Argentina. La megaminería pone en riesgo el agua y la vida

Por Susi Maresca, Resumen Latinoamericano, 16 de marzo de 2021.

Saber que están perforando la tierra en el lugar donde naciste, donde te criaste, donde elegiste vivir más y mejor, donde el aire no está contaminado y podés comer lo que sembrás o criás, donde los arroyos te empapan las patas y te hacen soñar cosas lindas. Saber que van a acribillar con bombas el suelo que pisás, que pisan los que amás, con los que construís tu vida, donde la mano de la codicia aún no ha llegado del todo, les ha sacado una fuerza a estas personas que es por momentos indescriptible y por otros, difícil de pensar en lugares donde la comida la comprás en un negocio y el agua la pagás a fin de mes porque está “purificada” con un proceso químico. No son historias heroicas, son pequeñas batallas comunitarias que -como me dijo Luciana- reflejan que “todos nos reconocemos como agua, somos agua y todos defendemos ese principio de la vida. Entendemos que todas las actividades extractivas ponen en riesgo esta vida y afectan la continuidad de un recurso vital”. Catamarca es una provincia llena de una bella espesura donde lo humano se mezcla con lo natural y viceversa. La fuerza de su pueblo se contrasta con la brutalidad del poder y el avance nefasto de lo impensado. Esos causes ancestrales que alimentan modos de vida y culturas y los monstros del progreso intentando arrasar con su veneno.


 “El desarrollo es un viaje con más náufragos que navegantes”.

Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina.

De Catamarca a Alquincila hay dos horas de viaje en bondi por un camino bellísimo. Una montaña rusa que te encandila de paisajes, olores y texturas. Hacía tres días que estaba lloviendo y el río desplegaba su mayor esplendor. La idea que tenemos los extranjeros acerca de Catamarca, con esas postales de desierto, no se parecía ni un poquito a lo que estaban viendo mis ojos. Eso tiene una explicación, la vasta diversidad de climas de la provincia. Esta zona es por momentos hasta selvática, aunque en épocas de sequía, me contaron los vecinos, que se mueren los animales y que ellos la pasan mal porque no tienen ni para el consumo mínimo.¿Se imaginan esa poca agua que hay en el año, envenenada?.

El colectivo se detuvo en mitad de la ruta y una garita aparecía por la ventanilla diciendo “El agua vale más que el litio”. En el medio de esa montaña, en el medio de la nada, la Asamblea de Ancasti se había organizado para pintar junto a niños y grandes, cada una de las garitas del camino diciéndole NO A LA MINA.

La gendarmería hizo un control ficticio, pero pude sacar la cámara y hacer la foto. Un tiempo largo después habíamos llegado. Un mural inmenso nos recibía: La sierra de Ancasti no se toca, la mina contamina. La dueña de la casa, Petrona Luna, les había pedido que lo pintaran cuando se enteró lo que querían hacer las mineras en su pueblo.

Fabio me esperaba con sus dos hijos, Tomi de 6 y Yamiro de 3. Con ellos hicimos unos 7 km por un camino que a veces se cerraba de vegetación a un lugar increíblemente virgen. En los días que estuve vi flores e insectos que no había visto en mi vida. Yamiro y Tomi me llevaron a recorrer el monte como si fuera el fondo de su casa. Es que es el fondo su casa, me dijo Fabio.

Desde el 2016-2017 toda esa zona está amenazada por la megaminería con la complicidad del gobernador de la provincia Raúl Jalil, la gobernadora anterior, Lucía Corpacci, el presidente de la Nación Alberto Fernández, y el presidente anterior Mauricio Macri. El poder económico, más allá de sus representantes o partidos, continúa con su política de entrega. 

Acá empezás a entender algo después de una semana.

El primer día, además de la incomunicación en el monte, intenté quedarme quieta y sentir. Es bastante sencillo entender que con la sola amenaza de que el agua sea contaminada en valores inimaginables  vos o yo saldríamos a luchar, pero ¿a qué afectaría además de a mí y a mis seres queridos? ¿Cómo entenderlo con el celu encendido o haciendo mil cosas por hora?. Paré, descansé, contemplé, escuché, sobre todo olí, hay muchos olores tan diferentes.” Es que tres días es muy poco” me dijo Susi, “acá empezás a entender algo después de una semana”. Mi viaje seguía en Andalgalá donde comenzaban las jornadas de lucha por el aniversario del 15 de Febrero y no podía quedarme.

