Colombia. La agudización de la violencia es causada por la criminal política de Iván Duque

Resumen Latinoamericano, 19 de abril de 2021.

Las y los abajo firmantes, ciudadanas y ciudadanos del mundo, organizaciones internacionales y de solidaridad, ante la grave situación humanitaria que vive Colombia, basados en pactos y acuerdos internacionales solicitamos al gobierno colombiano garantizar la vida de los líderes sociales, así como los derechos a la libre expresión y de organización.
¡Basta Ya! Denunciamos la agudización del conflicto armado, social y económico a lo largo y ancho del territorio colombiano, afectando cruelmente a la población y a sus líderes. Cada 41 horas asesinan a un líder social en Colombia.

Es aberrante que después de la firma de los acuerdos de paz con las FARC, se hayan intensificado las masacres y los asesinatos en el país. Cerca de 1.000 líderes sociales y defensores de Derechos Humanos han sido asesinados y 263 firmantes del Acuerdo de Paz.

En lo que va corrido del año 2021, 39 líderes sociales han sido asesinados y 23 masacres se han registrado en Colombia. La ONU denunció 255 líderes sociales asesinados en 66 masacres en el 2020.

¡Basta ya! En esta tragedia, la región más afectada desde hace ya varios años y especialmente en este momento, es el departamento del Cauca.

De 1 millón 300 mil habitantes mayoritariamente comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, entre enero y marzo de este año, han sido asesinados 7 líderes sociales, se han perpetrado 3 masacres y explotó un carro bomba frente a la Alcaldía de Corinto la semana anterior, que dejó decenas de heridos; a pesar de ser el departamento más militarizado del país (más de 8.000 efectivos de las fuerzas armadas). Según Indepaz, entre 2015 y 2020 en el departamento del Cauca, 267 líderes sociales han sido asesinados.

¡Basta ya! Denunciamos que la agudización de la violencia en Colombia es causada por la criminal política del gobierno de Iván Duque, empeñado en imponer la guerra negando la salida política al conflicto, desconociendo los avances y las propuestas desde las comunidades, al mismo tiempo que ha permitido la presencia generalizada y fortalecida de bandas narcoparamilitares en los territorios, donde a pesar de la fuerte militarización, se movilizan, amenazan y asesinan con total impunidad.

¡Basta ya! Exigimos al gobierno colombiano hacer lo necesario para que cesen los actos de estigmatización, persecución y criminalización contra los líderes sociales y sus organizaciones, castigando a los responsables; solicitamos también suspender las detenciones arbitrarias de los líderes sociales, protagonistas de la construcción de un país justo y en paz.

¡Basta ya! Solicitamos a los gobiernos del mundo y a las instituciones y organizaciones internacionales, iniciar acciones urgentes de solidaridad con las organizaciones sociales colombianas y con las víctimas del Cauca, tendientes a parar el conflicto armado, social y económico y a lograr que el gobierno colombiano tome las medidas pertinentes que detengan este genocidio, con el consiguiente despojo, desplazamiento de habitantes, daño ambiental y narcotización de los territorios y de la economía colombiana. Una iniciativa eficaz en nuestra opinión sería Asentar temporalmente en el Cauca una Comisión de verificación de Derechos Humanos y acompañamiento a las comunidades y sus líderes.

Proponemos en complemento a las ciudadanas y los ciudadanos del mundo interceder antes sus instituciones y autoridades para que los Tratados de libre comercio en vigor con Colombia sean suspendidos temporalmente invocando la Cláusula condicional de respeto de los Derechos humanos y en atención al principio de precaución sobre el empoderamiento de la mafia y el lavado de activos.

Pronunciamiento público dirigido a la Presidencia de Colombia, la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía general de la nación, con copia a la Comisión de DDHH del Parlamento Europeo, a la Comisión de DDHH de la ONU, a los partidos políticos europeos, a los sindicatos, a las organizaciones de solidaridad europeas y a los medios de comunicación.

¡Basta ya! ¡Colombia y el Cauca sufren y necesitan solidaridad!  

Firman:

ATTAC – France, Ligue des Droits de l’homme – France, Le Mouvement de la Paix – France, France Amerique Latine – Gentilly, Culture Milonga – Paris, Casa por la paz en Colombia – París, Hernando Calvo Ospina – escritor, Colombia/Francia, Association Reencuentro Marimba y Bomba – Paris, France Amerique Latine – Poitiers, TIO Francia, Periódico virtual La pluma – París, Théâtre d’Or – Francia, Ciudadanías por la paz de Colombia – Paris, Colombia vida paz y dignidad – Lyon…

Comité de Solidaridad con América Latina COSAL – Asturias, Internacionalista Corriente Sindical de Asturias CSI, Pueblo y Dignidad de Asturias, Asociación Astur Cubana Bartolomé de las casas SUATEA Sindicato Unitario y Autonómico de Trabajadores de la Enseñanza de Asturias…

Asociación Internacional de Derechos Humanos y Desarrollo Social (AIDHDES) Ginebra, Ceiba vieja – Ginebra, Colectivo Europeo de la Diversidad Ecuatoriana – Ginebra.

