Argentina. La moderación garpa

Por Juan Guaján, Resumen Latinoamericano, 9 de noviembre de 2020.

El Presidente comprendió el juego del sistema de poder y decidió dejarse ganar por la idea que “la moderación garpa”. Este hecho junto a otras variables como la vacuna rusa, la contención del dólar paralelo y el fallo de la Corte, han reconfortado al gobierno, pero otros peligros acechan. Elecciones en EEUU, el “Plan A” de Trump está perdido, el “B” agoniza y al “C” nadie lo conoce.

El gobierno parece haber superado algunos de los sinsabores de días pasados.

Hechos como los homenajes a Néstor, al cumplirse otro aniversario de su fallecimiento, que tendrían que haber fortalecido al gobierno, terminaron jugando en contra. Tal situación, junto al dólar paralelo a $ 195, la “carta” de Cristina y las críticas –algunas del propio espacio oficialista- a la represión por el desalojo a las “tomas de tierra”, dejaron bastante mal parado al Presidente y su equipo.

Ese conjunto de hechos se constituyeron en un punto de inflexión para el gobierno.

Junto al círculo de sus lugartenientes más cercanos el Presidente decidió dar señales que el gobierno estaba tomando rumbos más afines a lo que la prensa, en nombre del poder real, le venía exigiendo. Era una forma muy concreta –a su vez- de responder a las críticas de Cristina en el sentido que “hay funcionarios que no funcionan”. Más que contestar con una mejora de la gestión, el Presidente resolvió atender de ese modo lo que el poder económico ve como “debilidades” o “concesiones al populismo”. Los hechos que certificaban la consolidación de esa tendencia estén vinculados al modo que se utilizó –represión mediante- para ratificar la defensa irrestricta de la propiedad privada, una cuestión sagrada para los dueños del poder.

El propio Presidente lo reconoció ante sus íntimos con la contundente frase “la moderación garpa”. Ser “moderado”, traducido al lenguaje vulgar, quiere decir aproximarse a un pensamiento más conservador. La expresión “garpa” es un porteñismo que significa que eso reditúa.

En ese espacio el Presidente se siente más cómodo y es un buen lugar para amortiguar las críticas de su vice. Más allá que Cristina avaló el accionar de Axel Kicillof y Sergio Berni, en las mencionadas acciones represivas, que –por otra parte- se multiplican ante variados reclamos reivindicativos.

LAS VARIABLES QUE RECONFORTAN AL GOBIERNO

Ya fue señalado que -durante estos días- se han producido informaciones, adelantos o hechos que han contribuido a que un gobierno alicaído pudiera recuperar un poco de aire.

La vacuna rusa y la posibilidad que pueda comenzar su aplicación durante diciembre es una noticia más que importante. Ya se anunció oficialmente tal perspectiva, siempre que los estudios de la tercera fase de investigación resulten positivos. El gobierno apuesta gran parte de su futuro en el éxito en esta materia. Las relaciones de Cristina con Putin ayudaron a concretar esta operación, cerrada por el Presidente.

Los interesados voceros de las vacunas de empresas occidentales están elevando al cielo sus críticas por esta perspectiva. Un gigantesco negocio se le puede escapar de las manos.

La vacuna rusa es la carta en la manga con la que el gobierno aspira comenzar un ciclo que –por el COVID 19- nunca pudo empezar. El mismo estará guiado, casi un año después, por la idea explicitada por Alberto: “Ni se me cruza por la cabeza perder las elecciones del año que viene”.

El impresionante bajón del dólar paralelo, que pasó de 195 a menos de 160 pesos por dólar, es otro favorable impacto. Sus efectos inmediatos son claramente beneficiosos para el gobierno. Los de mediano plazo son más complejos.

El fallo de la Corte ordenando que jueces cuestionados fueran reintegrados a sus puestos, que solo aparentemente favorece a la oposición, tiene como contrapartida que los mismos y otros 70 jueces pueden quedar fuera de carrera, en un período no muy lejano, en virtud de usuales traslados.

DESAFÍOS Y PROBLEMAS QUE SE AGRAVAN

Entre los desafíos se pueden destacar aquellos que están vinculados a las políticas financieras. En ese sentido cabe destacar que, a pesar de drástica disminución de la brecha entre el dólar paralelo y el oficial (pasó del 150 a menos del 100%), sobreviven graves problemas: Las caídas de reservas y depósitos en dólares y pesos. 

A los señalados desafíos financieros se pueden de agregar otros nuevos  problemas -que se están profundizando- y que todos los argentinos pagaremos muy caro. Ellos están referidos a los agronegocios, la megaminería y el fracking. Todo lo cual ratifica que el extractivismo es política del gobierno aunque ello provoque desgracias colectivas. 

