México. Atentado a Omar García y mensaje de AMLO

Eduardo Ibarra Aguirre, Resumen Latinoamericano, 28 de junio de 2020.-

El mensaje del presidente Andrés Manuel vía redes sociales es sumamente claro, en particular para los capos del aún vigoroso crimen organizado, “No nos vamos a dejar intimidar” ni vamos a hacer acuerdos con la delincuencia organizada “como era antes”, con motivo del impresionante atentado que se cometió contra el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, el viernes 26 en Lomas de Chapultepec, una exclusiva zona residencial de la capital del país, con la pérdida de la vida de dos de sus valientes escoltas y la joven cocinera Gabriela Gómez.

A renglón seguido puntualizó López Obrador “Nosotros no vamos a declararle la guerra a nadie, no vamos a usar esas balandronadas; tampoco vamos a violar derechos humanos y no se van a permitir masacres, pero sí vamos a actuar y a evitar que se cometan estos atentados”, como sucedió, agrego yo, un día sí y otro también con Felipe Calderón (2006-12) y Enrique Peña (2012-18).

En el mensaje resaltó que ahora hay una “frontera, un límite, una raya bien pintada, una cosa es la autoridad y otra la delincuencia. Ojalá y esto se entienda”. Lo anterior sin usar la parafernalia del poder, el “mensaje a la nación”, “cadena nacional”, la producción televisiva, amenazas a los autores intelectuales, la “investigación hasta sus últimas consecuencias”, “caiga quien caiga”, de lo que millones de mexicanos se pitorreaban en privado.

Con la misma sencillez, AMLO reconoce lo que ningún presidente se atrevió a decir a los gobernados: “Y tenemos miedo, porque somos seres humanos; nada más que hay una diferencia importante: no somos cobardes. Entonces, vamos hacia adelante, a que podamos conseguir la paz y la tranquilidad con justicia, con rectitud, llamando a todos a que nos portemos bien para lograr una sociedad mejor”.

El ya habitual nos portemos bien que la primera ocasión que lo dijo Obrador en una mañanera al enviado de Proceso, la dirección del semanario –que terminó como una empresa privada de los Scherer Ibarra, cuando surgió por suscripción pública entre los que me cuento–, lo juzgó como “una grave amenaza a la libertad de expresión”. Hoy casi nadie se atreve a repetirlo.

Pero sí a caricaturizar la política de seguridad con frases y consignas ciertas, pero descontextualizadas, como “abrazos no balazos”, el sufrimiento de las madres y abuelas por los sicarios presos, hasta el extremo de un especialista que asegura que AMLO no corre riesgos en su integridad física “pues no combate al narcotráfico”. Y todo porque el doctor podría perder su seguro de gastos médicos mayores, como 20 000 docentes, investigadores y burócratas de la Universidad Nacional.

Así que son previsibles sarcasmos y burlas por el reconocimiento de Obrador de lo elemental, pero que la subcultura autoritaria y machista prohíbe reconocer. Miedo que no impide al gobierno de AMLO disputarle a todo el crimen organizado su base juvenil con programas bien focalizados, golpeando a los cárteles en sus finanzas –lo que nunca se hizo–, con el trabajo de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda que encabeza Santiago Nieto y las investigaciones de la autónoma Fiscalía General de la República que dirige Alejandro Gertz, funcionarios que deben ser súper cuidados. Como lo fue el hijo de Javier García Paniagua, expresidente del PRI en 1981, y nieto de Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa (1964-70).

Y un mayor y más eficaz trabajo de inteligencia que permitió la detención de 18 participantes en el atentado contra Omar García y al Ejército impedir que estallaran artefactos explosivos en la refinería de Salamanca, Guanajuato, a manos del cártel de Santa Rosa de Lima y su golpeadísimo pero agresivo y desesperado jefe José Antonio Yépez, debido a los severos golpes recibidos en su estructura financiera y de mando.

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