México. La trata de personas, el negocio que resurge entre la pandemia y la crisis económica

Por J. Jaime Hernández. Resumen Latinoamericano, 7 de septiembre de 2020.

La pesadilla de la pandemia es hoy madre de muchas tragedias. Pero, además, de un negocio aún más rentable para quienes siempre han explotado a los más débiles.

Hoy, en medio de las batallas entre quienes buscan sacar rédito político de la pandemia, el drama de miles de familias que luchan por encontrar sustento y la migración de millones que huyen del caos, el desempleo y la miseria, las organizaciones criminales con ofertas de paraísos imposibles en el norte y los gobiernos que responden con el cierre de fronteras, son hoy los principales responsables de este calvario infernal.

Según la Oficina Internacional de las Migraciónes, durante 2019 un mínimo de 810 personas mientras cruzaba desiertos, ríos y áreas remotas de las diferentes rutas migratorias del continente americano, convirtiendo a ese año en el más letal desde que se lleva ese tipo de registro.

Los datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos de esta Organización para el hemisferio occidental compilan las cifras oficiales de los Gobiernos y las Organizaciones No Gubernamentales, así como los reportes de la prensa.

La OIM empezó a documentar las muertes de migrantes en América en 2014 y, de entonces, a la fecha ha dado cuenta de más de 3800 decesos, con 2019 como el año más fatal.

Además, según el informe de la Oficina del Trabajo Internacional en Ginebra, el trabajo forzoso afecta hoy a 25 millones de personas y produce un estimado de 150 mil millones de dólares al año , lo que lo convierte en “uno de los delitos más rentables del mundo”.

Los principales beneficiarios de esta industria de trata de personas son organizaciones criminales, grupos terroristas y armados, empresarios y regímenes abusivos que socavan el tejido social mientras obtienen enormes ganancias.

Paradójicamente, la explotación de millones en el mundo desarrollado, se ha convertido hoy en el último reducto de la “estabilidad financiera” para millones de familias y para gobiernos que, como el de México, ven estas remesas el más eficaz remedio para combatir la pobreza y reducir la presión social.

El colapso económico atizado por la pandemia ha agravado este éxodo de desesperanza y explotación.

Aunado a ello, Cuando los cierres de fronteras bloquean los viajes, los sobrevivientes que escapan de sus traficantes se encuentran varados en campamentos o refugios fronterizos donde pululan las enfermedades, los abusos oficiales y del crimen organizado.

Ahí está el caso de la frontera de México con Estados Unidos que se ha convertido en una franja de refugiados tras la implantación del Programa Permanezca en México, una de las grandes concesiones del gobierno mexicano al presidente Donald Trump.

En medio de trámites engorrosos y largas esperas para lograr un estatus como refugiado en EU, aumentan la probabilidad de que los trabajadores migrantes acepten ofertas de trabajo potencialmente fraudulentas para sobrevivir.

Hoy, distintas organizaciones calculan que una de cada cuatro víctimas del trabajo forzoso ya era un trabajador migrante antes de la pandemia; ahora, muchos más son potencialmente vulnerables a la trata y la explotación.

FUENTE: La Jornada

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