Puerto Rico. La Escuela de Medicina de la Universidad nacional enfrenta pérdidas irremplazables

Resumen Latinoamericano, 1 de julio de 2020

A finales del mes de junio la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico lanzó una carta abierta al gobierno en la que se reitera como uno de los recursos más importantes que tiene el país para mantener un caudal de médicos y de investigadores en ciencias relacionadas a la salud. Siendo la misión de la Escuela educar a médicos e investigadores competentes y diversos, generar nuevos conocimientos, proveer servicios de salud y contribuir a la formulación de política pública para el cuidado de salud de la población de Puerto Rico, el llamado es a dar a conocer la crisis económica sin precedentes que enfrenta la facultad y que está causando pérdida de facultad y empleados no-docentes. En el caso de la escuela de medicina, las consecuencias pueden ser muy serias pues además de poner en riesgo la acreditación de la escuela, afecta directamente los servicios de salud que recibe nuestra población.

Su facultad clínica compuesta por 480 médicos, constituye el grupo de práctica médica más grande en la isla y junto a los 445 médicos que reciben adiestramiento en sus 38 programas de residencia/especialidad, proveen casi la totalidad de los servicios clínicos altamente especializados que recibe nuestra población en el Centro Médico. Esos programas de adiestramiento representan la fuente más importante de médicos especialistas que tiene Puerto Rico. Asimismo la Universidad de Puerto Rico produce más del 90% de las investigaciones del país que son publicadas en revistas científicas arbitradas por pares. A pesar de la difícil situación económica y social, la mayoría de los egresados de la institución permanecen en nuestra isla, demostrando su compromiso con el país.

Por más de una década la política de la administración universitaria de eliminar las plazas de los empleados docentes y no-docentes que se jubilan ha ido reduciendo el número de empleados pagados con fondos universitarios, imponiéndole a la Escuela de Medicina y a cada uno de sus departamentos la responsabilidad de generar los ingresos para contratar el personal necesario. Además, la disminución en la asignación de fondos que recibe la Escuela de Medicina ha delegado en los departamentos académicos la responsabilidad de proveer los recursos para mantener acreditados los programas de enseñanza, incluyendo proveer el apoyo administrativo y tecnológico esencial para las labores clínicas, académicas y de investigación.

Por otro lado, las deficiencias de las facilidades públicas de salud han impuesto una carga adicional sobre la facultad, residentes y estudiantes quienes realizan un esfuerzo heroico tratando de subsanar los múltiples problemas del sistema. Frecuentemente, el personal y recursos destinados a tareas de enseñanza tienen que ser reasignados a tareas clínicas para poder proveer responsablemente el servicio de calidad que merecen nuestros pacientes. De igual forma, los fondos generados por investigadores para llevar a cabo sus proyectos terminan subsanando la falta de personal, recursos físicos e infraestructura esenciales para cumplir con lo acordado en sus propuestas de investigación.

Los eventos catastróficos que han sacudido el país recientemente, culminando con la pandemia causada por el Coronavirus, han disminuido los ingresos que genera la Escuela de Medicina por servicios clínicos. Como resultado, no se han podido renovar nombramientos de médicos, investigadores y otros empleados esenciales o se ha tenido que reducir su jornada laboral. Esto afecta los servicios clínicos, la actividad científica y pone en riesgo la acreditación de la Escuela de Medicina, incluyendo sus programas de residencia, lo que podría agravar la escasez de médicos especialistas en el país.

Gobernadora, presidente de la Universidad de Puerto Rico y miembros de la Junta de Gobierno, le solicitamos que para evitar una crisis mayor de salud en Puerto Rico asignen a la Escuela de Medicina los fondos necesarios para:

  1. Contratar la facultad médica y el personal de apoyo necesario para continuar proveyendo los servicios de salud que requiere nuestra población, especialmente los pacientes complejos que se atienden en las facilidades y programas que apoya la Escuela de Medicina, incluyendo el Hospital UPR y el Centro Médico de Puerto Rico, así como educando los nuevos médicos del país
  2. Apoyar los investigadores para que puedan continuar el desarrollo de la actividad científica tan necesaria para lidiar efectivamente con nuestros problemas de salud e igualmente evitar señalamientos de las agencias que auspician y regulan sus proyectos
  3. Mantener acreditados los programas de educación de nuestros futuros médicos, especialistas e investigadores
  4. Conservar y mejorar la infraestructura necesaria para sostener los servicios de salud, la educación clínica y la investigación al mismo nivel de excelencia que la ha caracterizado por los pasados 70 años.

Las catástrofes que han afectado el país han dejado ver claramente las debilidades de nuestro sistema de salud.  De no tomar acciones urgentes para salvar la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico todos sufriremos las serias consecuencias que esto tendrá en la salud de nuestro pueblo. Solicitamos una reunión con carácter de urgencia pues el nuevo año académico comienza en una semana.

FUENTE: 80 grados

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