Nación Mapuche. Desde Neuquén, opinión sobre “la diferencia entre tierra, territorio y comunidad”

Por Adriana Latashen. Resumen Latinoamericano, 22 de octubre de 2020

Una colega de la Agencia Paco Urondo conversó con Kajvrayen, integrante de la Organización Lof Newen Mapu de Neuquén, sobre la filosofía mapuce, la diferencia entre tierra, territorio y comunidad y el aporte de los pueblos originarios a toda la sociedad.

El 5 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Originaria, en ese marco se realizó esta entrevista a Kajfvayen (Flor Azul Tigre Azul), integrante de la Organización Lof Newen Mapu de Neuquén.

-¿Qué significa tu nombre?

Kajfvrayen: Mari mari, Kajfvrayen Kajfvnawel ñi piñei: (Hola, me llamo Flor Azul Tigre Azul) Flor Azul, el nombre que me pusieron desde la organización Lof Newen Mapu, donde reivindiqué mi identidad. Y Kajfvnawel, Tigre Azul, es el nombre de origen por línea materna.

– ¿Por qué la identidad por parte de madre? ¿Dónde naciste?

K: María Pedernera en wigkadugvn (idioma extranjero, idioma ajeno, por ejemplo, el castellano) el apellido paterno por parte de mi padre no mapuce, quien se aparejó con Ñuke (mamá) que sí lo es. No niego ningún origen, puedo decir que porto dos identidades. He elegido, entre las dos, la filosofía de vida mapuce.

-¿Qué es filosofía de vida? Esa que decís que llegaste por línea materna y por elección.

K: Mi padre viene de origen vasco. Su abuelo vino desde España y su padre vino a Nedken (Neuquén) desde Buenos Aires. Por ser militante comunista siempre tuvo que correrse desde un lugar a otro en la época de la Patagonia rebelde con más razón y terminó aquí en el sur. Mi papá fue criado en distintos lugares y se asentó en Centenario (Ciudad situada en la provincia de Neuquén, a 15km. de la capital provincial) primero y luego en la capital. Ahí se conocieron mamá y papá. Filosofía entendemos como un concepto de cosmovisión, como vemos y concebimos la vida. Como un todo donde está lo tangible y lo intangible. Cada elemento tiene vida y conocimiento. Filosofía de vida hace que nos relacionemos con esas fuerzas de otras formas diferentes. No es lo mismo que veamos una piedra como viva y la otra sociedad vea la tierra y la piedra como algo inerte. Para nosotros tienen vida todos los elementos naturales, todos sin excepción. Eso nos obliga a responsabilidades para cuidar la naturaleza, responsabilidades que son nuestra manera de vivir. Y a partir de pararme como mapuce he decidido continuar y proyectarme desde esa filosofía, nuestra propia forma de vida.

– ¿Tus hermanos, si tenés, siguen la misma filosofía?

K: Tengo cinco hermanos, uno por parte de mi mamá y cuatro por mi papá. Somos cuatro mujeres y dos varones. El mayor, varón, por parte de mamá, de su primera pareja de acá de Ñorkigko (agua de Ñorkin, vegetal que se usa para instrumento musical o que también llamamos ‘apio’ que se ubica en el sudoeste de la provincia de Río Negro) en Aluminé (Olla brillante. Zona ubicada en la provincia de Neuquén, límite con Río Negro.)

Lo crió aquí y recién de grande lo pudo volver a ver allá en Nedken. La vida de mamá resultó muy vulnerable. Se tuvo que ir y entró como empleada doméstica a una familia de gendarmes. Los gendarmes parecen las familias bien paradas económicamente. Y Ñuke trabajó como empleada doméstica cama adentro y se fue a distintos lugares, Buenos Aires, Córdoba, hasta que terminó en Nedken. Solo una hermana mía reivindica su identidad mapuce ahora. Y jamás hemos dejado la identidad de mi padre. A pesar de la confusión por saber que somos de dos identidades, no rechazamos el amor y el cariño de papá. Nos criamos de forma intercultural. Mi Ñuke desde su colonización y lógica nos transmitió su identidad. Y mi papá, por otro lado, hizo lo mismo. Nos transfirieron las dos culturas y ambas respetamos.

