Argentina. Unión de Trabajadores de la Tierra promueven charla contra trigo transgénico que envenenaría nuestros alimentos aún más

Por Fernanda Paixao, Resumen Latinoamericano, 22 de septiembre de 2021.

La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) convocó a un acampe en la plaza del Congreso Nacional en Buenos Aires, Argentina, en un acto realizado el lunes (20) y martes (21) para impulsar el tratamiento del proyecto de Ley de Acceso a la Tierra en la Cámara de Diputados.

El proyecto de ley propone la creación de un Fondo Fiduciario de Crédito Público para la Agricultura Familiar, que facilitaría el acceso a créditos para la adquisición de propiedades rurales y la construcción de viviendas a las familias propietarias de tierras.

Sólo el 13% de la tierra cultivada en Argentina está en manos de pequeños productores, que a su vez generan el 60% de los alimentos que circulan en el mercado interno del país. Por otro lado, el 1% de las empresas agrarias controla el 36% de las tierras cultivadas, según la organización. La Ley de Acceso a la Tierra garantizaría el desarrollo de los pequeños productores, y como consecuencia, la producción de alimentos sanos en el campo, dado el escenario de desventaja y la poca inversión del Estado en relación a las grandes empresas del agronegocio.

La movilización tuvo su último día con música, flores y mesas de debate. Coincidiendo con el inicio de la primavera, el acto de dos días llevó a cabo, como es habitual en los actos de la organización, el reparto de flores y verduras orgánicas cultivadas por los miembros de la UTT, así como de material didáctico sobre soberanía alimentaria, agroecología y un completo atlas sobre el agronegocio de los transgénicos.

La última mesa del acto abordó la temática del trigo transgénico HB4. Desarrollado en Argentina, el trigo modificado genéticamente está siendo analizado por la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) de Brasil. El tema puede volver a cada reunión mensual de la comisión, sin previsión de tratamiento o resolución.

“Según la propia Bioceres, de aprobarse, serán cultivados más de un millón de hectáreas de trigo transgénico”, señaló el abogado y ambientalista Marcos Filardi, fundador del Museo del Hambre, refiriéndose a la empresa que financió el desarrollo de la semilla transgénica HB4.

“Este trigo estará presente en nuestras mesas y en todos los alimentos que comemos, como grandes consumidores de trigo que somos, con su carga de venenos, con el glufosinato de amonio”, dijo. 

Maritza Puma, miembro de la UTT, destacó que, como ella, muchas mujeres han empezado a recuperar los conocimientos para cultivar sin agotóxicos. “Empezamos a recuperar los conocimientos de nuestros padres y abuelos sobre cómo cultivar palta, maíz, cómo se sembraba sin necesidad de agroquímicos. Aprendimos sobre estas otras formas de producir, también de otros países, continentes, de referencias mundiales”, dijo.

Con el acto realizado frente al Congreso Nacional, el mensaje se hace eco de las palabras de Maritza: sin la acción del Estado, la agroecología no tiene forma de enfrentar los daños ambientales, económicos, sociales y sanitarios del agronegocio y el extractivismo.

“Estamos a tiempo de revertir esta situación”, dijo Filardi, al concluir su intervención en la mesa de debate. “Hay una salida colectiva, y necesariamente colectiva, que es la agroecología y la soberanía alimentaria. Tenemos un ejemplo de ello en nuestro país. UTT apuesta fuerte por esta forma de producir nuestros alimentos, en armonía con la naturaleza y el ser humano. Es una salida necesaria, urgente y es posible”, concluyó.

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