Argentina. Sacristía y ultraderecha en la manifestación celeste: “al aborto no se lo debate, se lo combate”

Resumen Latinoamericano, 10 de diciembre de 2020.

Desde temprano, los autoproclamados “provida” fueron llegando a la Plaza del Congreso para ubicarse sobre Hipólito Yrigoyen, con un escenario propio y pantalla gigante, tal como ocurrió también en 2018. Uno de los referentes declaró que fueron reprimidos por agentes porteños. 

Guido Piotrkowski
(Foto: Edgardo Gomez)

Algunos aferrados a sus biblias, otros amplificando sus insultos a Sergio Massa y Cristina Kirchner con la ayuda de megáfonos, todos con alguna identificación celeste, el color que se volvió emblema del rechazo a la legalización del aborto.

Desde temprano, los manifestantes autoproclamados “provida” fueron llegando a la Plaza del Congreso para ubicarse en ese espacio delimitado por las avenidas Rivadavia y Entre Ríos, sobre Hipólito Yrigoyen, enfrentados a los pañuelos verdes, tal como ocurrió también en 2018, con un escenario propio y pantalla gigante.

Religión o muerte“. En letras blancas sobre fondo negro, y con una calavera en el centro, eso se leía en una bandera colgada en un farol de la Plaza Congreso, a pesar de que en el escenario montado sobre la esquina de las avenidas Entre Ríos e Hipólito Yrigoyen el acto central de la organización denominada “Unidad Provida” –que reúne cerca de 150 agrupaciones celestes de todo el país– era iniciado por un presentador que aseguraba “somos un pueblo de paz, provida, profamilia”. 

Pasadas las 17 horas del jueves, por el costado de la bandera, una mujer se dirigía de rodillas, con una estatuilla de la Virgen María en una mano y un muñeco de bebé crucificado en la otra, hacia el acto que comenzaba con el video de una ecografía en las pantallas. Previamente, la misma mujer había recibido el vino y la hostia en el marco de una pequeña misa montada sobre el césped de la plaza, donde también se había clavado una serie de cruces que representaban el “cementerio de los inocentes”

Allí, con cerca de cincuenta fieles a su alrededor, el cura daba su sermón: “Como católicos no podemos dejarnos avasallar por estos ignorantes“, decía y señalaba al Congreso donde los diputados y diputadas ya debatían el proyecto de IVE desde la mañana. Además, el hombre agregaba que “si los católicos tenemos que morir como lo hizo Cristo en la cruz, lo vamos a hacer”, para evitar ser “cómplices de este genocidio“. 

“Hace dos años les dijimos que no, y ahora volvemos a mostrar nuestro compromiso con el prójimo, no hacemos descarte de nadie, sino que lo incluimos”, argumenta frente a la cámara de televisión una mujer que llegó de Moreno. En una mano sostiene una manualidad casera que intentar parecer un bebé. En la otra, atenta a los detalles, un rosario de cuencas celestes.

Algunos de los manifestantes que piden “salvar las dos vidas” pasaron la noche en las inmediaciones del Congreso. Fueron los encargados de la decoración estable de ese lado de la plaza: “No queremos un ministerio de muerte” o “Matar un niño por nacer no es un derecho” son, apenas, algunos ejemplos del tono de los carteles. También forman parte del merchandising favorito las banderas y escarapelas argentinas. Algunos redoblantes. Cero glitter.

“Los que deberían representar a la Nación y a la vida están haciendo todo lo contrario. Un aborto no es una operación, es matar una bolsa de vida. las mujeres son fuentes de vida, les tienen que meter una tijera, un bisturí, algo adentro para abortar, eso no puede ser un derecho”, se lamenta un hombre canoso de rigurosa camisa celeste, quizás vaticinando el voto desfavorable –para sus convicciones– de los diputados. Después, como si necesitara justificarse, agrega: “Dios es vida y yo creo en Dios”.

Alrededor de las 20 horas, comenzó a sonar el himno nacional, mientras una gran cruz todavía se mantenía al costado del “cementerio de los inocentes” y una bandera argentina con un feto en el lugar del sol flameaba frente al Congreso. Desde el otro lado de la plaza continuaba llegando el reclamo de la marea verde por “aborto legal en el hospital“. 

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(Foto: Edgardo Gomez)

Denuncias de represión

La Fundación + Vida, una de las presencias más activas entre los manifestantes autoproclamados “la mayoría celeste, denunció que fueron “reprimidos” por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires durante la madrugada de este jueves mientras intentaban armar un escenario alternativo al montado por la Cámara de Diputados y que no había sido autorizado.
César Francke, uno de los referentes del grupo, le dijo a Télam que cerca de la 1.30 sufrieron una “brutal represión por parte de la Policía de la Ciudad a cargo del subcomisario Suárez que tras mediar palabra y estar en diálogo envió a la policía corriendo”.

Desde la Policía de la Ciudad, en tanto, informaron que fueron demoradas cuatro personas por “atentado y resistencia”, y aclararon que ya fueron liberadas.
“El Congreso de la Nación organizó la sesión otorgando escenarios y pantallas tantos a quienes están a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (pañuelos verdes) como a quienes se manifiestan en contra (pañuelos celestes). Esta estructura no estaba autorizada para su emplazamiento”, indicó el parte de la Policía porteña. Además, agregaron que “los miembros de este grupo no acudieron a las reuniones preparatorias realizadas por el Ministerio de Justicia y Seguridad dónde se acordaron los detalles de esta jornada” y recordaron que “esta agrupación es la responsable de los escraches a los diputados que votaran a favor de la ILE que se realizaron hace semanas y por la que hay causas por hostigamiento”. Además, agregaron que “los miembros de este grupo no acudieron a las reuniones preparatorias realizadas por el Ministerio de Justicia y Seguridad dónde se acordaron los detalles de esta jornada” y recordaron que “esta agrupación es la responsable de los escraches a los diputados que votaran a favor de la ILE que se realizaron hace semanas y por la que hay causas por hostigamiento”.

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