– ¿Qué práctica, materialmente, qué cosas hacen especiales de mapuce hacia adentro de la familia y hacia adentro de la organización? ¿Cómo ese modo de vida los identifica?

K: Sí. Yo pertenezco al centro de educación Norgvlamtuwvn. Significa que nosotros ordenamos nuestra propia educación. Y siempre tomé al Lof Newen Mapu, que me sumó como una más, como mi segunda familia. A tal punto que a veces vivía más en la Ruka que en mi propia casa. Pasamos juntos el proceso de haber incorporado al reconocimiento de la legislación wigka (extranjero). La juridicidad mapuce ha quedado incorporada a la juricidad de los argentinos en la Constitución de 1994, donde se reconoce a los Pueblos Originarios como preexistentes. (Esto nombra la entrevistada como “el reconocimiento”, un objetivo por el que lucharon dos siglos. El proceso hacia adentro de la sociedad mapuce se acentuó luego de obtenido ese logro,  llamado por ellos “el auto reconocimiento” como mapuce.) Yo pertenecí y trabajé ahí, la recuperación del conocimiento o Mapuce Kimvn. A cada lugar que íbamos a apoyar y a acompañar y a la vez estar al frente de alguna situación conflictiva de recuperación territorial. A la vez conseguimos nuestro Melifolil Kvpan (Registro civil mapuce, donde se inscriben los nacidos con esa identidad originaria. La imposición del nombre entre la civilización mapuce lleva un estudio profundo a cargo del Ñempin, investigador, de la personalidad de cada pici, pequeña persona. No es un nombre al azar. El imperativo del registro civil argentino de anotarlo a los 45 días rompe esa especial característica de la sociedad mapuce. Por eso el registro civil mapuce corrige tal anomalía). Practicamos el Katan pilun (ceremonia de perforación de la oreja de las niñas al entrar en la pubertad) y el Aku tuwun (entrada del niño a la comunidad.) El mismo proceso que hemos vivido como pueblo lo hemos vivido como familia. Mi pareja es Werken (mensajero. Un comunicador social hacia adentro de la sociedad mapuce, a la que debe traducir las costumbres extrañas y a la vez hacia afuera a la sociedad extranjera, para que entiendan mejor a la sociedad originaria) de una zona que está en Lafkence (persona de la zona de lagos, zona de aguas) y yo. Cada cosa que hacemos tiene que ver con nuestra cultura. Tela, alfarería, trabajos de madera, trabajos distintos. Cada una de mis hijas tiene que saberlo porque es parte de nuestro proceso. A los doce años nuestros hijos ya tienen roles, responsabilidades diferentes. Deben saber ordenarse, hacer nuestras comidas, cuidar al otro, cuidar su casa, prácticas cotidianas. El conocimiento se hace en la cotidianeidad, no desde la teoría. Las prácticas como hablar en mapuzugvn y todas. Cuando se recuperó el Wiñoy Xipantv (comienzo anual del ciclo de la vida) recuperamos esas ceremonias. Cada vez que vamos a un lugar a reclamar, pedimos permiso a la comunidad para juntar Lawen (vegetales medicinales) y las Ñañas (mujeres mayores portadoras de los saberes propios) nos enseñaban como juntarlo y como pedir permiso para que el Lawen tuviera la misma fuerza al llevarlo a otro lugar y respetar ese espacio. No es una forma de decir sino una forma de vivir. En las marchas nos vestimos como mapuce. Si no usamos la vestimenta los jóvenes no lo harían. Todavía no nos vestimos siempre con el Kvpan (vestido cruzado tradicional envolvente, diseñado en una única pieza) usamos pantalón. Se ejercen o no se ejerce. El construir se dificulta porque en el lugar donde vivimos no se usa. El Rukatun (entre todos construimos la casa de cada nueva familia) también es práctica, conocimiento que se transmite. Siempre es alegre, la forma es de transmisión, nunca desde la imposición ni de generar violencia, siempre desde el amor.

