Perú. El Programa Mujer Indígena: avanzando firmes

Susy Díaz Gonzales* / Resumen Latinoamericano, 24 de mayo de 2021

24 de mayo, 2021.- En el mes enero de este año se me encargó acompañar técnicamente al Programa Mujer Indígena-PMI de la Organización Regional AIDESEP Ucayali – ORAU. Asumir esta responsabilidad ha sido un gran desafío, pero a la vez un enorme compromiso con las mujeres indígenas de Ucayali.

Es un gran desafío no sólo por el trabajo que implica desarrollar, sino porque las mujeres tienen una gran expectativa respecto a lo que se puede realizar, dado que piensan que las mujeres indígenas profesionales podemos hacer cosas que ellas creen que no pueden, como elaborar documentos de trabajo, herramientas de planificación, entre otros. 

Estas cosas sí se pueden hacer, pero lograr el fortalecimiento de las mujeres indígenas para su participación plena en espacios de toma de decisiones es una tarea enorme y difícil, porque tiene que ver con acceso a servicios, ejercicio de derechos y otros problemas estructurales en los cuales el Estado no ha avanzado mucho. Se suman a ello las diversas barreras a las que nos enfrentamos, como la falta de presupuesto propio para la implementación del plan de trabajo y el pago por el enorme tiempo invertido por las lideresas del PMI, las distancias geográficas de las bases de ORAU y algunas actitudes machistas que aún se mantienen vigentes en las organizaciones indígenas y no indígenas. 

Y es que nos llenamos la boca diciendo que trabajamos en pro de los derechos de las mujeres indígenas para lograr su fortalecimiento, pero en el fondo mucho se queda en el nivel discurso. En la práctica hay mucha resistencia en confiar en las capacidades de nosotras, las indígenas, y esto es a todo nivel.

Para entender más sobre lo señalado en el párrafo anterior paso a describir un poco más sobre el PMI.

El Programa Mujer Indígena de la ORAU es liderado por la hermana Judith Nunta, del pueblo Shipibo Konibo, quien es madre de 4 niños. De acuerdo al testimonio de las integrantes del Programa, éste se crea en el año 2002, para alinearse a la organización nacional (AIDESEP), ya que antes de ello funcionaba como Secretaría de la Mujer; no obstante, no tenía una mayor participación en las diferentes actividades y mucho menos en la toma de decisiones. El cambio de denominación no significó mejoría en la situación del Programa, dado que seguían sin tener una participación efectiva en los espacios de toma decisiones y no contaban con ningún presupuesto para su implementación, esto último es una situación que se mantiene hasta el día de hoy.

Sin embargo, gracias al esfuerzo y a las gestiones de la hermana Judith, quien tiene que alternar entre sus labores de dirigente, madre y esposa, el Programa, cuenta con oficina propia e implementada. Asimismo, con el apoyo de la cooperación como USAID Pro Bosques se vienen desarrollando actividades de fortalecimiento de capacidades de las integrantes del Programa. La ONG DAR ha apoyado también en momentos decisivos para el relanzamiento del PMI. 

Las participantes, lideresas del PMI, a su vez comparten los conocimientos que adquieren con las mujeres indígenas de las bases federativas de ORAU. En este proceso no solo vienen trabajando en la organización de las actividades presenciales sino también las virtuales, por lo que vienen aprendiendo el uso de herramientas de ofimática, que es un gran reto que se viene asumiendo con mucho optimismo. Es significativo, que una indígena aprenda a usar computadoras. Producir sus propias cartas, documentos, presentaciones o manejar su cuenta de correo, es algo significativo y gratificante. Les da independencia y una confianza indispensable para dar los siguientes pasos.

Las capacitaciones que reciben las lideresas del Programa permitirán que puedan ejercer mucho mejor los cargos que asuman en sus organizaciones y como consecuencia realizar una mejor gestión para lograr el fortalecimiento de más mujeres indígenas. En estos procesos me toca acompañarlas y ayudarlas, mientras tanto, ellas me transmiten su fortaleza, confianza y me enseñan que cada acción que desarrollamos no solo es para el fortalecimiento individual de las mujeres, sino busca el empoderamiento de todo un movimiento: el movimiento indígena. El aprendizaje es mutuo, es una construcción conjunta entre ellas y yo.

En el conversatorio realizado por el PMI en marco del Día Nacional de la Mujer Indígena, la Defensoría del Pueblo y otras instituciones presentaron información sobre la situación de las mujeres indígenas en materia de educación y salud y otros, las cuales no han sido muy alentadoras. 

Por ello es importante que desde las organizaciones indígenas, cooperación y el Estado se siga trabajando, apoyando y apostando por el fortalecimiento de las mujeres indígenas. Ello no solo consiste en realizar talleres u otras actividades de capacitación aisladas, sino asegurar y transferir partidas presupuestales para que sean ellas mismas las que se encarguen de ejecutar y decidir cómo trabajar, el cual garantice el fortalecimiento de más indígenas acorde a sus necesidades, a su tiempos y realidades.

Este es un camino difícil, es un largo proceso de aprendizaje que incluye reencontrarnos, reconocernos y abrazar nuestra resiliencia que nos permite preparar un mejor camino para las futuras generaciones.


* Susy Díaz Gonzales es abogada indígena del pueblo Shipibo Konibo y presidenta de la Asociación Intercultural Bari Wesna.
Publicado en el portal Lamula.pe en https://barinwesna.lamula.pe/2021/05/21/el-programa-mujer-indigena-avanzando-firmes/susygdiaz/

FUENTE: SERVINDI

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