Colombia. Una profesora que enseña a pensar

Por Oscar H. Avellaneda. Resumen Latinoamericano, 11 de abril de 2021.

Una maestra de Cali ha tenido el valor de pedir a sus estudiantes investigar uno de los episodios más escabrosos sucedidos en Colombia: el de las más de 6.000 ejecuciones extrajudiciales, conocidas como “falsos positivos”, que ocurrieron durante el gobierno de la “seguridad democrática”.

Su nombre es Sandra Ximena Caicedo, y trabaja en la Institución Educativa Libardo Madrid de Cali.  

En un taller de Ciencias Sociales pidió a sus estudiantes investigar, para analizar y discutir en su clase: “¿Cuál es la responsabilidad del expresidente Álvaro Uribe Vélez en el tema de los falsos positivos?”

Es evidente que algunos podrían haber contestado que Uribe sí es responsable, otros que no… y quizás algunos dirían que tenían dudas. Esta es la forma de desarrollar el pensamiento crítico, estudiando temas de la realidad nacional.

Sin embargo, a partir de allí Sandra Ximena empezó a recibir agresiones y amenazas, producto de los fanáticos seguidores de Uribe, quienes, por este solo hecho, han llegado a acusarla de ser “terrorista”, lanzando amenazas y afirmaciones absurdas:

 “El ejército tiene la obligación de dar de baja terroristas, sea hombre o sea mujer, esté en el monte o esté en el aula” le dijo amenazante Luis Fernando Díaz.

“Es sólo un ejemplo más del adoctrinamiento de Fecode” agregó Andrés Fernando Portillo, quien poniendo en evidencia el vínculo de Uribe con los “falsos positivos” añadió: “Uno se pregunta si además de dejar tareas sobre Uribe y falsos positivos dejan de M19/FARC/ELN y sus delitos de lesa humanidad”.

“En su taller está infundiendo odio y mentiras hacia nuestros militares y hacia Álvaro Uribe” dijo una furiosa uribista.

Esto no debe extrañarnos, recordemos que los Nazis, luego de la Segunda Guerra Mundial Imperialista, negaban saber del holocausto y después pretendían que no se conociera, ni se investigara, ni se hablara del tema en las instituciones educativas.

En la tarea, la docente les pidió responder también qué se conoce como un “caso de falso positivo”, “quiénes fueron los encargados de planear, ordenar, ejecutar y llevar a cabo” esos hechos, y el papel de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) en el esclarecimiento de la verdad.

Otro fanático llegó a decir: “De donde acá, en esos supuestos trabajos de investigación, están solicitando esos “docentes” un ensayo acerca de las cárceles de la guerrilla y un largo etc. Eso es adoctrinar”

Nada. Absolutamente nada, justifica el asesinato de jóvenes inocentes y desarmados, que se hacían pasar como guerrilleros muertos en combate, con el fin de inflar las cifras de los supuestos éxitos de la “seguridad democrática” y obtener beneficios a cambio.

“Por supuesto que hubo los llamados falsos positivos realizados por una pequeña minoría de elementos indeseables y fue Motu propio” agregó otro uribista buscando encubrir que se trató de una actividad sistemática, ejecutada bajo las órdenes de un perverso matarife.

Además, no se trató de unos “pocos casos”, ni de una “pequeña minoría”, fueron miles los asesinados. Pero, sin importar si fueron “pocos o muchos” se trató de crímenes a sangre fría, del asesinato de seres humanos, que tenían familias que aún hoy sufren por esta causa, y merecen verdad, justicia y reparación.

Recordemos que a mediados de febrero pasado, la Jurisdicción Especial Para la Paz (JEP) reveló que por lo menos 6.402 civiles fueron asesinados por miembros del Ejército colombiano para ser presentados como “guerrilleros” muertos “en combate” entre los años 2002 y 2008. Una cifra casi tres veces más alta de la que recibió esa jurisdicción por parte de la Fiscalía de bolsillo de Iván Duque.

