México. El fuego de los cien mil demonios

Por Gerardo Fernández Casanova, Resumen Latinoamericano, 20 noviembre 2020.-

La liberación y repatriación a México del Gral. Salvador Cienfuegos, anterior secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Peña Nieto, desató una tormenta de análisis y comentarios en todo el espectro de la opinión nacional, con cien mil demonios disputándose el sitio de la mejor interpretación de los hechos, sea para detractar o para alabar la actuación del Presidente López Obrador. Como un humilde diablo pueblerino no dejaré pasar la ocasión para meter mi cuchara en lo que sobre de la sopa.

Llevo veinte años de seguir y saber del hoy Presidente y de observar cómo disloca a los más ubicados analistas de la política, la mayoría muy hechos a la lectura entre líneas y a la adivinación de lo que hay detrás de dichos y gestos, acostumbrados a hurgar en la catacumba en que se ha desenvuelto la política tradicional para, finalmente, ver frustrados sus afanes y derivar a la diatriba y la especulación para guardar la figura. Mi opinión es que el personaje en cuestión sólo confunde con la verdad; dice las cosas que piensa pero piensa mucho lo que dice; opta por omitir antes que mentir lo que, además, incluye en su lema.

En una primera instancia, a bote pronto, en la conferencia matutina lo comentó como una muestra más de la descomposición del régimen neoliberal. Verdad absoluta. En segunda instancia, analizadas las formas y las consecuencias, enfiló la comunicación de extrañeza del canciller ante el embajador por no haber sido informado con antelación al hecho y la posterior nota diplomática formal ante el gobierno de los Estados Unidos. Es indudable que entre las consecuencias quedó incluida la molestia de los militares por el hecho; no hacía falta expresarlo pero nunca se negó.

En estas circunstancias la Justicia estadounidense –de manera insólita- reculó y pidió a la juez el retiro de los cargos formulados y la devolución del acusado para ser juzgado en México conforme a las leyes mexicanas, mediante previo acuerdo entre los fiscales generales de ambos países. Por donde se le quiera ver el hecho es una hazaña que venció o convenció al poder del imperio. Los críticos conservadores pretenden minimizarla aduciendo que fue un obsequio de Trump por la espera del Presidente para felicitar a Biden o que obedeció a un chantaje con la amenaza de expulsión de los agentes gringos o lo que se les ocurra. Pero el hecho es que Cienfuegos fue traído a México por los alguaciles. Hasta aquí el primer acto de una obra en proceso.

El segundo acto comienza por un hecho y una declaración. El hecho es que Cienfuegos llega a México como un ciudadano en libertad y como tal se fue a su casa. La declaración es que será juzgado en México y que no habrá impunidad; en el mismo aeropuerto y de manera formal se hizo del conocimiento del sujeto que la Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación en su contra y que deberá estar a disposición para ser citado. Hasta aquí el transcurso de la obra en suspenso. La pelota está en la cancha del Procurador Gertz Manero a quien el Presidente reconfirmó la plena confianza.

El suspenso no tiene calendario ni programa de solución. La impunidad sería un suicidio, sentenció Marcelo Ebrard con el aval presidencial; sería un suicidio para el régimen de la 4T, lo sería para las relaciones con Estados Unidos y lo sería también para el prestigio de los altos mandos militares. Sobre esta materia mi única preocupación es que el Gral. Cienfuegos se aplique la pena máxima y se quite la vida o que alguien le haga el servicio de asesinarlo. Lo primero llevaría a una tremenda frustración social, lo segundo armaría un desmadre superlativo. Habrá que ponerse especial atención en esta materia y establecer una guardia muy estricta en prevención.

Para terminar quiero referirme a Gertz Manero. Muy poca gente de la que opina tiene idea de la hazaña que el Fiscal está realizando, suponen que las cosas son como las cárceles de kermess a las que jugábamos de niños; que basta con saber que fulano cometió un delito para meterlo tras las rejas, siempre será necesario probarlo fehacientemente, si así no fuera todos estaríamos en absoluta indefensión y sujetos a la invención de delitos. Una carpeta de investigación y la solicitud de una orden de aprensión equivalen a la construcción de un edificio en el que cada ladrillo tiene su lugar. No es cualquier cosa y ya son varios los debidamente detenidos y en proceso ante los juzgadores. Vaya mi deseo de éxito al trabajo del Fiscal. México se lo reclama y se lo deberá reconocer.

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