Argentina. En medio de una masacre contra el pueblo palestino, el gobierno sigue ampliando sus relaciones con los verdugos / Quieren imponer la vacuna israelí con cobayos humanos argentinos

Resumen Latinoamericano, 10 de mayo de 2021.

foto: Soldado israelí apuntando al cuerpo a manifestantes palestinos.


El jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti y la asesora presidencial Cecilia Nicolini, recibieron con “todos los honores” en Casa Rosada a una comitiva de expertos del Hospital Hadassah de Israel, acompañados por la embajadora israelí Galit Ronen y su par argentino en Israel, Sergio Urribarri. Durante toda la semana la delegación de especialistas mantendrá reuniones técnicas y visitará establecimientos públicos y privados con el fin de avanzar en una cooperación conjunta de varios ejes para la gestión de la pandemia de covid-19.

Esta delegación llega al país justamente cuando Israel aumenta la represión y los crímenes contra el pueblo palestino tanto en la Cisjordania ocupada como en Gaza, donde este lunes hubo bombardeos y 20 palestinos asesinados, entre ellos varios niños.

Indudablemente, con la excusa de la vacuna israelí, el gobierno sionista de Netanyahu aprovecha que su par Alberto Fernández le abre todas las puertas para que no solo se hagan pruebas en el país, sino que la misma se realice con amplia participación argentina.

Los objetivos de la visita incluyen el análisis del desarrollo de la Fase III de la vacuna israelí BriLife (del Hospital Hadassah y del Instituto Israelí de Investigación Biológica) y su producción en el país. El director ejecutivo de Hadassah Internacional, Jorge Diener, precisó que se buscará definir “la participación argentina en la Fase III de la vacuna BriLife contra la covid-19” que está desarrollando Israel y que requiere la participación de 30.000 a 50.000 voluntarios. El estudio podría permitir, a futuro, la producción, acceso y distribución de la vacuna en el país. O sea, no solo el gran negocio de venta de la vacuna sino también lograr que esos voluntarios oficien de cobayos humanos.

¿No se les cae la cara de vergüenza a Vizzotti o a Cafiero, y muchos menos a quienes están por encima de ellos en el Gobierno, al generar este tipo de alianzas y no decir una palabra sobre la política de exterminio que el gobierno israelí aplica día a día contra un pueblo al que le han arrebatado el territorio desde hace más de siete décadas y resiste heroicamente al avance destructivo de sus invasores?

Vizzotti explicó que “el propósito de esta visita no es sólo explorar la posibilidad de ser socios estratégicos en el desarrollo de la investigación de la vacuna candidata BriLife y de ser parte de la cadena productiva, sino también compartir experiencias con integrantes del equipo de salud que transitaron la segunda ola de la pandemia”.

Por su parte, el embajador argentino en Israel, el lacayo Sergio Urribarri, puso en valor el viaje que el presidente de la Nación, Alberto Fernández, realizó en enero de 2020 en su primera visita oficial como mandatario electo, al que definió como “el inicio de un camino de crecimiento en nuestras relaciones bilaterales”.

No caben dudas, que en temas de relacionamiento con el sionismo, poco y nada ha cambiado entre la política seguida por el macrismo y la que ahora muestra el gobierno de Fernández-Fernández. Argentina sigue perdiendo soberanía por donde se la mire, con la complicidad de la clase política en su totalidad se deja pasar como si no hubiera sucedido un episodio como este en el que emisarios israelíes (estos médicos y científicos son parte integrante de una nación militarizada para combatir y exterminar a sus vecinos y desestabilizar a todo el mundo árabe de la mando de sus padrinos estadounidenses.

Hoy son los médicos israelíes que vienen a “salvar” a las y los argentinos, como ayer fue haber recibido con bombos y platillos a los integrantes del Comando Sur, o seguir pagando la deuda externa (como se hizo esta misma semana), arrodillando al país ante el FMI, o negociar la Hidrovía, o entregar el sur, el centro y el norte del territorio a las megamineras y a cuanta multinacional destructora de la tierra pida aposentarse en Argentina. Si todo esto no se ve, y se sigue concediendo en silencio, no se trata de ceguera sino de complicidad.

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