La senadora del partido de extrema derecha “centro democrático” María del Rosario Guerra, escribió en Twitter que es “inaceptable” que la profesora “use las actividades académicas para adentrar a sus alumnos, sin la mínima ética profesional ni rigor informativo, en un tema tan delicado y grave como lo son los falsos positivos”, que “esto es un claro ejemplo del adoctrinamiento al que someten a niños y jóvenes en algunos colegios del país”, y pidió al Ministerio de Educación y la Secretaría de Educación de Cali que “presten atención” (es decir que reprendan y sancionen a la profesora) porque a su juicio, es un caso de “abuso de la autoridad”.

En momentos en que la burguesía pretende acabar incluso con el derecho a la “libertad de cátedra”, es necesario reflexionar sobre el papel pedagógico de los maestros:

¿Deben estar al servicio de la cultura dominante, como simples repetidores de textos? o por el contrario:

¿Estimular el aprendizaje y las competencias básicas a nivel afectivo y cognitivo para el desarrollo del pensamiento crítico?

La cultura burguesa busca que los maestros sometan a los estudiantes a repetir y aprender de memoria, “como loros”, convirtiendo al maestro en mediador de una “enseñanza” triste y aburrida, en un repartidor de fotocopias del pensamiento ajeno, que justifican la existencia del patriarcado, la discriminación y el capitalismo.

El trabajo del Maestro debe ser gratificante y enriquecedor, guiando al estudiante, motivándolo a investigar, a descubrir, participar activamente y disfrutar del aprendizaje en todas las áreas del conocimiento, desarrollando su capacidad de pensar.

El maestro Julián de Zubiría considera que el problema más grave de Colombia, el problema de fondo, es la educación, y afirma que aunque hoy la mayor parte de los niños van a la escuela, “no hemos mejorado un punto de calidad en los últimos 20 años” y, “Nos han mentido cuando nos dicen que estamos invirtiendo mucho en educación”

En el año 2000 invertíamos 4.5% del PIB en educación y en el 2017 un 4.53%, por lo tanto la inversión es la misma, pero “la calidad es de las peores” y agrega:

“¿En Colombia cuántos jóvenes que llevan 10 años en la escuela, que han pasado por 80 o 100 maestros leen de manera crítica?”

Y responde: “en Colombia según las pruebas PISA ¡menos del 1%!”

“Y un país donde menos del 1% lee de manera crítica no se maneja con ideas, sino con emociones”

Y agrega: ¿Qué es leer de manera crítica? “Es tomar un texto, analizarlo y poder decir por ejemplo:  “este texto tiene esta idea, pero se contradice”, “este argumento no es válido”, “…ese argumento no respalda esta idea”, “esta idea no la sustentó”, “esto no se concluye…”, y/o “este autor está equivocado en esto, pero acierta en aquello”

Por eso, afirma, en Colombia, “como la gente no lee, ni argumenta, como la educación es de tan bajísima calidad, y como eso lo saben los políticos, manipulan a este país y le meten el cuento del castrochavismo, como le metieron los papás el cuento del coco…”

Y, peor aún.. “le meten el cuento que el que lea (un determinado texto) se vuelve homosexual”.

Truncan sus capacidades analíticas promoviendo que el estudiante únicamente memorice contenidos, como condición para “pasar” los exámenes.

Para la burguesía, repetir las ideas de los libros de texto es el ideal. Así establecen mentiras como “verdades inmutables” y falacias como hechos ciertos.

En el mundo capitalista cada día es más difícil usar la cualidad de pensar, la educación orienta a niñas y niños a creer ciegamente lo que le repiten en las aulas y los medios de comunicación.

Ejemplo de ello es la masiva y mentirosa propaganda acerca de la “dictadura de Maduro” en Venezuela, señalada como el origen de la difícil situación económica, que en realidad ha sido causada por la inflación inducida desde Miami durante varios años, y el criminal bloqueo y robo financiero de EEUU y sus aliados, de los recursos del gobierno venezolano para comprar alimentos y medicinas.

De esta forma encubren en la vida cotidiana sus intereses de dominación y sometimiento, justifican el saqueo de las transnacionales, y toda clase de acciones perversas y criminales contra personas, comunidades, pueblos y naciones.

