Feminismos. Dos bravas mujeres

Por Iñaki Urdanibia, Resumen Latinoamericano, 3 de agosto de 2020.

En los casos que traigo a este artículo no cabe duda de que no se cumplió aquello de la mujer en casa la pata quebrada, ni ninguna otra jaculatoria al uso, y al abuso; dos señoras que lograron la mayoría de adad, en el sentido kantiano, sin necesidad de un custodio en forma de Padre, patrón, padreterno. Dos féminas tenaces que no cesaron en su combate lo que les supuso el ser asesinadas: una, la polaca, por los freikorps enfurecidos y con la vista gorda de los gobernantes socialdemócratas, y la otra, andaluza, en el cadalso, aplicándosele el garrote vil. Los retratos de dichas mujeres en libro han sido publicados por la Linterna Sorda.

Rosa, la roja

«Rosa Luxemburg en la tormenta» sigue la pista a la que fuese líder espartaquista y teórica en las filas del marxismo: ahí están sus análisis sobre la acumulación de capital o sus conferencias sobre el tema. Su papel de todos modos se prodigó de manera especial en su labor militante, no huyendo de las polémicas, y terciando en asuntos esenciales como el papel de la huelga, y debatiendo entre espontaneidad y organización, sin obviar su inflexible internacionalismo.

La autora de la obra, Ana Muiña, ofrece un pormenorizado seguimiento de la vida de esta « heroína de la revolución», entregando después una valoración del papel jugado en su tiempo y en los años posteriores, dejando la palabra a la protagonista de la que se presentan nueve jugosos artículos. Muestra del carácter combativo de la mujer visitada es el número de detenciones que sufrió, al menos cuatro, a causa de sus insultos al kaiser y a sus proclamas anti-militaristas. Una vida militante , dedicada a la agitación y a la propaganda, a la organización del partido, al que represento habitualmente en las asambleas de la II Internacional. De la socialdemocracia al comunismo y, finalmente, a la constitución de Espartaco, como grupo internacional, junto a Karl Liebknecht, Otto Rühle y Franz Mehring, Con respecto a la primera nombrada, no faltaron las críticas a la tibieza que se juntaba a la derecha con tal de poner frena a las ansias revolucionarias; tampoco faltaron las críticas al bolchevismo («el remedio inventado por Trotsky y Lenin, la supresión de la democracia es general, es aún peor que el mal que se quiere evitar: sofoca, en efecto, la fuente viva de la que únicamente pueden surgir las correcciones de las insuficiencias congénitas a las instituciones sociales, una vida política activa, libre y enérgica de las más amplias masas»), en defensa de una verdadera democracia socialistas en la que fueran las masas trabajadoras la que accedieran al poder real y no un grupo de dirigentes…en un movimiento que fuese de abajo a arriba y no al contrario; posturas esta que le hacía coincidir con los avisos de Antonio Gramsci, que había participado en el movimiento de los consejos obreros, muestra de que la organización de los obreros y la espontaneidad no estaban reñidas. Lo dicho no quita, todo hay que decirlo, para que Rosa Luxemburgo se contradijese en la práctica, con motivo de la constitución del PCA, al que atribuía el papel dirigente de la revolución.

En el seguimiento que realiza Muiña se nos desvelan los tiempos de infancia, los estudios, la enfermedad que generó el aspecto particular de la mujer, mujer que con el paso del tiempo tuvo que utilizar nombres falsos y documentación ídem con el fin de esquivar la represión. Y por supuesto, se nos recordarán las circunstancias del salvaje asesinato de ella y de su compañero Liebknecht, aquel fatídico 15 de enero de 1919 …aprehendida por los Freikorps, la vieja puta Rosita fue golpeada, apaleada , con la cabeza aplastada y con tres tiros finales; su cuerpo arrojado, supuestamente al canal Landwehr…y la prensa socialdemócrata jugando al despiste tras haber alentado algunos de sus dirigentes el apaleamiento ( ¡ ay Gustav Noske!). Las movilizaciones se sucedieron y la revolución no cesó en diferentes focos: Ruhr, Sajonia, Gotha, Hamburgo y los homenajes tampoco: « La Rosa roja ha desaparecido, / dónde está, es desconocido. / Porque a los pobres les dijo la verdad de la vida / los ricos, le han enviado a la otra vida», decía Bertolt Brecht en su epitafio. [ No me resisto a contra una anécdota personal: con motivo de mi trabajo en un archivo de historia contemporánea del País Vasco solía recoger material de propaganda- carteles, boletines, pegatinas…- en la sedes de diferentes partidos, y siempre recordaré, como muestra de cinismo oportunista, que en la pared de la sede del PSOE lucía una foto de Rosa Luxemburgo …¡ cosas!].

Su huella quedó en los movimientos consejistas, en grupos como Socialisme ou Barbarie de Castoriadis y Lefort, y su presencia en mayo del 68, en los Black Panters Party o la Internacional situacionista…o en personalidades como Albert Camus, Herbert Marcuse, Günther Anders, Hannah Arendt, Angela Davis, etc. Y Peter Weiss dejaba constancia de dicha huella en su La estética de la resistencia: « Rosa se quedó al lado de quienes no encontraron el camino presente, pero a los que no obstante acompañaba la razón».

El libro se completa con diferentes opiniones y elogios de la mujer, con un pertinente rastreo de la presencia en la prensa hispana de su figura y…nueve textos de la misma Rosa Luxemburgo que se sitúan en medio de la tormenta.

