Pensamiento Crítico. La Geografía: un arma para la Pandemia (III)

Por Fabrizio Beorchia, Resumen Latinoamericano, 15 de junio 2020.

La distribución espacial como principio geográfico

Este principio establece cómo se distribuye el fenómeno geográfico. Implícitamente abarca el concepto de extensión, ya que a la vez que analizamos cómo se distribuye también estamos viendo por dónde lo hace. El principio de distribución interactúa permanentemente con las múltiples escalas de análisis, ya que podemos hablar de una distribución local, regional, continental o global del fenómeno geográfico en cuestión.

La Geografía cuántica neo positivista estaría en su apogeo; una abundancia de datos e información que nos permite elaborar gráficas, proyecciones, crear algoritmos, etc. En este sentido abundan las gráficas con escala lineal, logarítmicas, comparativas, de barra, de variaciones, piramidales, etc. Basta ingresar a los portales web mencionados, para darnos cuenta de lo que hablamos.

Tabla extraida de https://www.rtve.es/noticias/20200521/mapa-mundial-del-coronavirus/1998143.shtml, información al 21/05/2020.

Frases que se han hecho tan conocidas, como el “aplanamiento de la curva”, la “meseta de la curva”, hacen referencia a la interpretación gráfica de la información. Discursos médicos y políticos hacen una y otra vez referencia a estos como indicadores de la eficacia en la lucha contra el coronavirus. Basta observar a China y su curva en la gráfica, así como también países como Chile o Canadá, que han sufrido un incremento constante en la propagación del virus.

Idem, RTVE, información al 21/05/2020


Esta gráfica comparativa permite, a simple observación, entender que el problema de la propagación del virus aún continúa, ya que los activos (amarillo), cuantificados cada 500.000 en el eje de las Ordenadas, siguen superando a los recuperados (verde). Éstos, al igual que los muertos (gris), aunque no sea de forma tan aguda, también van en aumento. En el eje de las abscisas aparece la periodización de casos, que van desde el mes de enero hasta el 15/05.

China, el país epicentro del brote, especialmente en la provincia de Hubei y la ciudad de Wuhan, ya no es el primero del mundo ni en contagiados ni en fallecimientos, aunque tras más de un mes en la ‘meseta’ de la curva de la evolución de la enfermedad, las autoridades llegaron a duplicar la cifra oficial de fallecidos en Wuhan. De hecho, ya ha comenzado a detectar más casos importados que de contagio local, lo que ha llevado a las autoridades a prohibir la entrada de extranjeros, a excepción de personal diplomático.


Analizando la gráfica comparativa de los casos en China, podemos observar:

Idem

Esta gráfica parecería ser el “modelo ideal” de recuperación de la pandemia, donde se aplana la curva de los activos y muertos, para tener una predominancia total los recuperados.

Por su parte El País de Madrid, grafica de forma piramidal el ejemplo de España, mostrando pirámides compuestas por sexo y edad. La información que precede a estas gráficas establece:


“El 95% de las víctimas mortales en España tienen más de 60 años, de acuerdo con los casos en los que se ha notificado el grupo de edad, según informa el Ministerio de Sanidad. De ellos, el mayor porcentaje de muertos se sitúa a partir de los 80 años. Tal y como avanzaban las investigaciones previas, la enfermedad es más letal en los hombres que en las mujeres y, por debajo de los 50 años, apenas se contabilizan víctimas mortales. En cuanto a las personas contagiadas, en términos globales, la mayor parte de afectados se sitúa a partir de los 40 años. De ellos, la franja de edad comprendida entre los 50 y los 59 años es la que más casos suma. Apenas hay contagios entre menores de edad.” (1)

Alguien podría pensar que estas son herramientas propias de la llamada Geografía Humana, área especializada en el estudio de los fenómenos geográficos a nivel demográfico, su extensión y distribución espacial, densidad y concentración, su estructura en variables como sexo, edad, población económicamente activa, inactiva, etc.

Lo cierto es que estos son sólo aspectos que contribuyen al análisis geográfico, pero no lo explican por sí mismo. Más bien pertenecen a campos disciplinares propios, como la estadística y la sociología, de las cuales la Geografía se nutre y se puede nutrir, pero no se limita a ellos.

