Argentina. Lockout ganadero se termina; sigue la suspensión de exportaciones de carne vacuna

Por Fernanda Paixão, Resumen Latinoamericano, 27 de mayo de 2021.

Argentina, uno de los mayores productores y consumidores de carne del mundo, ha suspendido sus exportaciones hasta el 19 de junio. De carácter temporal, la decisión del gobierno argentino es una medida contundente ante la detección de varias irregularidades de los mataderos exportadores, que han provocado un aumento sistemático del precio de los cortes de carne.

En una cultura en la que la carne es parte fundamental de la comida diaria de los argentinos, los cortes populares son cada vez menos accesibles para la población. El escenario no es precisamente nuevo. La entrada de China como gran comprador de carne argentina ha impulsado el flujo de exportaciones, lo que se suma a las tramas investigadas por el Gobierno que incluyen empresas fantasma, fuga de capitales y presión de precios en el mercado interno por parte de los grandes frigoríficos.

El sector reaccionó instantáneamente a la restricción: las empresas agrícolas que integran la llamada Mesa de Enlace se unieron en repudio a la medida gubernamental y convocaron a un paro conjunto, que ya cumplió una semana. El Mercado de Liniers, el centro de subastas de ganado más importante del país, está sobreabastecido y ya se detecta escasez de algunos cortes de carne bovina en el mercado.

Productores descuidan el mercado interno

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anunció que la medida sería retirada si se lograba un acuerdo con el sector productivo. “La veda es temporal y pretende evitar prácticas especulativas e ilegales, y generar mecanismos con los distintos sectores de esta compleja cadena productiva de exportadores, frigoríficos, mercado interno, intermediarios, etc.”, dijo en entrevista con la radio AM 750. “La propuesta es para garantizar el desarrollo armónico tanto de las exportaciones como del mercado interno”.

El coste de la vida aumentó un 46,3% respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de Argentina. En la misma comparación, sólo el precio de la carne ha subido un 65,3%: en abril, el precio medio alcanzó los AR$630, un 3,4% más que en marzo y un 65,3% más que en abril del año pasado. Uno de los cortes preferidos por el paladar argentino, la llamada “tira de asado”, fue el que más incrementos sufrió, con una variación anual del 81,5%. Actualmente cuesta unos AR$636,56 por kilo.

“Es una locura que los cortes que más consumimos aquí sean inaccesibles y que no se consuman en otros lugares”, señala Miguel Saavedra, uno de los trabajadores de Frigocarne, un frigorífico recuperado que, como muchas cooperativas similares, sólo trabaja con el impactado mercado interno. “Para las cooperativas también es más caro comprar un animal y venderlo, porque los ganaderos producen al peso y apuntan a la exportación, vendiendo en dólares o euros”, dice, destacando cómo la orientación de los exportadores al mercado internacional no sólo afecta a los consumidores, sino también al sector productivo autogestionado.

El sector ya representó el 7% del abastecimiento de carne vacuna en el mercado interno, como comenta Saavedra. “Se faena en Argentina alrededor de 12 millones de cabezas de ganado, de los cuales nosotros hoy estaremos en incidencia del 1, 2%. Llegamos a tener el 7% del mercado, pero con gobierno de Macri, retrocedimos, fuimos muy afectados proque alguna plantas no pudieron seguir y ahora tenemos 1% de prod de carne vacuna en el país. 

Según las cooperativas, los precios de la carne acumulan una suba Interanual de 65% y en algunos cortes de más del 80%. “No participamos en la composición del aumento de los precios, no tuvimos ganancias extras, cobramos por kilo de carne faenada o con el subproducto quedando a nuestra disposición y nosotros generando su venta, que allí tampoco somos los fijadores de precios de esos productos”, comunican representantes de la producción de carne vacuna autogestiva.

“A solo días del anuncio del cierre de las exportaciones, los cortes populares de carne han bajado en promedio $150 pesos, marcando una clara efectividad de la medida”, continúan. “Queremos que la carne vuelva a estar en la mesa de los argentinos. Que nuestras familias puedan compartir el tradicional asado.”

Las cifras de exportación, mencionadas por Kulfas al detallar las razones de la medida restrictiva y temporal, también ponen de manifiesto el abandono del mercado interior. “Tenemos un estancamiento en la producción de carne vacuna. Hace 50 años, producíamos entre 2 y 3 millones de toneladas de carne vacuna, y hoy producimos lo mismo, y tenemos el doble de población”, dice Kulfas. Según el ministro, es esencial aumentar la producción, y una forma eficaz de hacerlo es cuidar el mercado interior, que es lo contrario de lo que han estado haciendo los grandes productores.

¿Por qué suben los precios de la carne argentina?

Los aumentos de precios de los cortes de carne en Argentina son desproporcionados con respecto al poder adquisitivo de la población. También son una herencia de los años macristas: el ex presidente Mauricio Macri desreguló el sector, y la falta de controles permitió prácticas ilícitas en la industria cárnica. Además de reducir el acceso de la población a este tipo de alimentos -y a pesar del problema de la inflación que persiste en el país desde hace décadas-, las prácticas ilegales han acentuado la subida de los precios de la carne de vacuno y han presionado el mercado interno.

Héctor Polino, director de la organización Consumidores Libres, destaca dos explicaciones para el aumento de los precios de la carne argentina: la dolarización y la evasión fiscal.

“Aproximadamente el 50% de la carne producida se exporta, principalmente a China, pero también a Alemania, Estados Unidos, Israel, Holanda y Chile”, dice Polino. “Pronto, los exportadores aplicarán los valores internacionales de la carne en el mercado nacional, lo que es una auténtica barbaridad”.

“Otra razón es la falta de liquidación de divisas, con maniobras realizadas a través de empresas fantasmas en Uruguay, subfacturando la mercancía exportada a China. Con la diferencia de dólares, estos exportadores truchos compran las vacas en el Mercado de Liniers a un precio más alto y recalientan el mercado interno”, explica.

Para Polino, la medida temporal deja al descubierto una industria que ha estado trabajando sin reglas. “Es necesario disociar los precios del mercado interno de los del mercado internacional, estableciendo una cuota de exportación o aumentando los impuestos”, dice, respecto a una posible solución a largo plazo.

Además del descenso en el consumo de carne, en Argentina ha disminuido el consumo de leche, frutas y verduras, mientras que ha aumentado el de polenta y harina, según la organización Consumidores Libres. “Los nutricionistas han advertido de los posibles problemas de desarrollo intelectual como consecuencia de una mala alimentación en la infancia. Así, un país que produce y exporta alimentos a más de 400 millones de personas en todo el mundo podría tener a una parte importante de su juventud con problemas de desarrollo como consecuencia de las subidas especulativas del mercado”, señala Polino.

La expectativa del gobierno es llegar a un acuerdo con el sector productivo exportador, pero hasta ahora no ha habido consenso en los intentos de diálogo. 

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