Sáhara Occidental. Nuevas perspectivas del conflicto en el panorama mundial

Resumen Medio Oriente, 19 de enero de 2021-.

Antes del año 1991, las unidades del ejército guerrillero saharaui asestaron duros golpes a los invasores marroquíes en sus guardias en las profundidades del muro de la vergüenza, dichas derrotas militares obligaron al gobierno de Rabat a solicitar un plan de paz, que establecía un alto de fuego y la organización de un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui, lo cual era un engaño al pueblo saharaui y a la comunidad internacional, cuyo objetivo era alargar la ocupación marroquí del territorio saharaui.

Han pasado 28 años de maniobras rebosantes de un sinfín de obstáculos que impedían la celebración de esta consulta popular.

Ante este cobarde comportamiento, la sociedad civil saharaui tomó la iniciativa de bloquear la brecha ilegal de El Gargarat, con el fin de cesar el expolio de los recursos naturales del Sáhara Occidental y llamar la atención de la comunidad internacional sobre la urgente necesidad de respetar las múltiples resoluciones de la ONU en este sentido.

El reino marroquí, molesto por esta lucha pacífica y civilizada, decidió intervenir militarmente para desalojar a los manifestantes en una clara violación del acuerdo del cese del fuego firmado con el Frente Polisario bajo los auspicios de las Naciones Unidas, hecho que obligó al ejército saharaui a intervenir para proteger a sus ciudadanos y declarar el fin del acuerdo de paz y el reinicio de la lucha armada en todo el territorio nacional.

A esta noble tarea se incorporaron miles de jóvenes saharauis, alistándose voluntariamente a las filas de los guerrilleros. Desde aquel trágico momento han pasado tres semanas de intensos bombardeos del ejercito saharaui a las posiciones enemigas a lo largo del muro militar marroquí.

La diplomacia y la presa del Reino Alauí negaron la existencia de dichas acciones bélicas y  continuaron aclamando su intervención militar en El Gargarat, haciendo de esta acción ilegal, que viola el cese de las hostilidades, una gran victoria y fingiendo seguir cumpliendo los acuerdos de paz para hallar una solución al conflicto.

Argelia, miembro observador en el proceso de paz y país vecino del Sáhara Occidental, condenó enérgicamente las violaciones del alto de fuego por parte del ejercito marroquí. Mauritania, el vecino sur del territorio saharaui, con su condición de país neutral en el conflicto, llamó también a la calma y a la reanudación de las conversaciones de paz sin ocultar su preocupación, tanto por el estado de guerra que afecta sus intereses, así como el gran acercamiento de las tropas marroquíes a sus fronteras septentrionales, donde está ubicada su capital económica Nuadibu.

España, potencia administradora del Sáhara Occidental, según la legalidad internacional y que  constituye junto a Francia los aliados principales de Marruecos en Europa, no le agrada la nueva  situación, lo único que le importa es continuar expoliando las riquezas del Sáhara a través de convenios ilegales firmados con la fuerza ocupante y de paso, garantizar el silencio marroquí en el tema de Ceuta y Melilla. El gobierno español manifestó su deseo de que prevalezca la paz, pero sin señalar la parte causante de la inseguridad en la región.

La unidad y la disposición de los saharauis a defender sus derechos a la libertad en su tierra, causaron fisuras en el seno del gobierno de coalición de la Moncloa, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias manifestó su apoyo enérgico a la organización de un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui, algunas comunidades , municipios y formaciones políticas expresaron también su apoyo a la causa justa de la nación saharaui. 