En el desarrollo de la persona como mapuce hay una edad, desde los 10 a 12 años el cuerpo da un cambio en cada persona. Ellos ya empiezan a hacer su análisis. Ya saben qué es bueno y qué es malo para sí mismos, para su familia y como para su pueblo. Nosotros vivimos así, de esa manera la vida. Y así se transmite a las generaciones jóvenes. Hay un entendimiento desde lo colectivo. Siempre buscar la educación y el fortalecimiento y nuestros derechos como familia, como comunidad y como pueblo

– A veces decís tierra y a veces territorio y a veces comunidad. Contanos cómo diferencian ustedes tierra, territorio y comunidad.

K: Si tuviéramos que definir tierra… un concepto muy amplio. Mapu es tierra. No el concepto occidental, no Xuken Mapu (no el polvo que vuela, no, que se toma en la mano y se diluye, no) como dicen los mayores, la que la agarramos en las manos y el viento se la lleva. Hablamos de Wenu mapu (tierra de arriba, planetas, astros, etc.), Piji mapu (superficie terrestre, corteza, montañas, valles, vegetación, agua, etc.), Mince mapu (lo que está debajo de la superficie terrestre, yacimientos, minería, petróleo, etc.)

En cambio, territorio es palabra desde el concepto occidental. Para nosotros Mapu es todo. Entonces, cuando hablamos de tierra como el estado lo entiende, ese polvo que vuela, idea chiquita y privada, que se compra y se vende y se parcela. Dañan y maltratan la tierra, explotan el extractivismo, como desde las forestales. Vistos desde la otra sociedad y jurisprudencia, hablan de territorio para ver lo tangible y lo intangible. Nosotros tuvimos que usar la palabra territorio para hacerla entender a ese otro mundo como totalidad, para hacernos entender sobre cómo la percibimos y la vivimos. Lo comunitario tiene mucho que ver con cómo está ordenada la Mapu. Nada está solo, nada. El arriba tiene el abajo, el abajo tiene el arriba, todo tiene su reflejo, luna y sol, fuego y agua. Cada elemento nos da vida y se entiende como un todo con el otro reflejo. No podemos concebir nada individualmente, solos. Tenemos nuestras particularidades cada persona y somos algo o alguien delante de otro, esa otra parte es mi contraparte, complementaria mía. Si bien hoy se reivindica el derecho de la mujer indígena porque es necesario por estar insertos en la otra sociedad, aunque jamás dejamos de pensar en esta dualidad que existe aunque parezca ilusoria, utópica e inesperada. La vivimos como el principio de vida. Existe. Las personas nos tenemos que ordenar en ese sentido. Individualizan, salen: derechos del niño, de la mujer, del adulto mayor. Sin embargo, para nosotros todo derecho es colectivo. Depende de nosotros volver a ordenarnos, porque nos desordenaron. Y también precisamos los derechos impuestos como mujeres indígenas, porque trabajamos en el otro mundo y debemos ser respetadas. Entendemos nuestra comunidad como un todo y nunca estamos solas. Nunca. Aunque nos creamos capaces de afrontar el mundo. Nos mueve el amor a otra persona. Cada persona debe desarrollarse de la mejor manera, como lo hicieron nuestros antepasados. Por eso los conceptos de territorio, tierra y comunidad siempre van a estar presentes. Aunque ya crean algunos que tierra sea propiedad privada solamente y no la perciben como parte de su vida, de sus cuerpos. Y así como está esa tierra arrasada maltratada, así está esa persona que no se ve como parte de la tierra. Quien maltrata su territorio también se maltrata a sí mismo. Muchas comunidades han sido muy colonizadas a través de escuelas y de iglesias. Nos separan de nuestro entorno y nos hacen individuales. Decimos Iñciu (nosotros)

No decimos Iñce (yo), Ilmwvn (como doy recibo, intercambio equitativo mutuo y permanente) Laxmuvn (reciprocidad). Conceptos que no se olvidan y nosotros recuperamos y revitalizamos, volvemos a utilizarlos porque no están perdidos, están presentes en cada uno de los elementos.

