Brasil. MST: Coyuntura, COVID-19, política y reforma agraria

Resumen Latinoamericano, 29 de agosto de 2020.

La pandemia nos remite a la urgencia de tratar el tema ambiental y agrario en el centro de las disputas políticas de la actualidad. Para esto han publicado el primer número del Informe Quincenal: “Análisis de la Coyuntura Brasileña – Una perspectiva desde el MST”. Mediante la publicación y cada dos semanas, compartiran las opiniones sobre el actual contexto político, económico y social de Brasil.

Cuestiones estructurales

Vivimos una crisis de reproducción del sistema capitalista, de carácter rastrero y prolongado, pero a raíz la pandemia hubo una aceleración de las consecuencias de la crisis sobre los pueblos, las formas de explotación del trabajo y sobre los bienes naturales. La crisis es profunda y atraviesa los temas de la valorización del valor, los límites de la expansión del capital, la superproducción de mercancías, pero es también una crisis de carácter civilizatorio que tiende a profundizar las formas de barbarización de la vida humana, especialmente de los más empobrecidos y de la población negra. Sus dimensiones son económica, política, social, ambiental y sanitaria.

La pandemia nos remite a la urgencia de tratar el tema ambiental y agrario en el centro de las disputas políticas de la actualidad. Muchos estudiosos y científicos señalan el origen de la pandemia en el desequilibrio del ser humano con la naturaleza y en la destrucción de selvas tropicales, causando cambios en los ecosistemas y en las formas de vida animal.

La actual fase de desarrollo del capital requiere una intensa capacidad destructiva de la naturaleza y una extrema violencia contra los pueblos que constituyen importantes formas de resistencia en los territorios. Estamos viviendo nuevas formas de expropiación combinadas con migraciones forzadas, reducción de las formas autónomas de los modos de vida, generalización de la precarización del trabajo en el campo y en los medios urbanos.

La crisis del capital provoca una falta de control de sus efectos destructivos y la pandemia es una de las evidencias de eso, causando la pérdida de miles de vidas humanas. Por la dinámica actual, se hace evidente que es de la naturaleza del capital desequilibrar intensamente la naturaleza, liberar billones de especies de virus existentes en las selvas y generar muchas pandemias. De este modo, se vuelve urgente, necesario y humano luchar por transformaciones estructurales que combinen formas equilibradas de
relación con la naturaleza, distribución del ingreso y de la riqueza y nuevas formas de poder.

Las contradicciones que se colocan son tan profundas que vuelven a surgir con fuerza formas de control político de extrema derecha con características neofascistas. Y estas solo surgen donde existen intereses
estratégicos para el capital, como es el caso de varios países de América Latina y de Brasil. Esto acentúa los fundamentalismos religiosos y las formas racistas, misóginas y xenofóbicas. Es importante mencionar que los posibles cambios en la geopolítica y lo que resultará de la disputa por la hegemonía comercial en el mundo tendrá impacto central en toda la región. En el Brasil actual, se profundizan formas subordinadas con relación al gobierno de Trump y al Estado norteamericano, con fuertes implicancias
sobre la soberanía nacional.

Coyuntura y elementos dinámicos de la contradicción entre las clases
La coyuntura actual está marcada por las disputas en torno de la agenda del golpe de 2016 y sus consecuencias sobre el pueblo brasilero. Este elemento dinámico que mueve la coyuntura tiene en la pandemia un nuevo escenario de disputas.

La agenda del golpe comprende un amplio programa de:

a) privatizaciones de empresas y bancos públicos;

b) regularización territorial de la apropiación ilegal de tierras (cerca de 65 millones de hectáreas, especialmente en el Amazonas);

c) expansión de la frontera agrícola y mineral para la explotación de commodities;

d) aprobación de agro tóxicos y liberación de nuevos transgénicos;

e) desregulación de las relaciones de trabajo;

f) pérdida de derechos adquiridos como los jubilatorios;

g) privatización de servicios públicos como salud y educación;

h) control de datos e información individual;

i) exoneración fiscal y subsidios del Estado para empresas y bancos privados, entre otros.

Es la agenda del golpe lo que da unidad a la clase dominante y su ejecución por parte del gobierno de Bolsonaro determina cuánto tiempo permanecerá en el poder. Por el momento, a pesar de las fisuras existentes, no hay indicios de rupturas en la clase dominante que provoquen el juicio político del gobierno actual. Al comienzo de este año, esa ruptura se volvió más probable, lo que hizo con que Bolsonaro, apoyado por Trump, realizara algunos movimientos:

  • Acuerdos de negociación de cargos y recursos para sectores de la centroderecha, especialmente en el Congreso Nacional, blindando a posibilidad de el avance de los pedidos de juicio político (actualmente
    hay 50);
  • Militarización del gobierno; las FF.AA. ocupan 8 mil puestos en el actual gobierno y se reforzó su presupuesto;
  • Fuerte alianza con sectores fundamentalistas, principalmente pentecostales y con parte de los medios conservadores;
  • Aumento de inversiones en propaganda oficial y redes extraoficiales de fake news.

Bolsonaro llegó incluso a organizar una invasión a la Corte Suprema de Justicia brasileira frente a la posibilidad de incautación de su celular particular, que podría aportar indicios de su relación con fake news e incluso con grupos de paramilitares (las llamadas milicias). El autogolpe no tuvo éxito, pero sirvió para mostrar hasta qué punto, en alianza con las fuerzas armadas, está dispuesto a ir Bolsonaro.