También la prensa española presentó profundos análisis de la cuestión saharaui destacando el papel negativo del gobierno español en este conflicto originado por la mala descolonización del territorio saharaui, además la solidaridad de numerosos artistas españoles, entre los cuales mencionamos brillantes artistas como: Javier Bardem, Clara Lago, Isabel Corcel, Alberto Ammann y Viggo Mortensen, exigen al gobierno de España que intervenga para detener la guerra y que deje de ser cómplice de la situación que padece el pueblo saharaui. A esta ola solidaria se incorporaron ilustres escritores liderados por el gran escritor Pablo Ignacio Dalmases, ex director de la Radio del Sáhara en la era colonial. Dalmases en su artículo publicado en el diario catalán titulado ”Aplausos para Pablo Iglesias”, el escritor explica detalladamente el conflicto del Sáhara Occidental y la responsabilidad legal de España en este conflicto 

Francia, miembro permanente del Consejo  de Seguridad y principal aliado de Marruecos, observa con mucho interés la cuestión saharaui y trabaja en secreto para hallar la manera de ayudar a Marruecos a superar el aprieto en el que se encuentra, a la vez que enfrenta voces dentro del parlamento galo que exigen más seriedad en el tratamiento del conflicto saharaui.

Estados Unidos, país clave en el escenario político mundial, su posición varía en dependencia de los gobiernos que guían la política norteamericana, todos estos años es el encargado de preparar el borrador de las resoluciones sobre el Sáhara a través del llamado “ Grupo de Amigos del Sáhara”  y que su última administración, encabezada por Donald Trump, mantuvo un apoyo a las pretensiones expansionistas marroquíes. La nueva administración todavía no ha recomendado a Marruecos a alejarse de la violencia y optar por la vía del diálogo.

Rusia, el gigante armamentístico, socio estratégico de Argelia, siempre ha apoyado una solución justa y duradera que permita la autodeterminación del pueblo saharaui, ha llamado a las negociaciones de las partes en conflicto sin la imposición de condiciones previas, aunque el ministerio de exteriores marroquí trata sin éxitos en múltiples ocasiones variar la posición rusa, ofreciendo preferencias económicas.

Alemania, China, Italia, Sudáfrica, Namibia, Suecia y otros muchos países han solicitado el cese de las hostilidades y el reinicio de las conversaciones encaminadas a permitir al pueblo saharaui ejercer su legítimo derecho a la autodeterminación  

Las Naciones Unidas, que durante treinta años de proceso de paz, no ha prestado la atención requerida a la cuestión saharaui, la influencia de Francia; con su estrategia marcada por sus ambiciones colonialistas a favor de Marruecos, frustró todos los intentos de resolver esta cuestión. Antonio Gutérres, secretario general de este máximo organismo mundial, está totalmente alineado con Marruecos a lo largo de su mandato que, ni aún ha cambiado de posición en éstos tiempos cruciales, ya que en la ultima reunión de la ONU, el 4 de diciembre de 2020, donde se refirió a todos los conflictos que aquejan al mundo ignorando totalmente el conflicto del Sáhara Occidental. 

El pueblo saharaui liderado por el Frente Polisario, su legítimo representante, luchará sin tregua, a pesar de la superioridad militar de su adversario que, según informaciones recientes se compone de tres brigadas de infantería mecanizadas, una brigada de seguridad ligera, dos brigadas de paracaidistas y ocho regimientos de infantería mecanizados, además de una gran cantidad de pequeñas unidades independientes, este último consta de 11 batallones armados, 39 batallones de infantería, tres batallones mecanizados, un batallón de montaña, dos batallones de caballería, 12 batallones de artillería y un grupo de defensa aérea.

Todo este poderoso arsenal bélico es insignificante para los guerrilleros saharauis armados con la fe en Ala y con la moral tan alta como las montañas de Tiris.

Con la voluntad del Todo Poderoso, el Sáhara pronto será libre: las zanjas del muro de la vergüenza se convertirán en ríos caudalosos, en lugar de cada mina brotará una flor, los llanos y montes se revestirán de hierva verde y se embellecerán con las jaimas de los refugiados. Volverán las manadas de camellos  y rebaños de ovejas para pastar en un ambiente primaveral de infinito sosiego.

Fuente: ecsahara.com

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