Comité Carlos Fonseca de Roma, la Confederación Nacional de los Comités de Bases COBAS – Italia, el Centro Social Ocupado y Autogestionado “Ex Snia” – Roma

Collectif Saya Bruxelles…

Kolumbienkampagne Berlín…

Para firmar esta petición


Adendum:

Línea Conflicto, Paz y Posconflicto señala sobre la tragedia del Cauca:

Tras el fin de la guerra con las Farc-EP a finales del 2016, nuevas y viejas estructuras armadas han configurado su poder y disputan actualmente el control del territorio y, por supuesto, los réditos de las economías ilegales siguen dejando en medio del fuego cruzado a la población civil.

Aunque idealmente el Estado colombiano debía construir bases institucionales de confianza y garantía de derechos para las poblaciones que habitan el departamento, según lo pactado en el Acuerdo de Paz y su deber constitucional, lo cierto es que nada de esto ha sucedido, al contrario, el Cauca ha sido epicentro de enfrentamientos, desplazamientos, homicidios y amenazas a líderes y lideresas sociales, masacres, confinamientos, entre otras violencias.

El Norte del Cauca ha experimentado una fuerte reconfiguración de grupos armados postfarc, o disidencias, debido a múltiples factores, uno de los más importantes, los incentivos para la reincidencia en actividades ilegales propiciados por el gobierno actual a través de la omisión de sus compromisos en materia de reincorporación (seguridad jurídica, protección de la vida de excombatientes y garantías socioeconómicas para el desarrollo de proyectos productivos) y su ineficacia en la disminución de las economías ilegales y el desmonte de las estructuras armadas ilegales; dos asuntos relacionados con la incapacidad de construir garantías reales de acceso a servicios y  garantía de derechos para las comunidades.

De este modo, el “Nuevo Sexto” o “Frente Sexto” emergió como uno de los primeros grupos armados postfarc compuesto en su mayoría por excombatientes de la antigua estructura intentando mantener el legado guerrillero a través del discurso. Posteriormente, el Frente Sexto configuró las Columnas Móviles Dagoberto Ramos y Jaime Martínez, estructuras que emprendieron una disputa frontal con el Frente Manuel Vásquez Castaño del ELN y también con Los Pelusos o EPL con el propósito de hacerse al control territorial producto del vacío de poder dejado por las Farc. Sumado a estas disputas, en la subregión han aparecido amenazas de Águilas Negras, Autodefensas Gaitanistas de Colombia e incluso del Cártel de Sinaloa, asuntos denunciados de manera reiterativa por las comunidades y la Defensoría del Pueblo, pero no esclarecido por la institucionalidad.

Desde el año 2019, se sumaron acciones de La Segunda Marquetalia de Iván Márquez, Santrich y Romaña, lo cual pareció influir en la unificación de la Dagoberto Ramos y la Jaime Martínez bajo el paraguas del Comando Coordinador de Occidente (CCO), proyecto de unificación de expresiones de disidencia dispersas en el suroccidente del país al mando de Gentil Duarte.

Para el año 2020, la situación de violencia en el Cauca se agudizó por cuenta de los múltiples enfrentamientos entre estos grupos armados, dejando como saldo alrededor de 246 violaciones a Derechos Humanos entre las que se cuentan 117 asesinatos selectivos.

Durante el 2021, las estructuras del CCO se fortalecieron y extendieron su presencia a 7 municipios del Norte del departamento y 4 del Oriente. Durante el mes de marzo las acciones de estos grupos se intensificaron en el marco de la conmemoración del aniversario número trece de la muerte de Tirofijo.

El 18 de marzo la Dagoberto Ramos hostigó el casco urbano de Toribío dejando como resultado un civil herido. Según habitantes del municipio, los controles armados de esta estructura se han hecho más frecuentes en zonas cercanas al corregimiento de El Palo. Dos días después, el 20 de marzo, fue lanzado un explosivo en un control de la Policía Nacional en la vía que conduce de Santander de Quilichao a Caloto. En este hecho resultaron heridos cuatro adultos y un menor de edad.

Posteriormente, el 23 de marzo circuló un panfleto con amenazas por parte de las columnas Jaime Martínez y Dagoberto Ramos hacia la guardia indígena de Caldono, el representante de la asociación de cabildos de nororiente, el coordinador del programa de Derechos Humanos de COTAINDOC, y líderes indígenas de los municipios de Caldono, Morales, Corinto, Silvia y Jambaló, a quienes se le daba 42 horas para irse del territorio.

El 26 de marzo, día de la conmemoración, regresaron las acciones de la Columna Móvil Dagoberto Ramos. En la mañana iniciaron hostigamientos en Caloto, los cuales desencadenaron en combates con el Ejército Nacional y generaron desplazamientos de más de 500 personas. Durante esa tarde, la Columna Dagoberto Ramos secuestró a un funcionario del CTI en El Palo, quien fue encontrado muerto dos días después en el resguardo de Tóez. Esa misma tarde del 26 de marzo, detonaron un carro bomba en la alcaldía de Corinto, dejando alrededor de 43 personas heridas.

