Perú. “No vamos a dejar que nuestra gente muera de nuevo”

 Por Ivan Brehaut*. Resumen Latinoamericano, 18 de enero de 2021.

El Comando Matico habla fuerte y demanda mayor coordinación y apoyo del Estado.

Lo mejor de los tiempos oscuros, en un mundo lleno de influencers, trampas y espejismos, es que nos ayudan a distinguir a los que realmente brillan con luz propia. Ese es el caso del Comando Matico, el grupo de voluntarios indígenas que ha atendido a más de 870 pacientes en los últimos 8 meses de labor. 

La reciente formalización del grupo como asociación civil, reconocida e inscrita en los registros públicos, va dándole mayor fortaleza a una iniciativa ciudadana que ha recibido ya premios y reconocimientos a nivel nacional. Este grupo de voluntarios está ahora legalmente inscrito como Asociación Centro de Medicina Ancestral Comando Matico.

Jorge Soria, líder del Comando Matico, dirige el esfuerzo voluntario y solidario de un grupo de 12 indígenas que, desde el 15 mayo del 2020, heroicamente, iniciaron una cruzada por la salud de la población de menores recursos de Pucallpa, en Ucayali.

“Mi sobrino Alexander Shimpukat, (la verdad nadie lo conoce así, todos los conocen como Shimpu), junto con unos amigos iniciaron nuestra labor. Shimpu se recuperó de la enfermedad usando el matico, una planta que nuestro pueblo sabe que ayuda con los males respiratorios y las inflamaciones. Luego nos fuimos juntando, llevando nuestras hierbas a los vecinos, a los amigos que padecían la Covid 19”, nos cuenta Jorge.

La labor del Comando Matico fue rápidamente haciéndose más notoria. Un episodio inolvidable del Comando, fue cuando entre todos sus miembros juntaron hojas de matico y otros productos de la selva para enviarlos a sus hermanos de Cantagallo, en Lima. “Los veíamos morir, aislados, sin ayuda de nadie… son nuestros hermanos y teníamos que hacer algo para apoyarlos…” nos cuenta Shimpu.

Parte del envío de Matico a Cantagallo

Luego, vinieron los reportajes, el reconocimiento en Pucallpa, las réplicas en Aguaytía, Atalaya, Sepahua y otras partes de la Amazonía. Efectivamente, pronto empezaron a escucharse noticias respecto a grupos de indígenas que dieron respuesta a la indolencia del Estado, quienes arriesgando sus vidas se lanzaron en auxilio de sus paisanos y hermanos.

“El apoyo de los reportajes, los artículos que los aliados nos hicieron en portales como La Mula y la televisión local, ayudaron a que la gente nos viera y nos respetara. Pero el apoyo de la DIRESA, del Gobierno Regional, fue muy inconstante”, nos señala Jorge.

Durante meses, la presión de personas e instituciones aliadas en Ucayali y en todo el Perú permitió que la DIRESA Ucayali colaborara, al menos temporalmente, con el Comando Matico. Sin embargo, la mayor parte del apoyo operativo vino de donaciones del colectivo Grupo “Aliados de Ucayali”. Shimpu considera que el apoyo de los aliados ha sido invaluable.

Así, durante varios meses, con el apoyo de los “Aliados” y el importante soporte de la parroquia de Yarinacocha, el Comando atendió a varios centenares de personas, en un local prestado por la iglesia. Las amanecidas en la calle llevando oxígeno de emergencia, el traslado de pacientes a hospitales, las jornadas de alivio con plantas, las incontables horas llevando alivio a los pacientes y a sus familiares, son algunas de las muchas labores que este grupo de voluntarios desarrolló en los meses de mayor necesidad y angustia en Ucayali.

Forzados a dejar el local parroquial, el Municipio de Yarinacocha les ofreció un terreno, pero los vecinos de la zona no permitieron que se instalen. “tienen miedo de que vengan enfermos a su barrio, por eso nos rechazaron. Fue decepcionante.”, contaron los maticos. Hace unos meses, el Comando estaba en la comunidad Bena Jema, cercana a Yarinacocha, donde fueron llevando sus plantas y a sus pacientes, y donde empezaron a vivir el descenso de los casos. Fueron semanas de relativa calma para todos.