– Nombraste como un momento importante el de recuperación de Wiñoy Xipantv ¿qué significó recuperarlo?

K: Wiñoy Xipantv, la recuperación de esa actividad ceremonial fue fundamental, un antes y un después de nuestras vidas. Recuperar lo que el pueblo mapuce parecía que había perdido. Celebramos un acontecimiento del fenómeno natural, cuando surge el solsticio en el hemisferio sur. En el Wiñoy Xipantv pudimos despertar de forma colectiva ese conocimiento que estaba dormido. Lo hicimos de la mano de la Confederación Mapuce. Cada uno fue recordando como lo hacían los mayores y por qué lo hacían. No se sabía por qué se hacía. Y cada autoridad fue aportando su conocimiento a la construcción de esa ceremonia. Fue un momento histórico en esta parte territorial. Fue recuperación de conocimiento en territorio recuperado que ha sido usurpado. En Campamento Uno nos pasaba el consejo de educación de la provincia para festejar con la otra sociedad. En nuestra ceremonia participamos Pu Logko (líderes políticos comunitarios), Pu Pijan Kuse (líderes filosóficas) quienes empezaron a reforzar su memoria cada vez con más vigor. Volvimos a recuperar un orden natural de la vida que estaba ya establecido y que nos quitaron con la colonización.

– Y ¿qué significa en sí mismo, antes de la colonización y de la descolonización?

K: Wiñoy Xipantv: wiñoy es la vuelta, volver. Xipan es la salida. Antv: sol. Habla de una nueva vuelta de la salida del sol. También We xipantv suele decirse, nueva salida del sol.  Significa cambio de ciclo. Vemos el tiempo como un ciclo no lineal. La naturaleza orienta el tiempo. Antv lleva su punto máximo en el hemisferio sur para luego regresar al hemisferio norte donde su punto máximo es el 21 de junio en el calendario gregoriano o calendario wigka. Cumple un ciclo solar para nosotros. Ese fenómeno que se le dice fenómeno natural es conocido como solsticio de invierno. Se produce la noche más larga. Comienzan a aumentar los días a un paso de gallo. Nuestros astros, Pañi, aglomeraciones de estrellas que anuncian la llegada de un nuevo ciclo. Wiñoy Xipantv inicia el momento preciso en que Mapu descansa, comienza a renovar de nuevo las fuerzas. Cada etapa de la vida de la persona y de la naturaleza tiene un ciclo y ese ciclo se vuelve a repetir una y otra vez. No termina para nosotros. Por eso nuestro tiempo es cíclico, todo vuelve a comenzar. Llega el otoño comienzan a caer las hojas, descansa la tierra, dicen los mayores. En el invierno está todo dormido, todo descansado, se fortalece cada elemento, reposa para aparecer con su máxima fuerza en primavera, donde genera y muestra su diversidad de vida y la abundancia de comida. Se empieza a ver las primeras flores, las primeras plantas. Después en el verano se manifiesta en frutos, flores, nos dan para nosotros el momento de la cosecha del trabajo por eso respondemos a ese ritmo de vida ante la naturaleza, a esa vuelta del sol. Cuando en el invierno está todo apagado, nosotros también descansamos en el mismo ritmo. Y cuando todo empieza a reverdecer en esplendor, a animales y personas nos pasa lo mismo porque somos un elemento más entre todos. No podemos estar fuera de esa forma de entenderlo. La vuelta del sol nos indica que hemos cumplido un ciclo de vida. Y en cada nuevo ciclo se pide en esa ceremonia para que el nuevo ciclo sea mejor, pedimos una mejor relación con las otras personas, con otros territorios, para una mejor cosecha, para lo mejor se pide. No solamente se pide, también se agradece por haber pasado un ciclo anterior mejor, aunque no haya sido bueno agradecemos porque lo hemos pasado y estamos aún aquí. Y se comparte. Se comparte todo con quienes estemos y con quienes estén lejos y con el entorno. Preparamos la Mapu y a ella llevamos para compartirle. Se hacen bebidas especiales, comidas especiales, solo y únicamente con cosas que nos da la tierra. En zona Pewence (comunidades que viven donde hay Pewen, árbol autóctono) hacemos gvjvw (fruto-semilla del pewen, llamado en idioma ajeno ‘piñón’), muday de gvjvw (bebida fermentada de ese mismo fruto), rvgal kofke  (una especie de pan hecho con la semilla del árbol de pewen molida hasta convertirla en harina) de gvjvw, alimentos que provengan de la tierra. En esa ceremonia se comparte iyael (comida), gvlam (nos aconsejamos), nvxam (nos contamos nuestra historia verdadera), kvmun (nos transmitimos nuestros saberes, conocimientos), rakizuam (comunicamos nuestro pensamientos circular). Todo es festejo y alegría. A la noche esperamos esa nueva constelación de estrellas que nos indica el nuevo ciclo. Tenemos que verla y por eso pasamos la noche juntos, hasta verla. Hay que llevar todo nuevo porque todo comienza. Se presenta en el Rewe (espacio circular de concentración, mal traducido en general como ‘altar’) todo  lo nuevo, vestimenta nueva, platería nueva, cacharros nuevos, piezas de cerámica nuevas, todo y cada cosa que va a ser nuevo. En nuevo ciclo todo se renueva. También se agradece todo eso que sea bueno, que esté bien, que sea mejor. Se hace Perimontun (proyección para planear nuestros pasos siguientes (mal llamado ‘adivinación’ que responde a estudios específicos) para saber si nos va a ir bien. Utilizamos juegos o poñi (papa) o con tinta. El diseño que surja leemos si vamos a tener algo positivo o algo negativo. Si es negativo, buscamos que no sea tan sufrido. Si es positivo, buscamos poder compartirlo.