Todas estas acciones han dejado claro el fortalecimiento del CCO y su expansión territorial. Asimismo, pone en entredicho la capacidad de inteligencia y estrategia de las Fuerzas Armadas para contener su expansión, de hecho, según versiones en terreno, el accionar de las fuerzas se ha centrado más en la persecución de campesinos cocaleros y la represión de la movilización social derivada de los cientos de pactos incumplidos por parte del Estado y la crisis humanitaria que atraviesan nuevamente las poblaciones en su mayoría indígenas, afrodescendientes y campesinas.

La disputa se expande al sur del departamento

El sur del Cauca ha sufrido los impactos de la expansión del CCO. Desde el año 2018 el recién creado Frente Carlos Patiño “Patiños” incursionó en el sur del departamento enfrentándose con el ELN. Hacia el año 2020 “Los Patiños” recibieron el respaldo de la Columna Móvil Jaime Martínez para atacar al grupo guerrillero debilitado desde el año anterior por la muerte de Jorge Peñafiel, jefe financiero y militar del Frente José María Becerra, que derivó en contradicciones internas y grandes desmovilizaciones lo cual impactó en el debilitamiento del ELN como actor hegemónico, pero no de la misma manera en su capacidad bélica.

Las disputas entre estos actores armados han generado, especialmente en el municipio de Argelia, confinamientos por cuenta de los constantes paros armados, aumento en la tasa de homicidios (289 por cada 100.000 habitantes mientras que el promedio nacional es de alrededor de 24), restricciones a la movilidad, desplazamientos masivos de personas de la región y expulsión mediante amenazas e intimidaciones por parte de los dos grupos armados de alrededor de 1.500 personas migrantes venezolanas.

Se suman a estos hechos las constantes amenazas por parte de los Patiños al alcalde de Argelia y a varios concejales del municipio, entre ellas a la representante del Corregimiento de El Plateado, Nancy Toro, quien tuvo que salir desplazada junto con su familia sin ninguna protección, no obstante, su esposo, líder social de la Asociación Campesina de Trabajadores de Argelia (ASCAMTA) fue asesinado en la ciudad de Popayán tras estas amenazas.

El punto más álgido de la violencia se vivió el mes pasado en el corregimiento El Plateado, pues desde el viernes 26 de marzo el ELN emprendió acciones en contra de los Patiños, quienes aparentemente estaban dominando el municipio. Ese día y por más de treinta horas la comunidad quedó en medio de ráfagas de fusil y explosiones que llevaron a que esta se confinara hasta que se llegó a una especie de “tregua”, lo que permitió que miles de personas pudieran salir, pero que se vieran obligadas a desplazarse hacia otras veredas y hacia el Coliseo ubicado en la cabecera municipal.

Hasta el momento se confirman 3 personas muertas, no obstante, defensores de Derechos Humanos denuncian que el centro del pueblo está destruido por las balas y explosiones, además también alertan que hay muchos cuerpos tirados en las calles de integrantes tanto del ELN como del Frente Carlos Patiño que no dejaban recoger. La cifra de personas fallecidas puede llegar a 10 o más. Incluso un soldado resultó asesinado cuando el Ejército intentó ingresar al pueblo.

Masacres: otro repertorio de la violencia en el Cauca

Durante el año 2020 se presentaron, según cifras de OCHA, 88 masacres en el país, de las cuales 13 se concentraron en el departamento del Cauca. En el 2021, según cifras de PARES, se han presentado 24 masacres, de las cuales 4 se han presentado en el departamento. La masacre más reciente se presentó el 08 de abril en el corregimiento de Mondomo, ubicado en el municipio de Santander de Quilichao, dejando un saldo de 4 víctimas: Mario Gómez, los hermanos Alirio Henríquez y Duver Enríquez oriundos del municipio de Patía (sur del Cauca), y Wilmar Pardo, arquitecto que se encontraba en la zona por motivos laborales. La información preliminar que se tiene es que las personas se encontraban en la zona realizando labores de construcción de una obra.

El fenómeno de las masacres, que además se ha venido concentrando en el Cauca, es un grave indicador de la degradación de la violencia por parte de los grupos armados ilegales y así mismo una evidencia de la aguda crisis humanitaria derivada de los enfrentamientos.

En ese sentido y en relación con todo lo dicho, hay que señalar que el escenario para el departamento es complejo; disputas territoriales violentas con consecuencias directas para la población civil, fortalecimiento del CCO disputando el control territorial con el ELN y con otros grupos armados postfarc y una institucionalidad que no responde de manera efectiva ante las necesidades acuciantes de las comunidades.

De seguir así las cosas, el escenario preelectoral que se avecina sumirá al Cauca de manera más profunda en la violencia ante la mirada impávida del gobierno nacional.

¿Por qué el gobierno no actúa ante esta grave situación?, ¿Por qué los grupos armados postfarc crecen en los lugares más militarizados del país?, ¿Existe algún interés de revivir la guerra en Colombia?

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