Ucrania-Donbass. Las condiciones necesarias

Por Colonel Cassad. Resumen Latinoamericano, 30 de noviembre de 2020.

Seis años después de la firma de la primera tregua entre las tropas ucranianas y las de la RPD y la RPL, el alto el fuego en Donbass sigue sin ser completo ni duradero. En un contexto de bloqueo completo de toda posibilidad de una solución diplomática a la guerra ante la negativa de Ucrania a cumplir con sus compromisos adquiridos en los acuerdos de Minsk, los bombardeos, el intento de ganar metro a metro la zona neutral y la fortificación de nuevas posiciones responde a la necesidad de presionar a las Repúblcias Populares. Sin embargo, las autoridades ucranianas nunca han dejado de soñar con la solución militar al conflicto.

El jefe del Estado Mayor del Ejército Ucraniano, el general Jomchak, que pasó la batalla de Ilovaisk escondido bajo los arbustos, ha afirmado que el Estado Mayor no ve la posibilidad de una solución militar en Donbass. “Quiero que todo el mundo comprenda que ni el comando del Ejército Ucraniano ni yo vemos una solución puramente militar en el asunto de Donbass. La opción de la fuerza no es posible por tres motivos:

  1. Ucrania supuestamente violaría el derecho internacional humanitario en términos de acciones militares en territorios densamente poblados. Habría muchas bajas civiles y ningún país civilizado nos apoyaría;
  2. Habría bajas serias entre las tropas;
  3. El Estado ocupante, Rusia, tomará más territorio, ya que ahora tiene más recursos. Así que tendremos que tomar el territorio rápidamente y mantenerlo, pero para eso no tenemos las condiciones necesarias”.

Estas declaraciones son el resultado de la reanudación de la conversación sobre si el Ejército Ucraniano podría lanzarse a una escalada militar en invierto, probabilidades que aumentan con la victoria de Biden en las elecciones presidenciales estadounidenses y la ilustrativa historia de Karabaj, donde el “conflicto no violento” se ha resuelto con la confrontación militar.

Este tipo de declaraciones se han pronunciado ya en el pasado, y no solo por parte de Jomchak. En tiempos de Poroshenko, el jefe del Estado Mayor y el ministro de Defensa también afirmaron que no había planes ofensivos en Donbass, mientras que se producían acciones locales para tomar la zona neutral y se planeaban operaciones más serias, algunas de las cuales eran periódicamente filtradas por hackers de Donbass o agencias de inteligencia. Cuando se producían esas filtraciones, el comando del Ejército Ucraniano afirmaba que todo eran noticias falsas y que no había planes ofensivos.

En realidad, sería extraño que el comando del ejército no planeara posibles escenarios que ofrecer a las autoridades políticas si estas decidieran solucionar el asunto por la fuerza. En el caso de Karabaj, el Estado Mayor del ejército azerí posiblemente tenía diferentes planes de operaciones ofensivas, una de las cuales fue implementada, con la ayuda de Turquía, en el otoño de 2020, cuando la situación política en Armenia y Azerbaiyán hizo posible resolver este “conflicto irresoluble”, lo que permitió a Azerbaiyán recuperar territorio, aunque no la captura de todo el territorio de Nagorno Karabaj.

En las declaraciones de Jomchak se puede advertir el matiz en el que habla sobre la necesidad de desarrollar las “condiciones necesarias”. De ello se desprende que sí se están preparando operaciones ofensivas, aunque en estos momentos las condiciones no sean favorables, fundamentalmente por la más que posible participación de las tropas del Distrito Sur de Rusia para impedir la captura de la RPD y la RPL. Como el Ejército Ucraniano considera esa intervención como probable, ha dejado de albergar ilusiones sobre los resultados del enfrentamiento directo entre las tropas ucranianas y las del Distrito Sur en Donbass, de ahí la retórica de la necesidad de “cambiar las condiciones”.

Hay dos maneras de conseguirlo. O conseguir las garantías de no intervención por parte de Rusia en Donbass (lo que implica una participación más activa de la OTAN en el conflicto y mayor presión a Rusia para entregar Donbass o retrasar la respuesta y que fuera demasiado lenta, lo que daría al Ejército Ucraniano suficiente tiempo para conseguir resultado operativo) o aumentar la agrupación en Donbass para conseguirlo (con la participación de la OTAN según el modelo de participación de Turquía en Karabaj), para garantizar resultados decisivos en los primeros días de la ofensiva y reducir las posibilidades de contraataque ruso.

Por el momento, Ucrania no puede conseguir ninguna de las dos opciones, aunque a medio plazo, si no hay una solución política, los intentos de modificar el equilibrio operativo en Donbass son posibles, especialmente si Washington está interesado en reabrir el frente en Donbass por interés común en una confrontación con Rusia. Es preciso recordar que las fases más calientes de la guerra en Donbass se produjeron en tiempos de Obama-Biden. Con el retorno de los Demócratas a la Casa Blanca, regresa también el curso del “intervencionismo humanitario”, que puede favorecer la mayor participación estadounidense en conflictos internacionales contra los enemigos estratégicos de Washington.

Quienes buscan la repetición de la operación Oluja o de la reciente operación de Azerbaiyán en Karabaj cuentan con que se produzca ese apoyo y cambio en el liderazgo político-militar en Estados Unidos, que fácilmente podría cerrar los ojos a las violaciones del derecho internacional, no se preocuparía especialmente por las bajas en el Ejército Ucraniano y podría intentar impedir la potencial reacción de Rusia ante una ofensiva en Donbass.

De momento, esos planes se encuentran en punto muerto, ya que Kiev espera que se produzca formalmente el cambio de poder en Estados Unidos, aunque ya intentan congraciarse con Biden. En cuanto ese cambio de poder se produzca, el potencial de “crear las condiciones necesarias” aumenta significativamente, ya que Ucrania no está interesada en una alternativa diplomática por medio de los acuerdos de Minsk, por mucho que repitan que “no hay alternativa”. Si las condiciones cambian, desde el punto de vista del partido de la guerra, esta opción está abierta.

Fuente: Slavyangrad

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