El segundo día, fui y vine por distintos lugares, participé de una compra comunitaria de trigo orgánico que reunía a más de 30 familias y conocí, entre otras personas, a Luciana Fernández. Ella es también parte de la Asamblea de Ancasti por la vida, al igual que Susi, y vive desde hace más de 20 años en Anquincila. Al llegar a su casa, que es una finca ubicada en la entrada del pueblo, los frutales y la  huerta te daban la bienvenida.

“Siempre digo que la sierra de Ancasti se parece mucho a las Sierras de Córdoba hace 50 años atrás, es un lugar muy verde, hay muchas zonas de bosque silvestres, arroyos, fauna y flora bastante similar. Árboles como el palo borracho, espinillos, quebracho, algarrobo, molles, chañares, talas, muchos animales silvestres liebres, zorros, chancho de mote, pumas, muchos pájaros. Es un lugar bellísimo, hay muy poca población y la gente se dedica a criar ganado, en general la gente tiene tareas diversificadas, muchas son para autoconsumo, cria de animales, huertas, pequeñas producciones dulces o artesanías y también hay muchísima gente empleada por el municipio” (Deduzco que eso es un problema. Gran parte de los vecinos en contra de la mina con los que charlé, en diversos momentos del viaje, me relataron distintos tipos de persecuciones políticas por parte de los defensores de la mina, del poder local, provincial y sindical).

El arribo siniestro

Se enteraron, por comentarios, que los proyectos mineros avanzaban, movimientos de máquinas y camionetas de minería hacían su despliegue a principios del 2017 “Es posible que hayan empezado antes y nosotres no lo sabíamos” me dijo Luciana. A partir de ahí, parte de los vecinos, se organizaron y crearon la Asamblea de Ancasti por la vida. Al principio se reunían para investigar ¿qué era? ¿Qué pasaba, qué buscaban?, de a poco y con la solidaridad de otras asambleas conformadas -tanto dentro como fuera de la provincia- fueron obteniendo información.

Me cuenta Luciana que “Esta exploración de subsuelo la hacen de una manera irregular, a escondidas, sin consultar a la gente del lugar, ni dar explicaciones. Realizaron una audiencia pública trucha, en el otro departamento en el Alto donde van las autoridades de Ancasti, pero donde no es socializado este emprendimiento que quiere llevar a cabo la empresa”.

Esta empresa, Recursos Latinos (Latin Resources) de origen australiana tiene una sede en el departamento Ancasti y otra en el depto el Alto, en Vilisman. Los dos están ubicados en la Sierra de Ancasti.  Esta empresa, hace una exploración de subsuelo que es una etapa más avanzada de los proyectos mineros, donde hacen perforaciones de muchos metros y extraen muestras. Básicamente son los pasos previos a la explotación “La firma Integra Capital, que dirige el inversor argentino José Luis Manzano y cuenta con inversiones por unos u$s 16.500 millones en más de 10 países y en sectores como minería, petróleo, energía, uranio, cobre y servicios como IPO´s, entre otros, firmó un acuerdo de Joint Venture con la minera australiana Latin Resources para la exploración y explotación de litio en Catamarca.” Fuente: Diario El Cronista 26/10/20

Esta exploración se realizó a muy pocos metros de dos lugares muy significativos, no sólo a nivel natural, sino cultural. “el camino para ir al Parque Arqueológico La Tunita va desde La Villa de Ancasti, pasa por Santa Gertrudis y llega a Portero de los Córdoba. Ahí está la entrada al parque, es un sitio donde hay muchas pinturas rupestres, más de 20 aleros con pinturas, es un sitio muy especial y un área protegida desde 2007. Santa Gertrudis, es otro paraje muy importante porque ahí viven las tejedoras de seda natural o coyoyo. Una técnica ancestral que consiste en ablandar el capullo que dejan las mariposas de coyoyo, a partir de ahí hilarlo y luego se forma el hilo de seda natural con el que tejen”.  A 500 metros de las casas de estas tejedoras y de pinturas rupestres de más de 1500 años pertenecientes a los pueblos originarios, es donde se realizó la exploración de subsuelo que es la que desata toda la investigación y la reacción del pueblo desde donde surge la Asamblea.