Desde inicios de diciembre, el Comando Matico empezó a sentir los primeros síntomas de rebrote. “Pensábamos que era dengue o covidengue -la mezcla de ambas enfermedades-, pero algo estaba pasando. Otra vez nos estaban llamando, otra vez las emergencias… y no veíamos ninguna medida, ningún cambio para apoyarnos a combatir estas enfermedades”.

Jorge Soria

En plena segunda ola, el Comando Matico nuevamente pide el apoyo de la sociedad civil, de sus hermanos y aliados para ponerse, como la primera vez, en primera línea para luchar por la salud y la vida de la población de Ucayali.

El 11 de enero, los miembros del Comando Matico hicieron una manifestación pública en la puerta de su local en Yarinacocha, pidiendo a las autoridades regionales que, esta vez al menos, les faciliten el trabajo humanitario y asistencial que realizan para la población ucayalina y que el mismo Gobierno Regional, es incapaz de realizar. Para ello, presentaron un documento solicitando acciones concretas para la implementación de medidas de salud intercultural en Ucayali. El Comando Matico pide que se le otorguen medicamentos para sus atenciones y que haya una articulación entre ellos y los responsables de la DIRESA. No se trata de fondos, se trata de colaboración y coordinación.

Ante la invisibilización frente a los sistemas de salud formal, la población indígena de nuestra selva, como siempre, lanzó su voz de protesta, pero también una propuesta de salud intercultural que sigue siendo poco valorada. “Queremos colaborar con el Estado, poner nuestro conocimiento ancestral, el saber de nuestro pueblo, al servicio de toda la población. Pero para eso, el Estado tiene que querer escucharnos, tienen que reconocer el rol que hemos jugado, el aporte voluntario que estamos haciendo. Si el Estado no cumple con la plataforma presentada el 11 de enero, haremos sentir de nuevo nuestra voz, en coordinación con la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali (FECONAU), con el respaldo de ORAU y nuestra organización nacional que es AIDESEP”, señala Jorge Soria. “No vamos a dejar que nuestra gente muera de nuevo, que seamos siempre los últimos en recibir apoyo del gobierno”.

La nueva responsable de salud intercultural de la DIRESA , con quien tuvimos reciente contacto, ha manifestado su intención de una mayor coordinación y cooperación con el Comando Matico y con otras iniciativas de salud intercultural en la región. La duda es, siempre, si tendrá el apoyo del GOREU para cumplir su cometido.

Por su parte, el Grupo de Aliados de Ucayali está recolectando fondos mediante una rifa para implementar al Comando con un motocar para facilitar la movilización del grupo en la atención de emergencias y trasladar a los pacientes hacia los hospitales cuando sea necesario.

El Comando Matico y sus hojas de Matico

El pasado viernes por la mañana, un bote partió de Pucallpa hacia la comunidad nativa Santa Rosita en la cuenca del río Abujao, llevando apoyo para varios pacientes que aparentemente padecen dengue, Covid 19, o quizá ambas enfermedades, no se sabe. Tristemente, todo empieza de nuevo: en la misma cuenca del Abujao se encuentra Bethel, la primera comunidad nativa donde se detectaron casos de Covid 19 en Ucayali. Una vez más, el Comando Matico se lanza en ayuda de quienes no tienen atención del Estado, pero ahora bajo el pedido de ayuda del mismo municipio distrital. 

Con la segunda ola iniciando sus estragos en todo el país, el Perú necesita, de una vez, humanizar su sistema de salud y aplicar su política de salud intercultural. No se puede dejar solos a quienes defienden la salud de los ciudadanos y menos si ellos son los olvidados de siempre. Ucayali necesita a sus mejores hombres y mujeres. Ucayali necesita al Comando Matico.


* Ivan Brehaut se autodefine como viajero, no turista. “Viajo por el Perú, escribo sobre lo que veo y aprendo. Fotografia, naturaleza y humanidad”.

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Fuente: Lamula.pe, Comunidad: https://ibrehaut.lamula.pe/2021/01/18/no-vamos-a-dejar-que-nuestra-gente-muera-de-nuevo/ibrehaut/

FUENTE: SERVINDI

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