Estos cúmulos de datos, como la lista interactiva que presenta RTVE con los países con más muertes con coronavirus, son muy interesantes y didácticos a la hora de comenzar a investigar acerca del objeto de estudio. En esta mencionada lista, se puede ver cómo fueron evolucionando los países que aparecen en los primeros lugares, dada la mortalidad que sufrieron. También es útil para ver algunos datos curiosos; China encabeza la lista hasta el 18/03/2020, donde es superada por Italia. Hasta esa fecha había contabilizadas 9.661 personas fallecidas en todo el mundo. Al 21 de mayo, la lista se dispone así:

RTVE, ídem.


China, origen del brote viral, quedó bastante debajo en la tabla clasificatoria mundial, que al contrario de lo que pasa en el fútbol, los primeros lugares no son motivo de orgullo o festejos.

La elevada cifra de defunciones de países centrales como EEUU, Reino Unido, Italia, Francia, Alemania, y el caso particular de Brasil en Sudamérica, ha llevado a la conformación de un bloque geopolítico discursivo, comandado por Donald Trump. Este bloque intenta situar la discusión en dos planos; por un lado, la acusación que el virus fue creado intencionalmente por el régimen Chino, con el objetivo de transformarse en la potencia mundial comercial hegemónica. Por otro, la falta de aviso en la facilidad de propagación y en el ocultamiento de información. Ambos argumentos están dirigidos en una misma dirección; acusar al régimen de la República Popular China, y de esta forma intentar atenuar las consecuencias nefastas de sus fallas como gobiernos en la llamada “gestión del coronavirus”.

Geopolítica

“La política externa de un Estado está en su geografía”, Napoleón.

No cabe duda que la Geopolítica se ha vuelto un escenario determinante para el análisis de fenómenos de escala global, no sólo de esta pandemia, sino de cualquier decisión política, económica y militar supranacional. Claro está que la Geopolítica, considerada como ciencias por algunos, como estrategias políticas militares por otros, no escapa a cuestionamientos epistemológicos variados. Más allá de eso, parecería ser que en la actualidad al hablar de “Geopolítica” se pueden presentar los siguientes escenarios combinados;

a) Es un fenómeno de escala internacional,

b) puede llegar a ser de escala global o regional

c) involucra al menos, directa o indirectamente, a un país considerado “potencia mundial”. (2)

d) Está relacionado con aspectos comerciales, económicos y militares, aunque su nombre sea “política”,

e) son acciones que implican una táctica y una estrategia, por lo cual su dimensión temporal es múltiple,

f) invoca organismos multinacionales, fundamentalmente la ONU y más específicamente el Consejo de Seguridad (3).

g) Se conforman distintos “bloques”, que en ocasiones presentan coincidencias políticas/ideológicas, y otras veces comerciales. En algunos casos perduran en el tiempo por décadas (Mercosur, Unión Europea, Nafta, Alba, etc) y en otros son sólo alianzas temporales. También existen organismos que nuclean a países que se presentan como antagónicos. Tal es el caso del G20, que reúne países como EEUU, Alemania, China, Rusia, Corea del Sur, India, Japón, Turquía, entre otros. (4)

h) Necesariamente, aparecen planisferios y mapas a múltiples escalas (y no son el resultado de meras ilustraciones didácticas).

Si tomamos en cuenta todas estas características, tenemos que simplemente volver a darle la razón a Lacoste, sobre todo en el desarrollo de la Geografía de los Estados Mayores. Esto no exime decir, tal como plantea José W. Vesentini,(2016:11) “ao contrário do que procalmou Yves Lacoste, para quem a geopolítica é a verdadeira geografía, a geografía fundamental, a recente revalorizacao dos estudos geopolíticos ve esse objeto como una problemática interdisciplinar” (5).

Desde la caída de la URSS y la finalización de la llamada “Guerra Fría”, varias teorías cobraron un empuje vital. Desde la ampliación del concepto de Globalización, el creciente desuso del término Imperialismo, el llamado “fin del mundo bipolar” y el transplante ideológico al “fin de la historia” de Fukuyama, todas estas teorías intentaron explicar el vacío que dejaría la caída del llamado “socialismo real” y la universalización plena del capitalismo.

