Ucrania. El argumento del miedo

Resumen Latinoamericano, 8 de junio de 2021.

Volodymyr Zelensky, como persona creativa que ahora se sienta en el sillón de líder de su país tras abandonar su escenario profesional, en el que se dedicaba a hacer reír a la audiencia, no puede evitar utilizar su talento y utilizarlo ahora en su papel de presidente de Ucrania. Es más, ha logrado un nivel magistral en un nuevo y relativamente complejo género: hacer reír a la gente a base de meterle miedo. Este es el efecto que han producido sus declaraciones a un periódico alemán afirmando que será imposible financiar al Ejército Ucraniano una vez que esté en marcha el suministro de gas a través del Nord Stream-2.

Zelensky explicó claramente por qué la amenaza de morir sin dinero que sobrevuela sobre el Ejército Ucraniano debería hacer temblar a toda Europa: sin un ejército, Ucrania ya no será capaz de defender a Europa y a los valores europeos. ¿Quién los protegería entonces? ¿Lo haría Estados Unidos? Es una historia de terror. Pero inmediatamente se convierte en una comedia tan pronto como el presidente aclara por qué la capacidad de combate del Ejército Ucraniano depende del gasoducto de los malditos moscovitas.

El nuevo gasoducto es “un arma poderosa para la Federación Rusa”, que supuestamente hay que arrebatarle. El motivo, según Zelensky, es simple: el Nord Stream-2 privará a Ucrania, en concepto de tránsito de gas, de los 3.000 millones de dólares al año que actualmente recibe de Rusia. Y eso es más o menos la mitad de lo que Ucrania gasta en su ejército.

Es decir, mientras el país agresor dé a Kiev dinero por el tránsito de gas, las Fuerzas Armadas de Ucrania podrán seguir librando la guerra contra Donbass y proteger a toda Europa. Pero tan pronto como el tránsito desaparezca [que, en realidad, no desaparecería, aunque sí quedaría fuertemente limitado-Ed], el Ejército Ucraniano se colapsará inmediatamente. ¿Por qué Moscú no se habrá dado cuenta antes? No hacen falta maniobras cerca de Vorónezh para que Kiev entre en razón, solo hacía falta cerrar el grifo. Gracioso, ¿verdad?

Pero, por supuesto, podría haber otra interpretación a la pérdida de los ingresos que supone el tránsito del gas ruso. Por ejemplo, Zelensky podría haber dicho que, sin esos ingresos, el país no podría vacunar a la población contra el coronavirus y salvar así miles de vidas ucranianas. O que no podría crear un sistema sanitario digno. O que no podría reducir el peso que las facturas de servicios básicos suponen para la población. Pero los asesores del presidente de Ucrania han encontrado una jugada inesperada: hablar del ejército y después de eso, de toda Europa. Dar miedo extremo.

Poco después, el viernes, en el Foro Económico de San Petersburgo, el presidente Putin anunció que la primera línea del Nord Stream-2 ya está prácticamente terminada, así que empieza la cuenta atrás para la desaparición del Ejército Ucraniano, al menos según la lógica de Zelensky. Salvo que Europa compense por las futuras pérdidas a Kiev.

Sin embargo, rápidamente ha quedado claro que no necesita ayuda urgente solo Kiev sino también Varsovia. El exministro de Defensa, Jan Parys, afirmó que Berlín debería compensar a Polonia por los “daños” de la construcción del gasoducto y asignar 5.000 millones de dólares para armas para los países de Europa central y oriental. Resulta que hay alguien más, además de Ucrania, que está dispuesto a defender a Europa. Hay que recordar que también Polonia recibe ingresos por el tránsito de gas ruso. ¿También vive del gas ruso su ejército?

El absurdo de que sin los ingresos del tránsito de gas la defensa de Ucrania es imposible se completa con otra circunstancia revelada por Dmitry Kozak, jefe adjunto de la Administración Presidencial de la Federación Rusa. Según explicó, en 2020, Ucrania, pese a haber designado ya desde 2018 a Rusia como agresor, adquirió bienes y servicios a Rusia por valor de 6.700 millones de dólares. Kozak añadió algo sobre esos datos que puede no gustar demasiado a los ucranianos: Rusia fortalece su economía, soluciona problemas sociales, se defiende a sí misma y con los ingresos obtenidos ayuda a Donbass.

¡Qué desastre, qué desastre! Ayuda rusa a Donbass a costa de Kiev. ¿Y quién está comerciando con Moscú, traicionando los intereses del pueblo ucraniano? Kozak mencionó incluso esos nombres, entre los que están casi todos los oligarcas de Ucrania, el expresidente Poroshenko entre ellos. En esta situación, los patriotas ucranianos no pueden hacer otra cosa salvo gritar: “Luchad, pueblo, luchad”. ¿Pero cómo? Con dinero ucraniano se financia, entre otras cosas, a Donbass y el Ejército Ucraniano existe gracias al gas ruso. Todo resulta ser una forma de esquizofrenia. El pobre Zelensky tiene que vivir con este horror. De vuelta al escenario.

Fuente: Slavyangrad

Fuente original: Komsomolskaya Pravda

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