Bandera de libertad

Verdadera heroína quien fuese bautizada en setiembre de 1804 con los nombres de Mariana, Rafaela, Gila, Judas Tadea, Francisca de Paula, Benita, Bernarda, Cecilia…tras ese amplio santoral se le conoció como Mariana Pineda. Sobre la agitada existencia de esta mujer granadina escribe Antonina Rodrigo en su « Mariana de Pineda. ¡ Yo soy la libertad, herida por los hombres! Federico García Lorca» . El retrato es de una precisión no abundante, sino abundantísima…se nos da a conocer todo sobre esta mujer , tanto en los aspectos familiares, genealógicos, como en lo referente a sus relaciones y amoríos; y , por supuesto, sus relaciones de apoyo a quienes huían de la justicia por ejercer su libertad de reunión, opinión, asociación, etc. No se ha de evitar, hablar de la importancia que se da por parte de la autora de la obra al telón de fondo en que se movió la biografiada. Que se me entienda bien, la información de los más mínimos detalles, y por supuesto de los de mayor calado, son suministrados por Antonina Rodrigo, mujer granadina comprometida con Mujeres Libres y con la verdad, ad abusum, y obviamente lo digo como virtud.

La Granada de la época era un hervidero en la que los diferentes grupos y asociaciones funcionaban tratando escapar de las garras de la represión, seis años de continua represión: blancos, negros, liberales, masones, anarquistas, etc. y los nombres propios de personas y acontecimientos se van acumulando en la escena ( Guerra de la independencia, Constitución de Cádiz) y el reinado de Fernando VII y sus acólitos, con el intermedio del dominio liberal…con los cánticos del trágala. En los momentos de agitación y la influencia de las logias y el movimiento revolucionario se nos da a conocer a Riego y su himno…Entre tanto somos puestos al corriente de la unión del padre de Mariana, con una jovencita de nombre Dolores Muñoz, que al poco desembocó en un pleito acerca de quién se haría cargo de la hija de ambos, y a quién pasarían a pertenecer las posesiones de don Mariano. Muerto el padre, familia de acogida , Úrsula y José de Mesa; no acabaron ahí los cambios de hogar. Boda a los quince años y muerte temprana de su marido; ella viuda y con dos hijos a su cargo.

Son los tiempos de los cien mil hijos de san Luis, momentos de revanchas en la llamada década ominosa. En 1823 anulada la Constitución de Cádiz se abre un periodo de represión salvaje, consagrada con un decreto que consideraba como delito cualquier desacuerdo con la regencia: con el asesinato de Riego al que se unió el de El Empecinado, y más tarde la mujer de la que hablamos. ¡ vivan las cadenas! Mientras tato, la viuda vuelve a unirse con otro militar , un tal Brodett ( más tarde todavía hubo otra relación con Álvarez de Sotomayor, días en los que abandonando la soledad y la depresión debidas a su viudez, pasa a militar…Pedrosa, hombre fuerte de la represión , no cesa de mostrar su celo vigilante en defensa del desordenado orden. Vemos a Mariana de Pineda con una hija natural a su cargo y colaborando con los medios liberales, ayudando a los huidos de Gibraltar, a los juramentados y masones. Y en esas , en su domicilio entran los esbirros de Pedrosa y hallan una bandera que estaba siendo elaborada en la que se leía Libertad, Igualdad y Ley…¡ Enorme delito!…« un delito, el más horroroso y detestable, como el encuentro y aprehnsión del signo más decisivo y terminante de un alzamiento contra la sobreanía del Rey N.S.», tronaría el fiscal; « maquinación en el interior del reino para actos de rebeldía contra mi autor soberana o suscitar conmociones populares»…rezaba el artículo 7º del decreto promulgado por su majestad..Era un 18 de marzo de 1931, y tres días después la enfermedad hizo que Mariana de Pineda no fuese encarcelada sino detenida en su domicilio; un intento de huida y a partir de ahí ya la detención y el encarcelamiento pasa a ser firme. Intentos de ablandarla para que delatase a sus cómplices, y silencio absoluto de la mujer que se mantenía firme en su silencio. Se le mentaba de continuo a sus hijos con el fin de alcanzar su vena íntima, mas ella perseguía que sus hijos la recordasen y no se avergonzasen de ella… « que alzaran la frente y dirán: mi madre murió por la libertad, por la causa sacrosanta de los derechos del pueblo».

La sentencia era firme como firme era su postura, una sentencia que sirviese de escarmiento y que se haría efectiva por medio de la aplicación del garrote vil el 26 de mayo, en que la mujer acompañada de una procesión y de clérigos que repetían la sentencia, subió al cadalso, desposeída de sus bienes que fueron confiscados, quedando estos en mano de la justicia. La noticia corrió por las calles de Granada , y allá quedaron, junto al dolor , las canciones y coplas que le recordaban, las celebraciones posteriores en los aniversarios, y una amplia iconografía que homenajea a esta firme dama, ejemplo de lucha por la libertad, ejemplo de lucha femenina, revivida por otro granadino, que también fue asesinado, Federico García Lorca…del que el título de este libro toma una cita.

Como es hábito en los libros de esta editorial, las ilustraciones, fotografías, reproducciones facsímiles que acompañan a los textos cobran una relevancia destacada, completando la comprensión de lo dicho con las imágenes que corresponden a los sujetos ( en este caso, las sujetas ) y a otros símbolos de la época estudiada.

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