En este contexto una obra adquiere fundamental relevancia; “Choque de Civilizaciones”, del politólogo estadounidense Samuel Huntington, fue publicado primero como un artículo en 1993 y tres años más tarde como libro, (6) “Choque de Civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial”.
Este libro tuvo un segundo brote masivo, después de los acontecimientos del 11 de Setiembre de 2001 y adquirió una nueva revisión en la llamada “guerra contra el terrorismo”, encabezada por EEUU con el apoyo de Europa. (la “Civilización Occidental”).

A. Salamanca (2017) plantea que el argumento principal, según Huntington, es que “la cultura y las identidades culturales, que en su sentido más amplio son identidades civilizatorias, están dando forma a los patrones de cohesión, desintegración y conflicto en el mundo de la pos Guerra Fría. En otras palabras, las diferencias y afinidades culturales serán las principales causas de alianzas y conflictos en el nuevo orden mundial multipolar.”

La obra de Huntington, resume elementos de las tres clases de Geografía que plantea Lacoste;

  1. Es muy “amena” su lectura, dado el carácter simplificador de las relaciones humanas bajo el concepto abstracto de “civilización”. Este aspecto, convertiría en una tentadora “herramienta pedagógica” a usar por parte de maestros y profesores. El esquema de civilizaciones (que encierra lenguas, culturas, historia y religión), es sumamente didáctico para docentes que puedan explicar, de forma extremadamente superficial, los principales fenómenos que el niño vé por televisión y que muchas veces no comprende. (La cultura islámica, la “cultura milenaria de Oriente”, etc.). Si a eso le sumamos el esquema interpretativo de “buenos y malos amigos” de las civilizaciones, el cuentito queda precioso: West, la civilización occidental, es decir EEUU y Europa se lleva muy bien con la Latinoamericana. (década de los 90’, antes que Chávez, Evo Morales y los gobiernos malvados). También se lleva bastante bien con Japón y con África. La Hindú no molesta mucho, tienen los monjes y no joden. Pero el Islam y la Sínica Chica, son el enemigo de la humanidad, los verdaderos malos. (7)
  2. Podemos hablar de la “Geografía del espectáculo”, ya que tanto turistas como medios masivos de comunicación, intentarán mostrar paisajes homogéneos, sobre todo culturales, que caracterizan cada “civilización” y le dan una supuesta identidad; por ejemplo, “en la civilización Islam toda las mujeres usan el hiyab”. En la occidental, “todas las personas comen en McDonald’s”. Y así podríamos seguir enumerando ejemplos de cada “civilización”. Esto extendería aún más la idea de “homogeneización cultural”, propia de la Globalización y sería una especie de aggiornamiento de la categoría de Región.
  3. Por último, la “Geografía de los Estados Mayores”; Estos, que acumulan el conocimiento y el poder político, económico y militar, saben bien que la Guerra es una necesidad vital para ellos. Desde las teorías más clásicas de la Geopolítica, comenzando por el “espacio vital” que hablaba Ratzel, pasando por Kjellén, Mahan, Mackinder o Haushofer (Vesentini, 2016), un Estado necesita de territorio para desarrollarse. Estado, que es el instrumento de dominación de una clase o de un conjunto de sectores que se estructuran socialmente en torno a los medios de producción, apropiación, distribución, circulación e intercambio, de bienes y servicios, generados mediante el trabajo. Las personas que están en la dirección del Estado responden a determinados sectores sociales y a determinada ideología. Si esta ideología es de “supremacía”, de expansionismo, necesariamente el territorio o el espacio debe expandirse. Esto conlleva a que un eventual triunfo de una civilización sobre otra es necesariamente una conquista territorial. Y eso es, justamente, una guerra.

Más allá de esta comparación, que ilustra la vigencia del razonamiento de Lacoste para leer la Geografía, fundamentalmente la Geopolítica, hay argumentos prácticos que demuestran las limitaciones de la obra de Huntington.

