Euskal Herria. Manifiesto desde el barrio de la Txantrea valorando la lucha dada en apoyo al preso vasco Patxi Ruiz

Resumen Latinoamericano, 18 junio 2020

DESDE EL BARRIO CONFICTIVO, ESKERRIK ASKO PATXI

DESDE EL BARRIO DE LA TXANTREA, ESKERRIK ASKO PATXI! (Gracias Patxi)

Las calles de muchos pueblos y barrios de Euskal Herria llevan semanas cargadas de iniciativas. Se reivindica desde principios tan básicos como el respeto a los derechos de todos los presos y presas politicas vascas, hasta aspiraciones tan legítimas como la amnistía.

Las durísimas e injustas condiciones que los estados español y francés impusieron en las cárceles para frenar el Covid – 19, agravaron la situación del conjunto de presos. Y nuevamente sirvieron para vulnerar de forma particularmente dura los derechos de los prisioneros y las prisioneras políticas vascas.

El 14 de marzo el estado español decreta un estado de alarma que pisotea sin ningún miramiento derechos y libertades dentro de las prisiones. Dice hacerlo en nombre de la salud y seguridad de los y las presas. Pero mantener a los sectores más vulnerables en prisión, negar a los presos el acceso a mascarillas o tener a centenares de funcionarios de prisiones entrando y saliendo a diario de las cárceles desmiente este argumento.

Mientras, los sectores más activos de Euskal Herria teníamos un campo de actuación limitadísimo en las calles por los efectos del estado de alarma. Trabajábamos sin descanso por tratar de paliar las consecuencias más inmediatas del Coronavirus en nuestros pueblos y barrios. Y nos preparábamos para los efectos devastadores que el Covid – 19 iba a dejar a su paso.

La implantación del estado de alarma supuso en la calle un ataque en toda regla a los derechos y las libertades. Una ocasión que aprovecharon para implantar un modelo de confinamiento pensado para fortalecer la figura del estado. Eso supuso poner a militares y policías al frente de una crisis sanitaria. Y pisotear los derechos de ciudadanía y trabajadores, anteponiendo siempre los intereses del capital.

Y si esto ocurrió en la calle, donde es perfectamente visible y constatable la intencionalidad con la que los distintos uniformados actúan ¿Qué no podía estar pasando en las prisiones, donde los espacios de impunidad se multiplican por mil?

Esa preocupación era manifiesta y se acrecentaba con cada nueva medida del estado de alarma. Planes que siempre terminaban convirtiendo a los y las presas políticas vascas en uno de los colectivos más perjudicados por todas y cada una de las normas que se iban adoptando.

Era latente la gravedad de lo que estaba ocurriendo en las prisiones. Todos y todas sabíamos que los y las presas políticas vascas no recibían visitas. Que sus derechos habían sido pisoteados. Y sin embargo no hubo una sola ocasión en la que se hiciese un llamamiento general a denunciar en los pueblos y en los barrios el particular drama que se vivía en las cárceles.

Durante semanas las calles, el espacio natural para plasmar nuestras reivindicaciones permanecieron cerradas a cal y canto. Los balcones y las redes se convirtieron de hecho en los escenarios desde los que seguir militando. Y en todo ese tiempo no poner el acento en la gravedad de lo que estaba ocurriendo en las prisiones no fue un error, fue una decisión política.

¡Ojo! Esa decisión política no conllevaba no hacer nada. Al contrario. Durante dos meses se fueron gestando inciativas de gran calado. Iniciativas como la impulsada por más de 25 organizaciones sociales vinculadas a los derechos humanos de finales de mayo. Dinámicas como SOSPresoakCovid19 o el manifiesto respaldado por 9 formaciones políticas representadas en el congreso español.

Pero la decisión política sí implicaba que las iniciativas para denunciar el agravamiento en las condiciones de vida de los y las presas políticas vascas se desarrollasen siempre bajo unos mismos parámetros. Dando un protagonismo hiriente y permitiendo una lavada de cara a partidos como el PNV, uno de los impulsores de la política de dispersión de presos. O a Podemos, partido en el gobierno que hasta que no decida ser parte de la solución, continuará siendo parte del problema.

Situar los avances en materia de presos en términos de acuerdo entre diferentes es importantísimo. Pero entendemos que es un error si esto se hace en términos excluyentes. Es inasumible la tesis de que esos acuerdos, esos avances tienen como condición sine quanum una limitación del papel que la ciudanía vasca puede llegar a tener. Es preocupante leer que los espacios y acuerdos ganados en el camino de la repatriación, pueden resultar perjudicados por el uso de determinadas formas de denuncia. Grave porque eso supone de facto tratar de acotar hasta límites ridículos el tensionamiento que en la calle se puede o se debe poder hacer, para que las piezas del puzzle puedan así seguir encajando.

En medio de este contexto, el 10 de mayo ¡DOS MESES DESPUÉS! de que los estados español y francés volviesen de nuevo y de forma premeditada a aplicar una política carcelaria excepcional a los y las prisioneras vascas, el vecino y preso político de la Txantrea Patxi Ruiz, dijo ¡basta!. No solo a una actuación concreta contra su persona, sino basta a toda una batería de medidas impuestas en las cárceles durante la crisis del Covid – 19.

El arranque de forma paralela de una huelga de hambre y de sed disparó de forma inmediata todas las alarmas. Hizo que se agudizaran las contradicciones entre dos estrategias distintas que además tienen enfoques muy diferentes con respecto a la vía para resolver la cuestión de los y las represaliadas políticas vascas.

