Nación Mapuche. Habla Ernesto Llaitul: “La forestal Mininco está en un proceso de paramilitarismo”

Paula Huenchumil y Francisco Velásquez / Resumen Latinoamericano, 22 de julio de 2021

El hijo de Héctor Llaitul, que fue inicialmente dado por muerto en el enfrentamiento en que murió Pablo Marchant, afirma que “la única forma de expulsar a las forestales es a través del sabotaje”. Sobre la acción que también dejó a un trabajador gravemente herido, dice que “mis peñis creen que fueron Carabineros, porque disparaban ráfagas”. 

El humo de las fogatas se mezclaba con la niebla y solo quedaban las luces de una ruka. Con el pasar de las horas el frío se hacía más intenso, y poco a poco, miles de personas de distintos territorios mapuche se retiraban del lugar. Ya había terminado el eluwun, funeral ancestral, de Pablo Marchant, weichafe (guerrero) de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM).

“Toñito”, como le llamaban sus cercanos, fue sepultado en territorio en recuperación de Forestal Arauco, al interior del ex fundo Pidenco en Lumaco -de alrededor de dos mil quinientas hectáreas-, lugar en el que desde diciembre de 2016 se practica la autonomía y control territorial. Durante toda la ceremonia estuvo presente Ernesto Llaitul, miembro de la Coordinadora Arauco Malleco y amigo de Pablo Marchant, quien había sido declarado muerto horas antes de que su padre y su pareja llegaran a reconocer el cuerpo del weichafe al que le disparó un carabinero en el sector de Fundo Santa Ana Tres Palos, parte de un predio de la Forestal Mininco (perteneciente al Grupo Matte),  mientras se realizaba una acción de sabotaje a la maquinaria de la faena forestal.  

Ernesto Llaitul, el “Nano” como le dicen sus amigos y familia, hijo del histórico dirigente Héctor Llaitul y werken (vocero) de la CAM conversó con INTERFERENCIA y señaló que el día que fue asesinado Pablo Marchant estaba trabajando, por lo que no pudo estar ubicable debido a la falta de señal. “Esa noche llegué a la casa de un amigo y me quedó mirando como un fantasma… Me dice cómo es posible que estés aquí si están diciendo que estás muerto. Inmediatamente me prestaron internet y vi lo que se estaban diciendo. Lo primero que vi fue un mensaje de mi señora que estaba llorando y me decía que por favor le dijera que estaba vivo, así que fue ahí que llamé a mi pareja y me dijo que tenía que averiguar qué pasaba. Así fue que durante la noche, luego de que mi padre fue a reconocer el cuerpo, nos informaron que había sido asesinado Pablo en una acción de sabotaje”.

Dos veces ha pasado por la cárcel Ernesto Llaitul Pezoa. En una de ellas, además fue uno de los ocho dirigentes mapuche víctimas del montaje Operación Huracán.

Dos veces ha pasado por la cárcel Ernesto Llaitul Pezoa, y dos veces fue absuelto. Además, fue uno de los ocho dirigentes mapuche víctimas del montaje Operación Huracán (2017) de Carabineros de Chile, quienes manipularon pruebas mediante la intervención fraudulenta de teléfonos celulares. En esta entrevista, Ernesto Llaitul recuerda cómo conoció a Pablo Marchant y las razones políticas que mueven a su organización. (Revise acá el artículo Quien era Pablo Marchant, el weichafe de la CAM asesinado en un fundo de Mininco este viernes).

– ¿Cómo se conocieron con Pablo Marchant y cómo comenzaron a participar en la CAM?

Nosotros éramos bastante cercanos. Lo invité de a poco a participar aquí, porque él tenía un linaje por parte del abuelo materno, pero como muchos, vivió el tema de cambio de apellido. Su bisabuelo sabía hablar mapudungún… Él se sentía mapuche.

