguridad había denunciado a Pablo Noceti, exjefe de Gabinete de Patricia Bullrich, por su posible responsabilidad en los hechos. ¿Qué ocurrió con eso?

-En su momento esa denuncia se sumó a la causa, pero como Lleral tiene otra versión de los hechos, dijo que no puede hacer nada hasta que no tenga la confirmación de la Corte Suprema, y como la Corte no acciona, todo sigue en una especie de limbo burocrático.

¿Qué pensás sobre la postura del Gobierno en el caso?

-Yo creo que este Gobierno no tiene un verdadero interés por saber qué pasó con Santiago, porque desde que asumió nadie salió a decir nada ni a dar alguna postura sobre los hechos. Nunca lo escuché a Alberto Fernández hablar de la causa y, en las pocas oportunidades que lo hicieron, lo que dijeron fue tristísimo. Cuando habló el ministro de Justicia Martín Soria, por ejemplo, en vez de ponerse en nuestro lugar, puso a los gendarmes como víctimas y dijo que lo que les hicieron hacer fue algo terrible. Y Berni también salió a decir cualquier cosa. Por eso nos damos cuenta de que Santiago no les importa, quizá que en su momento les sumó en algo, pero ahora es evidente que no les interesa.

Viniendo de un movimiento político que siempre pareció tomar los derechos humanos como bandera, lo que decís suena bastante contradictorio…

-Sí, y eso es lo que más bronca da, porque se supone que este Gobierno sabe el significado de los derechos humanos y más que nadie tendría que estar ocupándose del tema. A su vez, hay un montón de organismos de DDHH que se identifican con el kirchnerismo y que están acompañando la causa, pero nosotrxs necesitamos un verdadero posicionamiento del Gobierno: que digan si realmente les interesa saber lo que le pasó a Santiago, porque por ahora los hechos vienen demostrando lo contrario. Y también demostraron lo mismo con otros casos como el de Facundo Castro. Yo entiendo que el Gobierno no ocupa un lugar judicial, pero si no van a hacer nada es preferible callarse la boca, al menos por respeto a la familia, porque no está bueno prender la televisión, escuchar las cosas que dicen y que ningún funcionarix demuestre compromiso por la causa.

El mes pasado la Justicia recuperó las anotaciones que tenía en su celular Dario Nieto, secretario privado de Macri y candidato a legislador porteño, unos días antes de la aparición del cuerpo de Santiago, y allí se develan dos datos bastante turbios: que el macrismo se encargó de poner en la causa al juez Lleral, y que el teléfono de Estela, la madre de Santiago, estaba agendado en el celular de Nieto un año antes de la desaparición. ¿Cómo analizás todo esto?

-En ese momento nosotrxs ya nos veníamos dando cuenta de la relación que había entre los jueces y el macrismo, y por eso hablábamos con nuestra abogada de recusar a Lleral. Pero ellxs ya tenían todo armado, porque habían intervenido el celular de Sergio y sabían cuáles eran los pasos que queríamos seguir. Y en cuanto a lo del teléfono de Estela, cuando me enteré, me quedé helada. Lo primero que pensé es que debía haber un error, porque es muy macabro pensar que un año antes ellxs ya tenían nuestros datos. Pero en algún punto también me lo puedo imaginar, porque los hechos lo demuestran y porque cada día se va sabiendo un poco más. Por eso insistimos tanto en que se investigue como una desaparición forzada, porque hay muchos datos que tienen que ver con eso. Otro pedido que hicimos es que todas las denuncias se investiguen por un solo juez y que sea imparcial, para poder empezar a atar cabos, porque lo de Nieto por ejemplo está en una causa que no tiene que ver con la de Santiago, pero igual salió a la luz, entonces si se investigara y se buscara información como corresponde, seguramente aparecerían muchas cosas más.

Vos conocías a Santiago desde que él era muy chico. ¿Cómo era la relación entre ustedes?

-A Santiago lo conocí cuando él tenía cuatro años, y ya desde ahí me acuerdo que era tremendo. La primera vez que fui a la casa de Sergio, me agarró y me dijo: “Te voy a mostrar algo”. Me trajo un álbum de fotos y empezó: “Mirá, ésta es la novia de Sergio”, y me mostraba fotos de una ex novia, y me decía: “Porque vos no sos la novia”. ¡Yo me quería matar! Después nos fuimos a ver a la abuela, y cuando volvimos él estaba parado en la puerta de la habitación y me dijo: “Yo sé cuánta plata tenés vos”. Yo lo miré sorprendida y le pregunté cómo sabía eso, y él me contestó que me había estado mirando la billetera. Como era muy chiquito, todavía no sabía contar y nombraba a los próceres de los billetes: “Tenés dos Mitre, un San Martín…” Ya cuando tenía ocho años empezó a cuestionar absolutamente todo: “¿Y por qué me tengo que bañar, y por qué esto, y por qué aquello?”. Después, de más grande empezó a viajar mucho, y como nosotrxs vivíamos en Bariloche ya no teníamos una relación tan fluida. Había una cuestión de edad, pero también ciertas cosas que en ese momento yo no coincidía con él, desde algunas posturas políticas como su anarquismo, hasta su forma de plantear un montón de cosas.

¿Y ahora sentís que algo de eso cambió en vos?