Al respecto: “Huntington auguraba un futuro donde la mayoría de conflictos sucedieran en las “líneas de fractura” entre civilizaciones. Sin embargo, desde 1995 la mayoría de las guerras han tenido lugar dentro de las fronteras de una misma civilización. Las disputas sobre Cachemira y Nagorno Karabaj, ejemplos de “conflictos de línea de falla,” llevan prácticamente congeladas desde que el libro fue escrito. De los ocho conflictos más sangrientos en lo que llevamos de siglo XXI, seis son guerras civiles o conflictos internos: la Gran Guerra Africana del Congo, Siria, Darfur, Yemen, Ucrania y las campañas contra Boko Haram en Nigeria. Las dos excepciones son las intervenciones estadounidenses en Irak y Afganistán, que fueron apoyadas por la mayoría de los aliados musulmanes de EE. UU. Del resto de conflictos, solo dos —Nigeria y Ucrania— podrían ajustarse a la narrativa del choque de civilizaciones, siempre y cuando adoptáramos un enfoque reduccionista centrado en la religión y obviáramos las semejanzas culturales entre nigerianos del norte y del sur. Respecto a Ucrania, Huntington preveía la partición del país a medio plazo por motivos religiosos —católicos en la zona occidental y ortodoxos en la oriental—, pero aseguraba que la violencia entre rusos y ucranianos era improbable y que seguramente el país permanecería unido.” (Salamanca, 2017).

Existen muchos otros casos de neto carácter geopolítico, que demuestran que el concepto de “choque civilizatorio” es tremendamente reduccionista y netamente encubridor de las relaciones de poder que se dan entre los Estados y en el seno de éstos. Ejemplos sobran; la “crisis de Venezuela” es el más claro en la “civilización latinoamericana”, que involucra a gobiernos de la misma civilización, como el de Colombia y otros que reconocen al autoproclamado presidente J. Guaidó. A su vez, son clarísimas las incidencias de EEUU contra el gobierno de Nicolás Maduro, tanto a través de sanciones económicas, como en incursiones militares fallidas. (8)

En otras longitudes, el conflicto en Siria es otro claro ejemplo de Geopolítica que nada tiene que ver con el “choque de civilizaciones”.

El capital se ha cansado de demostrar su carácter global. Todas las denominaciones, que conllevan consigo un posicionamiento ideológico como “Imperialismo”, “Globalización”, “Mundialización”, “Interconectividad mundial”, “Interdependencia”, etc, hacen referencia a aquél carácter. El funcionamiento del actual orden económico mundial, puede hacer que personas que no se entiendan o no se conozcan, puedan compartir acciones en una bolsa financiera o cotizar en el mercado mundial. Poco importa la “civilización” a la que pertenezcan.

“Más Marx, menos Occidente”, decían los jóvenes universitarios chinos en 2017, que protestaban contra reformas educativas que consideraban pro capitalistas. “Xi se dirigió a ellos para manifestarles su apoyo”. (Louis: 42)


Notas al pie

1- https://elpais.com/sociedad/2020/04/09/actualidad/1586437657_937910.html

2- El concepto de países o territorios satélites fue muy utilizado durante la Guerra Fría. Uno de los casos más simbólicos es la “Crisis de los Misiles”, desarrollada en territorio de Cuba, en octubre de 1962.

3- Está compuesto por 5 miembros permanentes con derecho a veto; EEUU, Reino Unido, Francia, Rusia y China.

4-  Página/12 (26 de septiembre de 2009). «El país – Bienvenidos al club. www.paginca12.com.ar.

5- Habría que profundizar en el concepto de “geopolítica como verdadera geografía fundamental”. A priori, parecería ser confuso para los desafíos de la Geografía hoy (2020), aunque en el contexto y el desarrollo de la obra de Lacoste queda claro a lo que se está refiriendo.

6-HUNTINGTON, Samuel P. The clash of civilizations and remarking of world order, 1 edición editada en 1997 en Nueva York por Simon and Schuste

7- Por si algún despitado; es una ironía, caricaturización del discurso que lamentablemente terminan siendo por el estilo en políticos y presidentes.

8- Véase todo lo relativo a la llamada operación “Gedeón”; https://www.resumenlatinoamericano.org/2020/05/20/venezuela-por-mar-por-tierra-y-por-aire-los-piratas-de-trump-atacan/

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