Pensamiento crítico. Migrantes. Mendigos de Sueños

Por Marcelo Valko. Resumen Latinoamericano, 9 de febrero de 2021.

            ¿Puede existir alguna relación entre la estatua de una hermosa indígena en taparrabos a los pies de Colón exaltando al almirante y las caravanas de millares de migrantes centroamericanos rumbo al “gran país del norte”?

            Sin embargo, antes de aventurar una posible respuesta conviene lanzar otra pregunta: ¿Qué significan las penosas caravanas de migrantes rumbo a EEUU? Todos queramos o no, somos signos de un alfabeto muy vasto, una especie de zodiaco o constelación que nos excede. Vemos a esas familias desvalidas con niños pequeños cargando apenas un bolso o una pequeña mochila por toda pertenencia de vida. ¿Qué significa esa orfandad de suelo? ¿Porque se lanzan a un camino plagado de peligros en cada recodo del viaje, en cada noche a la intemperie, en cada mirada que se cierne sobre ellos? Sin ir más lejos, hace pocas semanas se encontraron cadáveres calcinados de migrantes guatemaltecos en Tamaulipas cercana a la frontera con Texas. No hay culpables, no hay justicia ni victimarios solo víctimas. Esas personas en tanto signo se convierten en los representantes de un tremendo vía cruces arrastrándose miles de kilómetros de pasos y padecimientos mendigando la entrada a EEUU en una procesión. Pagando la penitencia de ser sudacas y así obtener el merecimiento de entrar al Reino de los Cielos, que está allá… Es la América de la fractura, la que vota a Bolsonaro, Piñera, Macri o al banquero Lasso hace unos días en Ecuador. Es la América que sin pudor viaja en procesión desvergonzada a Miami, sumando a sus frívolas compras un tour sanitario para vacunarse contra el Covid-19. Siempre son los más ventajeros y aprovechados que sonríen en las tapas de las revistas.

            Como es notorio, desde hace décadas miles de personas anhelan marchar a EEUU para concretar el llamado sueño americano, son los denominados “soñadores” conocidos como dreamers. Si nos detenemos aunque sea un breve momento en el vocablo advertiremos que se trata de gente que pareciera que no puede “soñar” al sur del río Bravo. Ciertamente parece que no es factible pedirle a un salvadoreño en un país asolado por las maras y la corrupción que pretenda forjar allí un futuro o pedírselo a los hondureños de Juan Pedro Sula devastados por dos huracanes consecutivos, Eta y Iota, un fenómeno meteorológico inusual producto del climático que en menos de tres semanas devastaron una de las regiones más pobladas que ya estaba pauperizada por la precariedad económica o solicitar confianza en la economía a los argentinos cuyo salarios son deglutidos bocado a bocado por la sempiterna inflación que hace décadas se dedica a disolver a su famosa clase media.

            Cuando no es viable soñar en casa y es necesario arriesgarse a un viaje azaroso de miles de kilómetros para soñar en otra parte significa que ocurre algo más grave que una paupérrima realidad económica. ¿Acaso nuestros países son inviables? Conozco a más de uno que en Argentina se lamenta que en su momento desde las azoteas de la modesta Buenos Aires hayamos vencido a las invasiones inglesas de 1806 y 1807arrojando agua hirviente y macetas. De no haber sucedido eso ahora seríamos orgullosos miembros de la Commonwealth del Reino Unido. Más allá de que estos individuos muestran su arrepentimiento por el patriotismo de aquellos ancestros son signos, síntomas de una estructura patológica…

            Los medios informativos día y noche trabajan para convencernos de nuestra inviabilidad. Nuestros Estados son deficitarios, todo lo hacemos mal, las empresas controladas por el Estado dan cuantiosas pérdidas, no así la Telecom francesa o Telefónica española que giran cuantiosas ganancias al fisco español y francés por dar un par de sencillos ejemplos. Nos inducen a aceptar que todo lo que hacemos no conduce a ninguna parte. Los monopolios mediáticos del continente lo refuerzas hora tras hora como las cadenas O Globo, Caracol, Televisa y Clarín y otras. ¿Acaso estamos malditos como Caín aun sin haber matado a Abel? Todos quienes están prendidos a los televisores o Internet padeciendo las noticias se convencen una y otra vez que aquí (sur del río Bravo) no tenemos alternativas. La manipulación informativa ejerce un control social más eficaz que una dictadura sangrienta. Es aséptico, pulcro, democrático ya que miramos el canal que queremos y nos convencen que estamos malditos y que el único conjuro para quebrar el hechizo es abandonar todo y escapar al gran país del norte o en su defecto a Europa.

