Brasil. En Recife, mujeres se unen y crean una fábrica de escobas con plástico reciclado

Por Lucila Bezerra. Resumen Latinoamericano, 10 de junio de 2021.

En Brasilia Teimosa, Recife, las residentes de la comunidad aprenden un nuevo oficio y obtienen autonomía.

El barrio Brasília Teimosa, en Recife, tiene una historia de lucha y resistencia popular, que comienza con la “terquedad” de los vecinos al no aceptar dejar ese terreno, cuyo nombre hace honor a otra Brasilia, que estaba en construcción en el momento en que ganó el barrio. La huella de la resistencia sigue presente hoy, en la fuerza de los vecinos para superar este período de crisis sanitaria y socioeconómica.

En medio de la pandemia, un grupo de madres de la ONG Turma do Flau se dio cuenta de que las integrantes tenían en común, además de la maternidad, la necesidad de tener sus propios ingresos.

La búsqueda de la autonomía financiera comenzó en 2018, abrió puertas a otras mujeres de la comunidad y, este año, implementó una acción que combina el reciclaje de botellas PET y oportunidades de negocio.

“El proyecto era solo para las madres de Flau, pero vimos que muchas mujeres que no eran de Flau querían participar en este proyecto. Entonces nos abrimos a la comunidad, y hoy somos alrededor de 20 mujeres que, incluso en la pandemia, todos vienen al menos aquí a hacer una escoba una vez a la semana”, dice Carolina Patrício dos Santos, coordinadora del grupo” Mulheres que Geram Renda”, residente de Brasília Teimosa y miembro de la Marcha Mundial de las Mujeres.

Parte de las ganancias se destina a las mujeres y otra parte se reinvierte en la fábrica de escobas. La iniciativa beneficia a varias mujeres que están logrando independencia económica con el proyecto.

Entre ellas se encuentra María Elisoneide Rodrigues, que es costurera, estaba sin trabajo, pero encontró una oportunidad en el grupo.

“Estas escobas, unas cuestan R $ 10, otras R $ 15. Puedo hacerlo yo sola. Hoy llené una bandeja con 15 botellas, que es lo que se necesita para producir una escoba. Si hago dos, una es mío y la otra pertenece al grupo, para comprar material, materia prima, esas cosas que necesitas”, dijo Elisoneide.

La iniciativa, además de generar ingresos y autonomía para las mujeres de la comunidad, contribuye a eliminar el plástico del medio ambiente, que tarda alrededor de 100 años en descomponerse en la naturaleza.

“La importancia es que estamos haciendo un mundo mejor por delante para nuestros nietos, nuestros hijos, desde el momento en que recolectamos este material reciclable. Y también porque, además de basura, que para nosotros es un lujo; porque lo podemos hacer con algo que está ahí, que nadie aprecia, haciendo una obra de arte, que es nuestra escoba, hecha de botellas”, evalúa Carolina.

Las residentes han tenido dificultades para recolectar la materia prima para la producción de escobas. El grupo lanzó una campaña de recolección de botellas a través del Instagram de Núcleo Soledad Barret, de la Marcha Mundial de las Mujeres.

“Lamentablemente, el mundo no le está dando trabajo a nadie. Y muchas personas toman botellas en el vecindario para sobrevivir y pasan la noche, toda la noche recolectando. Como tengo un grupo en el que la mayoría son mayores, no las voy a meter a medianoche a recoger botellas en la calle. Entonces, nuestra mayor dificultad hoy es la materia prima”, dijo Carolina.

Incluso con tantos desafíos, las mujeres se han superado a sí mismas aprendiendo un nuevo oficio con la producción de escobas. Testarudas como el mismo barrio en donde viven, insisten en lo que puede contribuir a un mejor futuro para sus familias y el medio ambiente. Esta es la esperanza de Elisoneide.

“Si la persona se esfuerza, tiene capacidad, interés … tiene que estar interesado en aprender. Es cometiendo errores que una aprende, ¿verdad? Me equivoco, me esfuerzo, quiero aprender, peleo y podemos hacerlo. Solo obtienes las cosas de esa manera. Somos pequeñas hormigas”.

Fuente: Brasil De Fato (Pernambuco)

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