Las medidas tomadas por Bolsonaro parecen haberle dado un resultado favorable y hoy ve un aumento en la aprobación por parte de la población, inclusive frente a las atrocidades que comete, colocándose en contra del pueblo, como aliado del virus en plena pandemia. El aumento de su popularidad también está relacionado a la concesión de un auxilio de emergencia mensual, otorgado a alrededor de 60 millones de brasileros en situación de vulnerabilidad social (al principio, el gobierno estaba en contra de dicha medida, pero se vio obligado por el Congreso Nacional a destinar recursos para compensar los efectos de la pandemia).

Sin embargo, la explicación sobre el aumento de la popularidad de Bolsonaro no se explica de forma simplista, pues tiene relación directa con las bases del bolsonarismo, que en realidad son bases fundamentalistas y que son muy anteriores a Bolsonaro, quien se presentó como un fenómeno adecuado para una crisis anterior. Existen, evidentemente, contradicciones en los sectores dominantes en varios niveles, principalmente entre sectores de la derecha y de la extrema derecha, entre otros, pero lo importante es resaltar que, lamentablemente, el elemento que mueve la coyuntura brasilera no está situado en una disputa de clases, sino, como mucho, en un inicio de disputa intraburguesa.

Los sectores populares y de izquierda han tenido muchas dificultades para destacarse en el escenario actual, a pesar de todas las iniciativas que se están realizando, pero que desgraciadamente están siendo insuficientes para desgastar a Bolsonaro y su proyecto de muerte. Sin embargo, existen focos importantes de resistencia como la huelga de repartidores y repartidoras de aplicaciones, las manifestaciones antirracistas y antifascistas realizadas por las hinchadas de fútbol, la huelga de los trabajadores de los Correos, las acciones simbólicas pidiendo“Fuera Bolsonaro”y la reciente resistencia al desalojo del campamento del MST, Quilombo Campo Grande en el estado de Minas Gerais.

Otra iniciativa popular importante para destacar ha sido la articulación política en torno de la Campaña Fuera Bolsonaro, que reunió a la militancia de diversos movimientos, partidos y centrales sindicales e iglesias. Esta campaña les ha dado una importante unidad política a los sectores de izquierda.

Brasil y la COVID-19

Con relación a la pandemia, somos el peor país del mundo en tasa de mortalidad (53 muertos por COVID-19 por cada 100 mil habitantes, superando con esa marca a los EE.UU.); tenemos hoy 113.358 muertos y 3.532.330 infectados (22/08). La mayoría de los servicios reabrió y hay un clima de vuelta a la normalidad, silenciando un promedio de mil muertos por día. Esta relativización se explica, en parte, por el hecho de que las muertes por COVID-19 se estabilizaron entre las clases media y dominante y hoy acomete aún más a los pobres, habitantes de las periferias y la población negra.

Existe actualmente una fuerte discusión sobre la vuelta a clases. Sectores de las escuelas privadas vienen ejerciendo mucha presión para que los gobiernos reabran las escuelas, lo que debe redundar en una nueva
ola de contagios, visto que los niños y niñas pueden tener una fuerte carga viral y producir contagios, incluso siendo asintomáticas. Durante la pandemia hubo un aumento de la violencia policial contra los pobres, así como un aumento de la violencia doméstica, alcanzando a menores, adolescentes, jóvenes, ancianos y LGBT.

El caso más emblemático fue el de una niña de 10 años que era violada por el tío desde los 6 años de edad y quedó embarazada como resultado de ese crimen; el aborto legal en determinadas situaciones, como la violación,
está permitido en Brasil desde hace 70 años, pero a pesar de eso el servicio de salud del estado donde la niña residía, Espírito Santo, se negó a realizar el aborto y la familia tuvo que viajar al estado de Pernambuco para garantizar dicho derecho (NdT: las capitales de dichos estados se encuentran a más de 1400 km de distancia); el aborto legal fue realizado bajo fuertes protestas de grupos religiosos fundamentalistas.

Algunas iniciativas del MST en la actual coyuntura En estos tempos de pandemia, son muchas las iniciativas del MST, como por ejemplo de formación política, la ENFF, Escuela Nacional Florestán Fernandes, organizó una plataforma digital con guías de estudio, grupos de debate y cursos remotos que han atendido a diversos militantes en todo el país. En la comunicación, hemos promovido de forma permanente espacios de socialización de lo que representa la cultura organizativa sin tierra, como en el programa Comida de Verdad y hemos debatido temas candentes de la coyuntura brasilera en los Cafés con el MST. Orientamos nuestra táctica política en tres prioridades, junto a nuestra base social, nuestra militancia, con aliados y aliadas y en la relación con la sociedad:

Resistencia activa en la defensa de los territorios conquistados como en el caso del Quilombo Campo Grande;

Plan emergencial de la reforma agraria popular, con medidas para enfrentar la crisis de la pandemia y económica;

Solidaridad de clase, desde el inicio de la pandemia distribuimos 3.100 toneladas de alimentos y más de 50 mil platos de comida a personas en situación de vulnerabilidad social.

Nos estamos cuidando, resistiendo, estudiando, luchando y trabajando. Nuestra campaña Plantar Árboles, Producir Alimentos Saludables (plantando de 100 millones de árboles en 10 años) nos anima. La misma
está siendo impulsada por la juventud y los niños y niñas sin tierra. Lanzamos la campaña Volver a Clases en la Pandemia es un Crimen, pues para nosotros las clases se recuperan, las vidas no. Estamos haciendo una gran campaña para la reconstrucción de nuestra Escuela Eduardo Galeano,
destruida por la Policía Militar durante el desalojo en Minas Gerais. La vamos a reconstruir ladrillo por ladrillo, porque la educación es la ventana abierta al conocimiento y la libertad para nuestras conciencias.

¡¡Seguimos en lucha y resistencia!!
LUCHAR CONSTRUIR REFORMA AGRARIA POPULAR

Fuente: Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra

Foto: Joka Madruga

You must be logged in to post a comment Login