Argentina. Cuando la mentira es la verdad

Por Carlos R. Martínez*, Resumen Latinoamericano, 16 de diciembre de 2020.

¿Qué ves? ¿Qué ves cuando me ves?
Cuando la mentira es la verdad.

Divididos

El PJ, el Massismo, el Albertismo y los K ven con preocupación el no saber hasta cuando el pueblo va a soportar este ajuste. Tienen certezas que lograron una masa crítica de apoyo en el proceso electoral para evitar que continúe Macri, en esa instancia había una acuerdo entre los candidatos y la mayoría del pueblo.

Más allá de las promesas de campaña, hoy para el pueblo peronista, otros sectores populares y parte de la progresía, no es suficiente entender que se recibió un estado quebrado acentuado por la complejidad de la pandemia. Hoy el salario no alcanza con el consiguiente impacto en pequeños comerciantes y profesionales que tiene atado su futuro al del pueblo.

El valor de la comida no es el resultado del acuerdo social que proponía el gobierno, se fija por la prepotencia de los grupos económicos sin presencia real de la secretaria de comercio para poner límites. Las tarifas, alquileres y otras necesidades de la clase media y el pueblo trabajador cada vez están más lejos de poder acceder, con el impacto que produce en los hombres y mujeres que sobreviven en la economía informal. Un mérito del gobierno es el beneficio para las arcas públicas y de los patrones en haber desvinculado los salarios y las jubilaciones de la inflación real, unos van por la escalera y otros por el ascensor.

La mitad del país es pobre y la coalición gobernante sabe que esa situación es una bomba de tiempo, por lo que van trabajando para postergar un estallido social. En ese sentido se ocupan para evitar movilizaciones masivas de repudio a sus políticas o que se transforme en voto castigo, sin duda definen políticas de alivio, que son infructuosas debido al empobrecimiento generalizado de la población. Hoy nada alcanza.

Buscan asegurar un relato positivo con la finalidad de ganar tiempo, a partir de los medios periodísticos propios, con la ayuda de cierta complicidad de los medios opositores. Como ejemplo, todos generaron el mismo sentido y opinión con la finalidad de condenar la toma de tierras en Guernica y alentar el desalojo y la represión en defensa de la propiedad privada, con el silencio de la mayoría de los medios oficialistas y pobres balbuceos de los movimientos sociales afines al gobierno.

La coalición gobernante sufre el desconcierto de no saber cuánto crédito le queda con su base electoral, esto los está llevando a prácticas inimaginables. El primer emergente fue denominar “trosko” a cualquier portador de un disenso. Se comienza ahora a establecer un marco conceptual y argumentativo para hostilizar a los nuevos disconformes. Hasta hace un tiempo cuando se dudaba de la dirección del gobierno en temas económicos, de política internacional, o con relación a la destrucción del medio ambiente bastaba con decir “deja de mirar TN”, hoy ya no alcanza.

En ese sentido aparecen nuevas categorías para descalificar a los propios que comienzan a manifestar malestar ante las políticas del gobierno.  Sorprendentemente leen como malestar o desacuerdo hasta hacer silencio, es necesario para pertenecer agradecer, exaltar, manifestar orgullo. Caso contrario se es sancionado con una nueva categoría de exclusión; “infantilismo izquierdista.”

Expresión y síntesis distorsionada de un debate que se dio en el seno de la revolución rusa donde Lenin señalaba el izquierdismo como una enfermedad infantil del comunismo. Un argumento “importado” de un proceso revolucionario fuera de tiempo y espacio. Faltaría incorporar como epíteto “gusanos” como se dice a los contrarrevolucionarios cubanos, pero en los dos casos fueron palabras fruto de las tenciones dentro de procesos revolucionarios que quieren utilizarse en una país donde la única revolución es la de los mercados.

Siguen argumentando que la felicidad del pueblo se logrará con la misma receta que nos llevó a una pobreza del 40% una democracia condicionada, prebendaría y elitista.

Cuáles fueron las causas del aumento de la pobreza, no deja de ser un policausalidad, pero hay dos causas centrales la concentración de la riqueza por parte de los grupos económicos y el posibilismo por parte de la partidocracia democrática, que evita cuestionar los mecanismos de explotación que forman una pensamiento colectivo basado en el consumo individual como único camino, propuesta eficaz para fragmentar la sociedad, las comunidades y hasta las familias. Y quienes definen la política no solo lo impulsan sino que también los financian con fórmulas como el “ahora 12”.

Más allá de no cumplir con las promesas electorales, los gobiernos que se dicen provenir de raíces populares, no están dispuestos a cuestionar el capitalismo y su secuela de pobreza, desempleo y la destrucción de cualquier proyecto social que permita que cada compatriota tenga un lugar en la sociedad. Es por eso que se demoniza al neoliberalismo, preservando la existencia del capitalismo.

Leopoldo Marechal, decía que “de los laberintos se sale por arriba” y creo que esa es la cuestión. En este caso el laberinto es la ceremonia de la democracia representativa, se transitan muchos caminos pero todos en algún momento nos llevan a una pared, a una situación sin salida.

Y ese es el momento como cantaba Divididos “cuando la mentira es la verdad”.

Se construye el relato justificatorio que cuenta que no se puede, porque el aparato estatal está infectado por los liberales, los funcionales a los economistas del sistema, los tibios, los alcahuetes del mercado, todos defensores de un proyecto neoliberal, colonial y dependiente que ha designado el poder hegemónico, que atan de manos cualquier intento de transformar la realidad.

Conclusión: no es el momento de profundizar vaya a saber que, porque se corre el riesgo de hacerle el juego a la derecha. Olvidando que si toda esa comparsa sigue en el estado es porque el gobierno no hace nada para cambiarlo.

Pero esa mentira esconde otra, afirmar que para transformar las relaciones de fuerza de un país, solo se logra haciendo foco en el estado como factor determinante. Olvidando que el verdadero sujeto político no se constituye desde el estado, por el contrario esos sujetos son la expresión de las organizaciones sociales, gremiales, comunitarias, culturales, autónomas y sostenedora de un proyecto de trasformación social que se defina de arriba para abajo, incluyendo las problemáticas reales de la vida cotidiana, (condiciones de trabajo, salario, hábitat, salud, educación) definida por el pueblo, desandando las recomendaciones de los organismos internacionales. 

Sin el protagonismo del pueblo y en especial de las mujeres que son las que le dan sustento organización y continuidad a los proyectos sociales y barriales. No hay transformación posible, sin construir comunidades y organizaciones de trabajadores, mujeres y jóvenes dispuestos a transformar una sociedad desigual e injusta.

Volviendo a Divididos ellos cantan “Qué ves cuando me ves”, alguna vez leí que las cosas no las vemos como son, sino como somos y en este caso es cierto hay dos miradas, una reformista la otra revolucionaria.

*OLP Resistir y Luchar

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