Argentina. La doble moral o el doble discurso

Por Manuel Justo Gaggero*, Resumen Latinoamericano, 17 de febrero de 2021.

En este país del “no me acuerdo” y de la desmemoria permanente la corporación política y algunos medios de comunicación intentan transformar la muerte como un bill de indemnidad. A partir de ese momento el político o sindicalista fallecido pasa a ser “un estadista”, un “hombre de fuste “, o un  “gran Presidente”. Esto es lo que sucede el 14 de febrero con el anuncio del deceso de Carlos Saúl Menem.

Lo conocí en 1964 en la casa de Alicia Eguren y John William Cooke. Era de los pocos dirigentes del peronismo que los visitaban junto a Ricardo Obregón Cano y a Amado Olmos. Para la dirigencia oficial –Iturbe, Vandor  y cía- ambos compañeros  eran considerados “infiltrados castro comunistas” por su claro apoyo a la Revolución Cubana y su estrecho vínculo con Fidel y el Che. El “riojano” se había recibido ese año de abogado  y yo estaba dando la última materia. La “Flaca” -nuestra “Pasionaria”- nos propuso a mí y a otros compañeros que lo lleváramos a pasear. Irradiaba simpatía así que no fue difícil encontrar temas comunes.

Lo volví a encontrar nuevamente en 1982 en Trípoli -la capital de la República Yamahriya Árabe Libia Popular y Socialista- en un Congreso Internacional contra el Imperialismo, el Apartheid y el Sionismo convocado por Muammar al  Khaddafi. Encabezaba una delegación integrada por Herminio Iglesias y un ex senador de la Provincia de Buenos Aires. Cuando me divisó, revelando una memoria increíble, me gritó “Manolo” y se aproximó y me planteó que debíamos  proponer en el evento una declaración de apoyo a las tropas argentinas que en esos días combatían en el Atlántico Sur para la recuperación de las Islas Malvinas. Le expresé que nosotros habíamos traído un documento en inglés y castellano de nuestro referente Enrique Gorriarián Merlo titulado “Las Malvinas son Argentinas y los `Desparecidos’ también “. En el mismo, saludábamos la valentía de nuestros soldados y condenábamos a la Dictadura Cívico –Militar.

Me dijo “lo distribuimos” y se transformó en un propagandista de éste. El día en que se rindieron los oficiales del régimen genocida nos encontramos en el desayuno y estaba eufórico. Me expresó, como una premonición: “Ustedes vuelven todos y voy a ser Presidente por diez años”.

Así fue por desgracia para nuestro pueblo.

En 1989, luego del intento de copamiento del Regimiento de La Tablada por parte de compañeros del Movimiento Todos por la Patria y antes de asumir la Presidencia, me mandó a decir por uno de sus amanuenses que si yo declaraba en conferencia de prensa que éste había sido respaldado por Raúl Alfonsín le podía pedir lo que quisiera. Por supuesto que me negué y rompí todo nexo con este personaje.

Durante su decenio se completó el modelo diseñado por el Ministro de Economía de la Dictadura privatizándose todas las empresas del Estado de servicios públicos entre las cuales estaba la “joya de la Corona”: Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Se completó la destrucción de la red ferroviaria más importante del Continente, se destruyeron 2.500.000 de puestos de trabajo, fueron indultados los genocidas condenados en el Juicio a las Juntas y se establecieron “relaciones carnales” con los Estados Unidos. Avanzaron en la explotación del petróleo las empresas extranjeras y se legitimó el modelo “neoliberal”.

El “mejor Presidente de la historia después de Perón”, como dijera un gobernador de una provincia patagónica, fue parte de un proceso de malversación de caudales públicos y de corrupción sin precedentes que hizo que un   dirigente  “discepoliano” de ese  peronismo reciclado, Luis Barrionuevo,  propusiera “muchachos dejemos de robar por dos años para que el país se recupere”.

Al dejar la Presidencia todos los gobiernos posteriores le aseguraron la impunidad y un lugar vitalicio en el Senado lo que hizo que crímenes como la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero, no tenga sanción alguna para este claro exponente de la “doble moral” y del “doble discurso”. No permitamos que se manipule la historia nuevamente y esa “Segunda Década Infame” sea parte del permanente olvido.

*Abogado y periodista. Ex director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”.

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