Vietnam. Un ejemplo de enfrentamiento a la pandemia

Por Alberto Salazar, Resumen Latinoamericano, 15 de julio de 2020

A casi seis meses de la irrupción del nuevo coronavirus, Vietnam muestra hoy unas estadísticas que lo confirman como uno de los países que con mayor acierto enfrenta la pandemia.
Hasta el miércoles 15 la nación indochina solo registra 373 infestados, una cantidad increíblemente pequeña considerando que comparte una larga frontera con China, el foco original de la enfermedad, y los intensos intercambios comerciales y turísticos con el gigante asiático.

Su número de casos por millón de personas (en una población de 96 millones de habitantes) ha quedado contenido en cuatro, uno de los más bajos en el planeta entre países con más de 80 millones de pobladores.

Por si fuera poco, Vietnam no ha tenido que lamentar pérdidas humanas a causa del mal y del total de contagiados, 352 están restablecidos. Los 21 aún hospitalizados están en franco proceso de recuperación.

Si los resultados son estos se debe a que desde el primer momento al gobierno no le tembló el pulso a la hora de tomar medidas capaces de cortar la propagación del SARS-Cov-2 y advirtió que, si bien tenían un carácter persuasivo, las haría cumplir a rajatabla.

Pero también la disciplina de la ciudadanía ha sido ejemplar. Cuando aún no se sabía que las cosas iban a salir tan bien, la gente observó al pie de la letra todas las disposiciones y solo en casos muy excepcionales fue necesario aplicar sanciones, ninguna extrema.

De hecho, si Vietnam no está libre ya de la Covid-19 es porque el gobierno cumplió la promesa de no dejar a nadie atrás y en los últimos meses repatrió a miles de nacionales sorprendidos por la pandemia en otros territorios donde la situación era y todavía es complicada.

Así, todos los infestados desde el 16 de abril (332) son vietnamitas retornados desde otros países, lo que revela el férreo control del sistema nacional de contención de la pandemia.

El proceso aún está en marcha, mas las estrictas cuarentenas y el meticuloso seguimiento médico de que son objeto esos ciudadanos impiden la propagación del mal en la comunidad.

Pero el gran triunfo de Vietnam frente al síndrome respiratorio agudo es mantenerse como uno de los pocos países en todo el mundo que pese a reportar más de 300 enfermos no reporta fallecimientos. Y conste que son varios los pacientes que estuvieron al borde de la muerte.

Uno de ellos fue una mujer de 64 años que debió ser tratada con oxigenación por membrana extracorpórea, una máquina de derivación corazón-pulmón (ECMO) que bombea la sangre fuera del cuerpo y la devuelve oxigenada, para dar descanso a aquellos órganos.

En el proceso sufrió tres paros cardíacos, por lo que los médicos y enfermeras a su cargo debieron trabajar muy duro para salvarla.

Otro ejemplo de la profesionalidad del personal médico vietnamita es el famoso Paciente 91, un británico de 43 años contratado como piloto por Vietnam Airlines y considerado el caso más grave de cuantos han sido atendidos en el país.

El hombre adolecía de varias complicaciones de salud adicionales (obesidad, problemas de coagulación y una respuesta inmunológica tan fuerte que actuaba contra el cuerpo en vez de defenderlo, entre otras), lo que dificultó extraordinariamente su rescate.

Durante dos meses estuvo conectado a un ECMO y los especialistas consideraron realizarle un trasplante de pulmones, pero al cabo descartaron esa opción porque comenzó a evolucionar esperanzadoramente.

Sometido a rehabilitación integral, y tras dar varias veces negativo al virus, el británico regresó a su país el pasado domingo en compañía de un equipo de médicos locales. Desde hace días la prensa internacional se deshace en elogios por lo que hizo Vietnam para salvarle la vida.

La nación indochina entró en la segunda decena de abril en una fase de ‘nueva normalidad’ que se hace visible por doquier: la gente sigue usando mascarillas protectoras y observando determinadas medidas preventivas, pero la vida retornó a sus cauces habituales.

Por decirlo rápido, son pocas las señales de que la amenaza de la enfermedad se mantiene latente.

Semejante escenario, empero, no lleva a las autoridades a confiarse y son constantes las alertas a protegerse contra el mal y a mantener ciertas medidas, como la suspensión de los vuelos internacionales.

Por el momento al país solo están entrando los repatriados y -bajo estrictas regulaciones-, diplomáticos, hombres de negocios y expertos necesarios al buen funcionamiento de la economía. Hace unos días, el primer ministro Nguyen Xuan Phuc pidió a sus compatriotas realizar el máximo esfuerzo para prevenir una segunda oleada de Covid-19 y por recuperar la economía en el plazo más breve posible.

Xuan Phuc celebró los resultados frente a la pandemia, pero acotó que los daños económicos han sido altos, al punto que el Producto Interno Bruto solo creció 0,36 por ciento en el segundo trimestre, la menor cifra en 30 años.

Consideró, en consecuencia que sin desatender las medidas preventivas, ahora hay que enfocarse en revitalizar la producción, las exportaciones, la captación de inversiones extranjeras, el turismo y otros grandes contribuyentes a las arcas nacionales.

En vista de ese panorama, diversos organismos internacionales pronostican que la economía vietnamita -con todo y su carácter abierto- será una de las que menos sufra a causa de la Covid-19. Y que si las cosas no empeoran a nivel global, casi recuperará en 2021 sus flamantes niveles de crecimiento.

Fuente: Prensa Latina

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