-¿Querés agregar algo que no te haya preguntado?

K: Quiero recalcar que nuestra forma de vida, nuestra cosmovisión, nuestra filosofía viene a sumar a la sociedad de otras costumbres. Nosotros no restamos sino que agregamos, enriquecemos a los demás, lo entregamos. El estado debiera reconocerse plurinacional porque la educación forma ciudadanos y esos ciudadanos van a darse cuenta de que conviven con otro pueblo distinto del de ellos. Es importante y urgente para no generar ni discordias, ni violencias hay que comunicarlo, decirlo, no solamente por nosotros sino por todos. Promovemos una sociedad en el buen vivir, no solamente para nosotros sino para todos. Para lograrlo, se tiene que aplicar el relevamiento territorial, registrarlo en las carpetas y que sea con el consentimiento de cada comunidad. Cada comunidad tiene que tener su territorio comunitario con título, para tener una seguridad. Porque acá cualquiera viene privado y compra nuestro territorio y nosotros tenemos nuestra huerta y la podemos perder. Hoy en el día de la mujer indígena a nosotras las mujeres nos atraviesa el derecho colectivo y ese derecho colectivo se violenta. Y se nos violenta además porque no podemos comunicar en escuelas nuestras formas de vida, con orgullo por ser parte de un pueblo. Nos ven como formas de vida ajenas y nos inculcan formas de vida ajenas. Poder desarrollarnos como pueblo, con nuestra economía para desarrollarnos, nuestros derechos fundamentales deben estar presentes en cada ámbito. Solo si ejercemos nuestra forma de autonomía propia de comunidades y en las zonas no mapuce que puedan conocer que existe una forma de vida diferente y que puede generar un aporte a la sociedad. Creemos y estamos convencidos que somos parte de la solución a un conflicto de vida que daña el clima, la discriminación, para poder ordenar todo eso que hoy está desordenado. Los pueblos originarios venimos a dar un aporte de conocimiento. Estamos incluidos en la sociedad en su conjunto. Me despido en mi idioma y que estas palabras circulen y lleguen a los oídos. Para que se proyecte para que exista un estado donde coexistamos distintos pueblos. Fey ken muteypeukajeaj (Estas son mis palabras. Hasta pronto).

FUENTE: Agencia Paco Urondo

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