Disimulado detrás de un discurso sobre “soberanía alimentaria” (cada vez menos usado y poco creíble) el gobierno acaba de aprobar, en el reciente mes de octubre, la producción del trigo transgénico. Unos mil científicos y 30 universidades públicas manifestaron su oposición. Pero como “billetera mata galán” el gobierno cedió a las conveniencias del mercado y los beneficios de quienes producen semillas genéticamente modificadas. Gustavo Grobocopatel y Hugo Sigman -una vez más- profundamente agradecidos. Con ello crecerá el uso de los agrotóxicos y el envenenamiento de nuestras comidas.

Bajo el manto de “una minería más verde” o “responsabilidad social empresaria” el Secretario de Minería, presentó el Plan Estratégico Minero para los próximos 30 años. Éste pone el eje en la megaminería y las inversiones en extranjeras en el sector, sin preocuparse por el avance sobre la protección legal que tienen los territorios de pueblo indígenas (Artículo 75 inc. 17 de la Constitución). Movimientos socio-ambientales y comunidades indígenas –asumiendo intereses colectivos-  están reclamando por sus derechos: su agua y su tierra.

En materia de fracking, el propio Presiente fue a Vaca Muerta, hace un par de semanas atrás, para dar su aval a esa explotación. Nada dijo sobre la veintena de sismos que se registraron en las proximidades de ese yacimiento entre el 1 y 6 de junio, cuando se retomaron las actividades de Shell, que durante los meses de mayor aislamiento social se habían reducido. A los riesgos sísmicos hay que agregarle las fabulosas inversiones y subsidios para explotar combustibles fósiles, en áreas donde existen grandes posibilidades de desarrollar energías alternativas, como la eólica, por ejemplo.

Todo esto prueba la distancia existente entre las palabras defensoras del medio ambiente y la práctica extractivista del gobierno, que sigue atado a una política que se ha probado ineficaz, insostenible y que favorece el saqueo de bienes comunes, la multiplicación de enfermedades y poniendo en peligro al planeta.

COVID 19 Y DEUDAS: PROBLEMA ARGENTINO Y DEL MUNDO 

En el mes de setiembre el gobierno terminó de negociar con los tenedores de bonos. Ahora se propone tener cerrados los acuerdos con las deudas que tenemos con el FMI. Es sabido que el problema de fondo de estas negociaciones, no es que se haya negociado bien o mal. El problema es distinto y mucho más grave. El problema es continuar con la bicicleta de siempre. Ello hacen como que nos prestan, nosotros arreglamos pagar, pero en el fondo lo que el mundo financiero persigue es que sigamos endeudados. ¿Porqué? Por esa es la manera de mantenernos atados y controlados. Por eso la “salida” era recuperar soberanía y hacer que la deuda fuera un problema para los acreedores y no una soga al cuello de nuestro pueblo. Lo dicho no es un “invento ideológico” sino que surge de las razones para la fundación y funcionamiento del FMI, a fines de la Segunda Guerra Mundial.

Ello surge de su función de regulador del sistema monetario mundial, mediante el condicionamiento y vigilancia sobre las políticas de sus países miembros.

De allí que la importancia del arreglo con el FMI, no es tanto cuándo y cómo pagar, en lo cual no habrá muchas dificultades, sino en los condicionamientos a nuestra soberanía economía.

Mientras el gobierno -después de arreglar con los bonistas- prepara el segundo error, al negociar con el FMI, es bueno tener presente que la deuda se ha transformado en un problema mundial, agravado por el COVID 19.

La deuda de Argentina y el mundo además de insostenible es eterna y sigue aumentando. Como una prueba del poder creciente del sector financiero internacional y de cómo controla la economía mundial, hoy la deuda mundial alcanza los 298 billones de dólares. Es decir más de tres veces el PBI mundial. Alcanzando, en medio de esta pandemia, su punto más alto con un aumento del 40% respecto a la del 2008.

Esto pone al mundo al borde de una crisis global de deuda, que se incrementará en los próximos meses cuando se conozcan y publiquen las caídas provocada por el COVID 19 en materia de PBI, producción y comercio mundial. Todo ello en medio de una recesión que, según el Banco Mundial,  abarca al 90% de los países y según la OIT con pérdidas equivalentes a 495 millones de sueldos de tiempo completo.

El “arranque” de la economía bajo estas condiciones tiene a la deuda como un lastre que hará aún más difícil y costoso superar esta situación.

Lo dicho vale para nuestro país y la economía mundial, salvo que se tomen impensables y drásticas medidas sobre las consecuencias del actual accionar de los sectores financieros. 

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