El Toño estaba estudiando antropología y yo sociología en la Universidad de Concepción. En ese tiempo y en esas circunstancias éramos buenos para jugar a la pelota, nos encontrábamos día por medio a jugar y siempre después de los partidos compartíamos. El año 2016 cuando caí detenido en los Ángeles, nadie tenía mucho conocimiento de lo que hacía, no comentaba mucho mi relación con la organización. Obviamente sabían que era el hijo de Héctor Llaitul. Por esos días, Pablo me visitó en la cárcel. Cuando salí siempre me conversaba y me preguntaba si lo invitaba a mi comunidad. Si me podía acompañar, si podía venir, era bien servicial en el sentido de tratar de hacer algún apoyo, aunque fuera lo más sencillo. Lo que pudiera, él estaba a disposición, y así fue como se vino acercando para acá. En ese tiempo seguí estudiando y bajo arresto domiciliario veníamos a veces para acá al lof Pidenco. Íbamos a la casa donde vive mi papá en Lleu Lleu y a Concepción para seguir estudiando.

En 2017 caigo preso nuevamente, y por esos días mi pareja queda embarazada y decido salirme de la universidad. El Pablo se había salido un año antes. En la universidad habían muchas tomas y nosotros nos veníamos. Era bueno para trabajar, era servicial, tenía buena voluntad. Además de la acción directa que lleva la organización, también está el control territorial que implica mucho trabajo no remunerado. Después trabajamos madereando y nos ganamos nuestros pesos también. De este sector saqué madera e hice la casa en la que vivo con mi pareja, y en todo eso me ayudó Pablo. El Pablo andaba conmigo, yo le aconsejaba que fuera con calma, porque el mapuche es desconfiado de la gente que no conoce. Pablo se empezó a ganar la confianza, era comprometido. Ahí empieza a entrar a la organización, al trabajo, control territorial y la línea que tiene que ver con la resistencia y el sabotaje en contra de las forestales.

“Pablo (Marchant) fue un destacado weichafe de nuestra organización que, efectivamente, participó de un alto número de sabotajes, principalmente en contra de la forestal”.

Pablo fue un destacado weichafe de nuestra organización que, efectivamente, participó de un alto número de sabotajes, principalmente en contra de la forestal, porque nosotros lo reivindicamos y lo planteamos así. Planteamos que la única forma de expulsar a las forestales es de esa forma, porque ellos no nos van a otorgar algo por voluntad propia. Lo que tenemos que conseguir como pueblo nación mapuche, lo tenemos que conseguir con la lucha, no nos queda otra forma. La lectura yo la tenía clara, pero él (Pablo Marchant) entendió que la única forma de recuperar el territorio es haciendo el control territorial y el sabotaje a la forestal.

– Sobre el día en que murió Pablo, ¿cómo se enteró su padre que no era usted el fallecido y qué intención cree que tenían dando su nombre?

En realidad, trato de pensar y ellos, los servicios de inteligencia, me identifican como un weichafe o un luchador comprometido en esta situación de expulsar a las forestales. En realidad, no tengo bien claro por qué esa situación se generó de esa forma. Entonces lo veo como una forma de involucrarme en esa situación. Yo no creo que la intención de ellos haya sido querer asesinarme, no lo pienso así, pero puede ser, porque me identifican como un weichafe. Esto porque tengo una ascendiente grande, en la juventud, a temprana edad, era partícipe de la resistencia y la lucha en contra de la industria forestal. Dos veces me han detenido y me han querido condenar, pero salí absuelto. La Operación Huracán ya se sabe que fue un montaje y en la primera causa salí absuelto, porque fue declarada ilegal la detención.

– ¿Sabe cómo se llegó a la acción de sabotaje donde murió Marchant?

Comunidades cercanas donde están instaladas esas faenas de Forestal Mininco tienen claro que las tierras son mapuche y que la forestal se tiene que ir, porque la empresa persiste con la explotación del bosque. Conversaron con peñis de la CAM y llegaron a la conclusión de que la única forma de recuperar el terreno era en la acción de sabotaje. Ahí resalta el valor de ir a la acción de sabotaje, aún sabiendo que había presencia de Carabineros. 

“Carabineros y el gobierno nos hacen ver que nosotros somos los que generamos ese tipo de violencia, pero lo que es claro, es que nosotros y el pueblo mapuche no queremos que las empresas forestales sigan estando en el Wallmapu“.

Carabineros y el gobierno nos hacen ver que nosotros somos los que generamos ese tipo de violencia, pero lo que es claro, es que nosotros y el pueblo mapuche no queremos que las empresas forestales sigan estando en el Wallmapu. Nosotros estamos  en una guerra declarada con las forestales, tanto de bosques Arauco como con Mininco, porque entendemos que han sido los responsables por mucho tiempo de varios sucesos que nos perjudican en la vida como mapuche.