            Al inicio del artículo había mencionado una posible relación entre los migrantes y la estatua de una indígena alabando a Colón, vayamos a ese punto. Uno de los primeros lugares donde el imperialismo español se hizo fuerte en el Nuevo Mundo fue una gran isla que demostrando pobreza de imaginación los invasores bautizaron como La Española, isla que hoy comparten Haití y República Dominicana. En el Parque Colón del casco colonial de Santo Domingo capital de este último país a metros de la fortaleza Ozama junto al río homónimo se encuentra un pedestal de mármol sobre el cual está erguido el Gran Almirante de la Mar Océana. El conjunto escultórico fue realizado en bronce por el escultor francés Ernest Gilbert en 1.887 quien percibió por el encargo nada menos que 60.000 francos de aquel entonces. Ignoro cuales habrán sido las instrucciones dadas a Gilbert para erigir el monumento, no tanto sobre un personaje notorio como el navegante que es en definitiva el homenajeado sino sobre la ignota figura semidesnuda que lo acompaña a sus pies. Supongo que lo más probable es que le hayan contado parte de la historia y casi con seguridad le omitieron el final de la taina llamada Anacaona (Flor dorada). Todos los cronistas coinciden en hablar de la extraordinaria belleza de la mujer “de hermosura incomparable que corría pareja con sus talentos y sus virtudes”. Quizás por eso, el escultor la presenta cubierta por un mínimo taparrabo para exhibir su cuerpo. Anacaona con una especie de pincel escribe en una de las paredes laterales del pedestal unas líneas de homenaje al “Ilustre y esclarecido varón Don Cristóbal Colón”. La realidad fue otra muy diferente, tras la captura y muerte de su marido el cacique Caonabo por parte de los hispanos como soberana de Xaragua (La Española) Anacaona fue una de las organizadoras de la resistencia hasta que fue capturada por el “pacificador” Nicolás de Ovando y ahorcada públicamente en 1504.

            Bien entonces, supongo que más de un lector atento ya habrá advertido que la relación entre la taina Anacaona y las caravanas de migrantes centroamericanos surge de la manipulación mentirosa de la realidad. ¿Cómo es posible aceptar un monumento de una falsedad tan manifiesta en donde la mujer que acaba ahorcada por defender su territorio termina trepada a un monumento festejando al “ilustre varón esclarecido” capitán de la invasión? Es simple y ocurre de la misma manera que todo un conjunto de países dejen de soñarse como realidad de vida y su gente coloque sus esperanzas y anhelados en una realidad por completo diferente a la que tienen que llegar como penitentes de un largo vía crucis depositando sus ilusiones en el “bueno” de Biden ahora que se fue el “malo” de Trump…. Estos padecimientos que tienen mucho de pérdida del principio de realidad son posibles por la historia oficial que al igual que la manipulación mediática y el control social de los holdings informativos inducen a nuestros pueblos a una suerte anomia de sueños. El capitalismo posee diferentes aristas y todo tipo de tentáculos para atraernos a sus redes como el canto de las sirenas a Ulises. Del mismo modo que nos usurpan nuestras riquezas mediante la fraudulenta deuda externa y la manipulación de precios de nuestras materias primas nos aspiran los sueños hacia el norte. Todo parecen absorberlo: bienes, personas y sueños. Aquí la solución no es la que Homero propuso para la odisea de su personaje atándolo al palo mayor de la nave y tapando los oídos de su tripulación. Muchos politólogos e intelectuales que se especializan en tocar de oído, desconocen la partitura de los pueblos y por eso se sorprenden por ejemplo con la irrupción electoral del Pachakuty en Ecuador. Los pueblos no tocan de oído y tienen los pies en el suelo por eso votaron por esta tierra de ensueños y sueños. Es necesario tener las manos libres y los sentidos alertas para enfrentar la realidad y explicarles a los dreamers que debemos levantar nuestro futuro aquí, construyendo cada uno en su lugar una Patria Grande. Es lento, pero viene…


*Psicólogo, docente universitario, especialista en etnoliteratura y en investigar genocidio indígena, autor de numerosos textos como Pedestales y Pronurios y Pedagogía de la Desmemoria.

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