Los primeros pasos de la organización

Luciana recuerda que “La primera asamblea fue muy convocante, vino gente de Andalgalá a explicarnos muchas cosas. Nosotres estábamos como sin entender qué pasaba  y qué teníamos que hacer. Después de a poco fuimos entendiendo  y también fuimos informando a nuestros vecines porque la mayoría sabía menos que nosotres. Todos estos proyectos suelen avanzar en las sombras y se aprovechan de la ignorancia de todes nosotres que desconocemos que eso está sucediendo hasta que de repente lo vemos materializado”

Según Luciana, cada vez se tomaron con mayor seriedad informarse e investigar y salir a contarlo. 

“Una de las cosas que hicimos como Asamblea fue presentar un proyecto de ordenanza de área protegida y municipio no tóxico en donde se prohíben las actividades extractivas que liberan sustancias toxicas al ambiente, contaminan y ponen en riesgo la salud de la población. Esto fue en 2017 y creo que fue algo muy bueno y por más que existe esta constitución a nivel provincial que estimula la actividad minera, la ordenanza nuestra estaría prohibiéndola. Nosotros creemos que nuestra ordenanza se apoya  en la Constitución Nacional, en la Ley General de Ambiente y los Tratados Internacionales que tienen carácter de ley  y que hablan del derecho de las personas a vivir en un ambiente sano. Las leyes que velan por el cuidado del ambiente y la salud de la población. Entonces, en este caso la que se vería en inferioridad de condiciones es la Carta Magna de la provincia que entraría en contradicción con las leyes que están muy por encima de ella. Esa es una de las discusiones que damos”.

Para entender en qué etapa de la entrega del país nos encontramos y principalmente de la provincia de Catamarca, mientras escribía la nota, me encontré con esto. En este link podés acceder al catálogo, presentado ayer por las autoridades nacionales y provinciales en el PDAC 2021, que se realizó en Canadá el jueves 11/3/21 pasado.

La Asamblea de Ancasti por la vida también participa de PUCARÁ, que se crea en 2017 como espacio de articulación de diversas organizaciones sociales y de Asambleas de vecinxs autoconvocadxs desde diferentes lugares de la provincia, para articular acciones conjuntas con la premisa de defender la vida, el agua y el territorio denunciando la contaminación, la destrucción y el saqueo que pretenden llevar a cabo las empresas transnacionales extractivistas con el aval del Estado.

 “Desde la asamblea realizamos muchas actividades de difusión de esta problemáticas, charlas, videos en la plaza, eventos culturales, ferias, peñas, talleres, proyectos de ordenanza como el proyecto de municipio agroecológico que es un proyecto que estamos impulsando hace dos años intentando hacerles entender a las autoridades que tenemos que recuperar y potenciar todo lo que tenemos y no engancharnos con la falsa promesa del desarrollo, donde después los únicos que terminan desarrollándose son los empresarios foráneos. También hicimos pintada de murales. La última que hicimos fue una pintada de remeras y estar siempre atentos del estado de los proyectos que avanzan en la sierra. Todos los proyectos son de extracción de litio en pegmatita, es decir litio en la roca, que implica una minería a cielo abierto, explosiones, lixiviación, uso y contaminación del agua, químicos, diques de cola, un impacto ambiental y social irreversible. Por eso nosotros decimos que esto implicaría la destrucción de las cuencas del Ancasti y esto no solo perjudicaría a sus habitantes, sino a toda la región, porque el Ancasti vierte el agua en muchas direcciones. Sería una afectación regional”. 

Desde PUCARÁ lo que hacemos es apoyarnos entre las asambleas, fortalecernos. Hicimos varias cuestiones de difusión de apoyo a las distintas comunidades afectadas por la megaminería, como la Gente de Andalgalá y de Antofagasta de la Sierra y algo muy importante que hicimos desde la asamblea PUCARÁ es la 1° Cumbre Latinoamericana del Agua para los pueblos. Desde ahí es que surge en las luchas socioambientales una unificación  de nuestros discursos, donde todos nos reconocemos como Agua, somos agua y todos defendemos el agua que es el principio de la vida. Entendemos que todas las actividades extractivas ponen en riesgo la vida y afectan la continuidad de este recurso vital.

Fuente: ANRed – Texto y fotos: Susi Maresca

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