Pero la pelea iniciada por Patxi Ruiz no ha sido a nuestro entender el desencadenante de ningún problema. Ha supuesto por el contrario un revulsivo. Estamos convencidas de que de cara a la población, los efectos del estado de alarma en las prisiones hubiesen pasado desapercibidos sin la iniciativa que él puso en marcha. Ese y la posterior reacción popular son en términos políticos los grandes triunfos que cabe atribuir a la iniciativa de Patxi. No hay mejor noticia para nosotros que haber conocido que dejaba la huelga de hambre. Pero para nosotros es además fundamental poder transmitir a Kapota que patadón y para adelante. Que recogemos su testigo y que nos alegra profundamente su decisión porque eso nos permite seguir trabajando y peleando codo con codo.

Una vez superados los momentos más críticos, los ex – presos y ex – presas de la Txantrea pusimos en marcha esta dinámica apostamos por tirar para adelante. Por dar continuidad a un trabajo en positivo, cuyas bases serán las buenas relaciones y experiencias acumuladas este último mes.

El 22 de mayo pusimos en marcha una primera iniciativa a la que de distintas formas se han ido sumando cerca de 300 ex – presos y ex – presas políticas vascas. Una iniciativa que damos ya por finalizada, al entender que cumplía en un momento muy determinado una función clave para contextualizar la dinámica iniciada por Patxi Ruiz.

Posteriormente hemos impulsado distintas iniciativas en el plano movilizador, siempre tratando de no interferir en el trabajo de nadie, pero igualmente sin admitir interferencias en el nuestro. Euskal Preso Politikoen Alde, Patxirekin bat! ha sido una marca de trabajo que sin ser exclusiva, nos ha caracterizado.

Y en un momento en que entendimos era clave buscar compromisos con los contenidos de las reivindicaciones de Patxi y con su lucha, pusimos en marcha un manifiesto para recabar apoyos

entre todas aquellas personas que quisieran sumarse.

Hoy queremos dejar claro que ese Manifiesto y sus contenidos no solo nos parecieron importantes en su momento, sino que entendemos mantienen su vigencia. Es un manifiesto construido sobre los pilares del compromiso con TODOS los y las presas políticas vascas. Compromiso en la defensa de todos sus derechos, la denuncia de su vulneración y la exigencia de su repatriación a Euskal Herria. Es un manifiesto que necesita seguir sumando compromisos para trabajar la problemática de las cárceles con otra perspectiva. SEGUIMOS, AHORA MÁS QUE NUNCA, NECESITANDO TU APOYO Y COMPROMISO. (Para firmar entra en patxisos.wordpress.com)

Como ex presos y ex -presas políticas del barrio de la Txantrea nos sentimos orgullosos y orgullosas del trabajo que ha hecho nuestro barrio. Nuestra aportación a toda esta dinámica es en realidad la prolongación de un trabajo desarrollado a nivel local desde hace años. Sabemos que el caso de nuestro barrio no es único. Un barrio que tuvo claro desde el primer momento que no se iba a involucrar en dinámicas absurdas que le obligasen a elegir con qué presos del barrio tenía o podía trabajar.

Nuestra guerra es con el estado. Contra todas aquellas instituciones, personas y colectivos que tienen el poder de cambiar la realidad de los y las presas políticas vascas. Contra aquellos que no dan pasos efectivos para poner punto y final a la política de exterminio que se practica en las prisiones españolas y francesas.

El recorrido hecho hasta ahora nos ha permitido constatar que existe voluntad por trabajar el tema del conjunto de represaliados y su vuelta a Euskal Herria desde otra perspectiva. Buscando una activación y un protagonismo real de la gente y la militancia en esta pelea. Tensionando la calle en discurso y formas cuando las situaciones lo requieran.

La mejor prueba de ello ha sido la inmediata reacción que se ha producido tras dejar Patxi la huelga de hambre. Mucha de la gente que se ha ido sumando a las iniciativas que hemos ido planteando nos ha interpelado ¿Y ahora qué? ¿Cómo seguimos?. En su momento propusimos una iniciativa que activaba un compromiso particular con la situación de Patxi Ruiz. Pero un compromiso que iba más allá y buscaba sumar activos al trabajo en favor de todos los presos y presas políticas vascas. Y hemos podido constatar que hay sectores dispuestos a recoger ese guante. Por tanto, seguimos adelante.

En primer lugar y esta vez como integrantes del movimiento popular del barrio, hacemos un llamamiento especial a participar en las movilizaciones que en próximas fechas se vayan organizando. en la Txantrea. Entendemos que estas deben servir para reafirmar el compromiso de todo un barrio con el conjunto de presos y presas políticas vascas Pero también para avalar y fortalecer una forma de entender y desarrollar la dinámica en favor de todos los y las presas políticas vascas que sabemos no es exclusiva de nuestro barrio.

Por último anunciar que aprovecharemos el verano para tratar de clarificar como dar continuidad al trabajo iniciado. Esta vez sí abriendo el debate y la participación lo más posible. Aspiramos a generar una nueva dinámica que sumar a las ya existentes, bajo las premisas de hacer al pueblo protagonista en la pelea por traer a casa a todos los y las represaliadas políticas. Potenciando la activación social, la confrontación con los estados y la denuncia de los distintos responsables de la política de rehenes de guerra que se aplica a los presos y presas políticas vascas.

¡Atentos a las convocatorias!
Euskal Preso Politikoen alde, Patxirekin bat!

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