Es justo, necesario y ¡urgente! que los maestros en sus aulas estimulen y desarrollen el pensamiento crítico y la investigación.

Es necesario permitir y estimular respetuosamente que los estudiantes pregunten, exploren y compartan lo que saben, imaginan e ignoran, y que puedan expresar sus ideas y sentimientos sin temor al ridículo, o a que los “matoneen” sus compañeros y profesores. Sin estas formas de interacción en el aula no tendrán herramientas para evaluar su propio pensamiento y, en consecuencia, no podrán cambiar sus ideas, emociones y prácticas.

El aprendizaje del pensamiento crítico requiere del análisis objetivo, persistente y preciso de cualquier afirmación, fuente o creencia para juzgar su alcance, la validez de sus fundamentos y su veracidad frente a los hechos.

Esto es indispensable para analizar y resolver nuevos problemas mirándolos desde múltiples perspectivas.

Solo una persona que piensa críticamente tiene habilidades para diferenciar argumentos, elaborar conclusiones y construir las propias, de lo contrario únicamente repetirá mecánicamente la información que le impongan.

La burguesía desea mantener una sociedad dominada por caudillos extremistas y dogmáticos, como Álvaro Uribe Vélez, y para ello necesitan espectadores, borregos y seguidores fanáticos, no personas con criterio independiente y capacidad de análisis.

Los corruptos buscan impedir la formación de pensadores críticos en las aulas, que es la verdadera tarea de todo Maestro.

Por eso son pertinentes las siguientes 10 propuestas para desarrollar en las aulas de clase:

1. Presentar brevemente los contenidos y ofrecer la posibilidad de discutirlos, escuchando y respetando las ideas de cada uno de los estudiantes.

2. Hacer preguntas que permitan al estudiante investigar, aprovechando incluso sus celulares, para resolverlas.

3. Promover actividades individuales y colectivas de lectura, escritura, habla y discusiones críticas donde se involucre a todos los estudiantes, incluyendo a los más tímidos o vulnerables.

4. Establecer y acordar normas de funcionamiento, con la participación de los estudiantes, para garantizar que entiendan claramente qué sucederá en todas las clases y cómo ocurrirá esta interacción.

5. Mediante diversas formas de negociación, involucrar a los estudiantes en la definición de los contenidos, las metodologías, las expectativas de aprendizaje y los estándares que orientarán el trabajo, así como las formas de evaluar y calificar que serán utilizadas.

En pocas palabras, construir un “contrato didáctico” que establezca el ambiente de enseñanza y aprendizaje respetuoso y constructivo, con los estudiantes. Se trata de hablar menos para que los estudiantes puedan hablar y sobre todo, pensar más.

6. Permitir que cada estudiante exponga su propio pensamiento sobre el tema de discusión y no que recite textos como “loro”.

7. Solicitar y dar ejemplos concretos que ilustren los contenidos.

8. Solicitar a los estudiantes que resuman con sus propias palabras lo que el maestro o los compañeros expusieron.

9. Estimular que relacionen los contenidos de la clase con sus saberes previos y sus experiencias personales, que ejemplifiquen, individual o colectivamente lo que deben hacer y cómo lo harán.

10. Estimular que pregunten lo que no entienden, que escriban lo que piensan y que discutan cotidianamente sobre lo que afirman y lo que niegan hasta, en lo posible, construir un consenso o aceptar pacíficamente el disenso.

Sin duda, el pensamiento crítico es la principal competencia que debemos desarrollar para construir un mundo mejor. Los maestros y maestras tienen la ardua tarea de superar la pedagogía repetitiva del pasado para abrir nuevos caminos, y en medio de la opresión recuperar la esperanza, y forjar ciudadanos que transformen la sociedad.

Sea la ocasión para reconocer y aplaudir los logros de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (FECODE), que enfrenta las amenazas, agresiones y falta de respeto del régimen fascista de Duque/Uribe y siguen luchando por la Educación pública gratuita, con acceso universal, y garantizada desde la primera infancia hasta la Universidad.

Con información de Las2Orillas y El Tiempo

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