Pensamiento crítico. La enseñanza de la historia en Portugal perpetúa el mito del ‘buen colonizador’ y trivializa la esclavitud

Por Luis Barrucho. Resumen Latinoamericano, 7 de agosto de 2020.

“Asimismo, debido a los descubrimientos, la gente se trasladó a otros continentes (principalmente europeos y esclavos africanos)”. De esta forma, “como si los negros hubieran optado por emigrar en lugar de ser apresados ​​por la fuerza”, se sigue enseñando el colonialismo en Portugal.

Quien lanza la critica es la portuguesa Marta Araújo, investigadora principal del Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coimbra.

De septiembre de 2008 a febrero de 2012, coordinó una investigación exhaustiva tras la cual concluyó que los libros de texto del país “ocultan el racismo en el colonialismo portugués y naturalizan la esclavitud”.

Además, según Araújo, “hoy persiste la visión romántica de que hemos cumplido una misión civilizadora, es decir, que fuimos buenos colonizadores, más benevolentes que otros pueblos europeos”.

“La esclavitud no ocupa más de dos o tres páginas en estos libros, siendo tratada de manera vaga y superficial. También propagan ideas tortuosas. Por ejemplo, cuando se habla de las consecuencias de la esclavitud, el único país que gana mayor protagonismo es Brasil e incluso así hablar de mestizaje ”, explica.

“Detrás de esto está el propósito de resaltar la supuesta multirracialidad de nuestra colonia más grande, que, en este sentido, sería un ejemplo del éxito de las políticas de mestizaje. En la práctica, sin embargo, sabemos que esto no sucedió en la forma en que se trata”, recmarca.

Araújo dice que “nada ha cambiado” desde 2012 y argumenta que la falta de comprensión sobre el tema trae pérdidas.

“Esta narrativa tiene una serie de consecuencias, desde la más mínima recopilación de datos sobre discriminación étnico-racial hasta el mero hecho de no admitir que tenemos un problema de racismo”, dice.

¿Víctimas pasivas?

Para realizar la investigación, Araújo contó con la ayuda de otros investigadores. El foco principal fue el análisis de los cinco libros de texto de historia más vendidos en el país para estudiantes del llamado 3er Ciclo de Educación Básica (12 a 14 años), que va desde el 7º al 9º grado.

Además, el equipo también examinó políticas públicas, entrevistó a historiadores y educadores, asistió a clases y realizó talleres con estudiantes.

En uno de ellos, los investigadores presenciaron una escena que llamó la atención, recuerda Araújo.

En una ocasión, los estudiantes se sorprendieron al enterarse de las revueltas de las propias poblaciones esclavizadas. Y también sobre el verdadero significado de los quilombos: el destino de los esclavos fugitivos, generalmente lugares escondidos y fortificados en medio del bosque.

“En otros países, hay una apertura mucho mayor para discutir cómo estas poblaciones lucharon contra la opresión. Pero en el caso portugués, los estudiantes ni siquiera podían imaginar que se estaban liberando y continuaron creyendo que todos eran víctimas pasivas de la situación. una idea ligada con la resignación ”, dice.

Araújo señala que en los libros analizados “no hay ninguna referencia a la Revolución Haitiana y el sangriento conflicto que culminó con la abolición de la esclavitud y la independencia del país, que se convirtió en la primera república gobernada por afrodescendientes”.

Los quilombos, en cambio, están representados, agrega la investigadora, como “lugares donde bailaban negros en un día de fiesta”.

“Como resultado, estas versiones terminan siendo consensuadas y no plantean las polémicas necesarias para problematizar la enseñanza de la Historia de África”.

Vista romántica

Araújo dice que, a diferencia de otros países, los libros de texto portugueses continúan proclamando una visión “romántica” del colonialismo portugués.

“La narrativa sigue siendo que nuestro colonialismo era un colonialismo amistoso, que resultó para formar sociedades multiculturales y multirraciales, y Brasil sería uno de los ejemplos”, dice.

Irónicamente, sin embargo, otros poderes colonizadores de esa época no se describen de la misma manera, señala.

“Cuando hablamos del descubrimiento de América, los españoles son calificados de extremadamente violentos, siempre en contraste con la supuesta benevolencia del colonialismo portugués. Los imperios francés, británico y belga, en cambio, son tildados de racistas”, señala.

“Por otro lado, el tema racial nunca se menciona en relación con el colonialismo portugués. Hay una despolitización creciente. Los libros de texto holandeses, por ejemplo, atribuyen la esclavitud a los portugueses”, agrega.

Según ella, esta idea de “benevolencia del colonizador portugués” terminó por encontrar eco en el luso-tropicalismo, una tesis desarrollada por el científico social brasileño Gilberto Freire sobre la relación de Portugal con el trópico.

En términos generales, Freire argumentó que la capacidad de los portugueses para relacionarse con los trópicos, no por interés político o económico, sino por una supuesta empatía innata, resultaría de su propio origen ético híbrido, su bicontinentalidad y su prolongado contacto con moros y judíos. en la Península Ibérica.

A pesar de ser rechazado por el Estado Novo de Getúlio Vargas (1930-1945), por la importancia que le dio al mestizaje y la interpenetración de culturas, el lusotropicalismo cobró fuerza como pieza de propaganda durante la dictadura portuguesa António de Oliveira Salazar (1932 -1968). Una versión simplificada y nacionalista de la tesis terminó guiando la política exterior del régimen.

“Resulta que el tema racial nunca se ha debatido en Portugal”, dice Araújo.

Sin respuesta

La investigadora afirma que envió los resultados de la investigación al Ministerio de Educación portugués, pero nunca obtuvo respuesta.

“Nuestra percepción es que los responsables creen que todo está bien y que las medidas paliativas, como las fiestas culturales, pueden reemplazar la problematica de un tema tan importante”, critica.

En este sentido, Araújo elogia la iniciativa brasileña de 2003 que hizo obligatoria la enseñanza de la historia y la cultura afrobrasileña e indígena en todas las escuelas, públicas y privadas, desde la primaria hasta la secundaria.

“Necesitamos luchar contra el racismo, pero eso no será posible si no cambiamos la forma en que enseñamos nuestra historia”, concluye.

Consultado por BBC Brasil, el Ministerio de Educación portugués no accedió a dar respuesta hasta la publicación de este informe.

* Fuente: BBC Brasil

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