– Existe el rumor que guardias forestales estarían armados, ¿le consta?

Desde hace un tiempo a la fecha la empresa forestal Mininco está en un proceso de paramilitarismo con el beneplácito de los que llamamos los yanaconas de diferentes partidos, Partido Comunista, Partido por la Democracia: que son aquellos que llevan dando la espalda a su pueblo y están siendo armados por estos grupos. Se ha llegado a una situación de hostilidad generada por las forestales, porque eso no ocurría antes.  

Para cumplir el sueño de la liberación nacional mapuche de nuestro pueblo tenemos la obligación de combatir a las forestales en temas ideológicos, políticos, territoriales. Hacemos una transformación de este mundo forestal a un mundo mapuche, motivados por la rabia que nos da ver cómo abusan de su poder y generan situaciones que son graves para nuestro pueblo. Sin ningún tapujo ni remordimiento generan esas situaciones para ver cómo nosotros los mapuche nos enfrentamos y nos matamos entre nosotros.

“Para cumplir el sueño de la liberación nacional mapuche de nuestro pueblo tenemos la obligación de combatir a las forestales en temas ideológicos, políticos, territoriales”.

Los mapuche que pertenecen a partidos políticos existen antes de que exista yo. Ellos son yanaconas, porque tienen un pie dentro de la institucionalidad. Tienen diferencia ideológica y política, en ese tiempo era eso, porque ellos buscan la integración a la lógica capitalista que tiene la forestal, que es todo lo contrario a lo que plantea el pueblo mapuche que es la reconstrucción y la transformación de eso a un mundo mapuche.

– ¿A qué se refiere con esta transformación?

Decimos una trasformación al mundo mapuche, porque esta situación de genocidio, de despojo, pobreza y opresión han desestructurado a nuestra nación mapuche y lo siguen haciendo, siguen desestruyendo, y por eso que tenemos una guerra con las forestales. Eso lo ha entendido mucha gente, que no puedo cuantificar exactamente, pero toda la gente que ha llegado estos días de eluwun de diferentes territorios durante estos días, casi cinco mil personas de diferentes comunidades que han venido, eso quiere decir que no piensan igual que aquellos que nos acusan de ser violentistas. Una buena parte de nuestro pueblo nación, si bien no se compromete con lo que planteamos, comprenden y entienden que las forestales no pueden continuar en el territorio.

“Si no estuviera la presencia de Carabineros en las faenas no habría ni siquiera la más mínima opción de que un trabajador salga herido, ellos son los que exponen a fuego cruzado de una manera desleal, porque la policía no ocupa identificación ni los vehículos institucionales, sino que los vehículos de las forestales”.

Ante la situación que vivimos, primero le endosamos la responsabilidad a las forestales, pero también al Estado de Chile. El Estado con sus gobiernos de turno, insisten de manera descarada en proteger los intereses forestales de manera desleal, porque la lógica de CAM nunca ha sido atentar en contra de los trabajadores, sino que siempre ha sido luchar y sabotear los circuitos económicos para luego nosotros hacer uso del territorio y hacer las transformaciones que hay que hacer. Si no estuviera la presencia de Carabineros en las faenas no habría ni siquiera la más mínima opción de que un trabajador salga herido, ellos son los que exponen a fuego cruzado de una manera desleal, porque la policía no ocupa identificación ni los vehículos institucionales, sino que los vehículos de las forestales. 

También es importante decir que la intención de los órganos de resistencia es el sabotaje del circuito económico, y resguardar a los weichefe, pero en ningún caso para matar.

En el caso de lo que pasó recientemente, por lo que hemos podido recabar, cuando Pablo se encontraba realizando una acción de sabotaje con otros miembros de la ORT y la CAM, según el relato de los weichafe, la bala que hirió al guardia de seguridad de forestal Mininco no salió de las armas de mis compañeros, además que Carabineros disparaba ráfagas, por eso mis peñis creen que quizás fueron ellos, porque de nuestra parte en nuestras acciones no tenemos la intención de disparar a un carabinero ni a un trabajador. Al contrario, en la CAM nos destacamos por respetarle hasta las pertenencias de los trabajadores.

FUENTE: Interferencia

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