-Sí, después de todo lo que vivimos me doy cuenta de que en realidad sí coincido en muchas cosas con Santiago. A veces es así, hasta que no pasás por determinadas situaciones y te replanteás un montón de cosas, no te das cuenta. Y también a veces me pasa que me enojo con él porque pienso que me hubiera gustado que las cosas fueran muy diferentes. Yo creo que cuando Santiago fue a Cushamen no le importaba nada, en el sentido de que iba a ir ahí por más que nosotrxs nos opusiéramos o le dijéramos lo que fuera, porque él era un militante, un luchador, ya sabía dónde tenía que estar y nadie lo iba a correr de ese camino. Me acuerdo cuando todavía lo estábamos buscando, que Estela me dijo: “Si aparece, me lo voy a llevar a mi casa y no lo voy a dejar salir más”. Y yo le dije que por más que lo encerrara, él se iba a escapar e iba a ir a reclamar igual, porque era algo que tenía muy incorporado, y justamente esa determinación para hacer las cosas era lo bueno que tenía y lo que lo terminó llevando a que pasara todo lo que pasó. Yo creo que el coraje de Santiago hoy le haría falta a más de unx.

Desde tu profesión de fotógrafa aportaste mucho a la causa: unxs amigxs tuyos crearon la página web y vos te ocupaste de subir información, fotos y videos para cada aniversario. ¿Qué forma tomó todo ese trabajo ahora?

-La página web fue muy importante porque sirvió para que la gente se informara de los hechos verdaderos y no de las mentiras que decían en los medios de comunicación. Ahora estoy trabajando en un proyecto fotográfico personal con imágenes que tengo de esos 78 días que pasamos con Sergio, y me dan ganas de mostrarlo en algún momento. También me cuesta un poco, pero a la vez me parece que sería importante dar a conocer mi visión de lo que fueron esos días, porque no es la misma que la de Sergio o la de otrxs fotógrafxs que también estuvieron, sino que tiene que ver con los sentimientos y con todas las cosas íntimas que pasamos nosotrxs como familiares. También pasa que no hay muchas fotografías de Santiago, porque a él no le gustaba sacarse fotos, y como yo tengo algunas de cuando era chiquito y adolescente, eso también va a formar parte del trabajo. Después hay otra parte que son unas fotografías que hice y que no tienen que ver con el Santiago anarquista y luchador que todxs conocieron, sino con la relación que tuvimos nosotrxs. Es algo experimental, porque a mí me gusta trabajar con texturas, capas y mezclar todo eso, entonces el trabajo después termina tomando una forma que no es la del documental clásico.

¿Cómo manejan el nivel de exposición que empezaron a tener después de que ocurrió lo de Santiago?

-Es difícil, en este momento nadie de la familia tiene el nivel de exposición de Sergio, que a veces está bueno porque sirve para que se conozca el caso y vean que realmente no hay justicia, pero también te lleva a perder un montón de cosas. Nosotrxs hemos vivido situaciones de gente que se acerca, te abraza, te regala cosas, te escribe una carta. Y después está lo opuesto. Ahora no tanto, pero en ese momento era ir a algún lado y tener gente sacándote una foto solo para decir “mirá, están sentadxs tomándose un café”, co

como si no pudiéramos hacer eso. También nos dicen barbaridades, o inventan que a Sergio le pagan 200 mil pesos por mes y esas cosas. Y si bien sabemos que son todas mentiras, en el fondo nos jode, porque si todo eso se dice porque reclamamos por un familiar, la verdad que es de mala gente, porque nosotrxs lo único que pedimos es que haya verdad y justicia.

Después de cuatro años, la causa sigue impune y la versión que en su momento dio la Justicia genera muchas dudas. ¿Cuál es tu versión de los hechos?

-Yo no tengo una versión de los hechos; sí sé que el 1º de agosto Santiago desapareció y que estuvo así 78 días. Que en el lugar donde dicen que estuvo, en realidad no estuvo, porque no hay pruebas contundentes de eso. Nosotrxs fuimos varias veces a la Pu Lof, y cuatro o cinco días antes de que aparezca el cuerpo nuestra abogada había ido también y Santiago no estaba. El 18 de septiembre habían hecho el último mega rastrillaje con 40 efectivos, drones, helicóptero, etcétera, y Santiago tampoco estaba ahí. El cuerpo apareció en un lugar a la vista de todxs, y es imposible que hubiera estado ahí y que la cantidad de gente que pasaba nunca lo hubiera visto. El día que lo encontraron, nosotrxs íbamos con la abogada caminando por la orilla del río y Sergio iba en un gomón con un chico de la comunidad y con dos buzos, y ningunx de nosotrxs vio nada. La forma en que apareció también es muy extraña, porque fue justo cuando decidimos irnos porque veíamos que no había nada. Y cuando ya estábamos en el auto, nos comunican que habían encontrado un cuerpo y que querían que vayamos. Entonces yo no tengo una hipótesis, pero sí sé que con todos los datos que hay, de ninguna manera se puede afirmar que Santiago se ahogó solo.

¿Pensás que en algún momento va a haber justicia?

-Mientras se siga investigando como hasta ahora, todo por separado y con un juez que no es imparcial, lamentablemente no vamos a poder saber qué fue lo que pasó. Y cada día que pasa es peor, porque más nos alejamos y más cuesta todo. El nivel de mafia y corrupción que hay dentro del Poder Judicial es realmente muy grave. Lo de Santiago va a pasar, va a haber otros casos, pero los jueces y fiscales corruptos y mafiosos van a seguir permaneciendo en sus cargos hasta la eternidad. Por eso nuestra sensación es que nunca vamos a poder hacer justicia, porque con este sistema judicial lxs verdaderxs culpables jamás van a ir presxs. Sería muy iluso pensar que le va a pasar algo a Patricia Bullrich, por ejemplo. Pero bueno, por más complicado que parezca, no perdemos las esperanzas y vamos a seguir haciendo todo lo posible para saber la verdad y para que en algún momento haya un castigo a la gente que armó todo esto, a todxs lxs culpables materiales e intelectuales de que hoy Santiago ya no pueda estar más entre nosotrxs.

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