Nación Mapuche. “Para el mapuche la prisión significa un doble castigo, físico y espiritual”: Alberto Curamil

Jordi Campabadal Graus / Resumen Latinoamericano, 4 de junio de 2020

Alberto Curamil (Ercilla, 1977) fue absuelto el paso mes de diciembre del año 2019, junto a Álvaro Millalén, de varios delitos relacionados con un robo, por los que la Fiscalía chilena pedía hasta casi cincuenta años de cárcel. Curamil, quien siempre denuncio ser víctima de un montaje, paso quince meses en prisión esperando a que se celebrara el juicio.

Fue durante ese periodo, cuando el líder mapuche recibió el premio Goldman, considerado el Nobel de la defensa del medio ambiente, con el que se ha reconocido la lucha de numerosas activistas como Berta Cáceres o Francia Márquez. En palabras de la Fundación Goldman, se trata de “héroes a nivel de base, que realizan acciones extraordinarias para proteger la naturaleza, muchas veces enfrentando graves riesgos personales”.

Su hija mayor, Belén, viajó para recoger el premio en nombre de su padre, quien en esos momentos se encontraba preso en la cárcel de Temuco. Con esta distinción se reconocía la lucha que Curamil, como integrante la organización Alianza Territorial Mapuche, había llevado a cabo a lo largo de la última década en defensa del río Cautín, ante diversos proyectos hidroeléctricos.

Hemos conversado con el Lonko —líder tradicional— Alberto Curamil, quien se encuentra en el territorio mapuche Lof Radalko (Comuna Curacautín), sobre su experiencia en la cárcel, la actual situación de los presos políticos mapuches, la lucha en defensa su pueblo y territorio, así como su postura ante la revuelta que empezó en Chile en octubre del año 2019.

¿Cómo recibiste la noticia de tu absolución? ¿Te lo esperabas?
La prisión y el proceso que sufrimos fueron una persecución política como respuesta a las movilizaciones en defensa de nuestro territorio. Nosotros teníamos plena seguridad de nuestra inocencia, pero muchas dudas sobre cual iba a ser el veredicto del tribunal. El impacto que sentí al recibir la noticia de la absolución fue muy fuerte, el pecho me ardía. No obstante, si bien Álvaro Millalén y yo fuimos absueltos, hubo dos otros compañeros que fueron condenados (José Cáceres y Víctor Llanquileo) y eso me genero sentimientos encontrados. Cuando uno de ellos, que pertenecía a mí misma comunidad, se acercó a felicitarme, sentí que ya todo estaba bien. La lucha por nuestro territorio debía continuar.

¿Cómo viviste tu experiencia en la cárcel? 
Tengo claras mis convicciones y las razones de por qué estamos luchando. Cuando me tocó estar en la cárcel por este motivo, la enfrenté con la moral siempre en alto. En ningún momento estuve deprimido. Junto a otros compañeros mapuches, que también estaban presos en la misma cárcel, nos ayudamos y apoyamos siempre. A pesar de que todos estábamos allá por distintas causas, nos unía la reivindicación de la nación mapuche. El compañerismo y compromiso entre nosotros fue lo que me mantuvo fuerte a lo largo de todo mi encierro.

Recibiste el reconocimiento del premio Goldman estando preso, ¿Qué significo para ti en ese momento?
En esos momentos yo solo pensaba en mi libertad, el principal objetivo de cualquier preso político mapuche. A pesar de esto, recibir este reconocimiento estando en la cárcel, así como todo lo que esto significó, fue muy fuerte emocionalmente. El hecho de que quien tuviera que recogerlo fuera mi hija mayor, Belén, así como todo el trabajo y organización que llevo a cabo mi comunidad, me genero mucha emoción e impotencia por no poder estar ahí.

“Si dañan la naturaleza, el pueblo mapuche siente ese dolor porque en ella está implicada nuestra espiritualidad”

El premio Goldman se otorga defensores del medio ambiente, en tu caso fue por la lucha contra dos proyectos hidroeléctricos y la protección del río sagrado Cautín, ¿Cuál es la relación del pueblo mapuche y la naturaleza?
Los mapuches somos parte de la naturaleza. Nuestros ancianos y ancianas, que son un pilar fundamental de la nación mapuche y de su vida, dicen ngenkülelaiñ, iñchiñ may ta mapu ngeiñ, es decir, nosotros somos gente la tierra, somos parte de ella. Si dañan la naturaleza, nosotros sentimos también ese dolor, porque en ella está implicada nuestra espiritualidad.

Actualmente, hay varios de los presos políticos mapuches en cárceles chilenas que están llevando a cabo protestas por su situación, ¿Qué nos puedes decir sobre eso?
En estos momentos hay varios presos políticos llevando a cabo huelgas de hambre en las cárceles situadas en Wallmapu. Entre ellos está el Machi Celestino Córdoba, con el que compartí encierro en la cárcel de Temuco. Su caso es especialmente preocupante porque se encuentra deteriorado de la salud debido a otra huelga que realizó anteriormente.

El Estado chileno y su gobierno castigan severamente nuestra lucha mediante la imposición de penas muy altas. Una de las demandas de nuestros presos es que sean trasladados a centros de reclusión abiertos, donde tengan contacto con la naturaleza, con el sol y puedan ejercer su espiritualidad. Para el mapuche la prisión significa un doble castigo, físico y espiritual.

Desde que saliste de prisión, ¿ha continuado la persecución contra tu persona?
La persecución se mantiene prácticamente veinticuatro horas al día, no solo contra mi persona, si no contra todos los hermanos que se movilizan. Recientemente fui retenido en el marco de una protesta que estaba llevando a cabo el pueblo pewenche, con el fin de poder tomar el control de su territorio e implementar las medidas necesarias ante la pandemia que estamos padeciendo a nivel mundial. Los Carabineros me retuvieron con el objetivo de que yo no pudiera acompañar esa movilización. La actual militarización de los territorios no responde a criterios sanitarios tal como asegura el presidente Piñera, sino a la protección de los intereses de determinados empresarios.

¿Cómo empezó tu toma de conciencia y lucha por los derechos de la nación mapuche?
Desde pequeño mi vida ha estado marcada por lucha de mi pueblo. Mis padres y abuelos siempre tuvieron un rol importante en la comunidad, implicándose en lo cultural y en la defensa del territorio. A pesar de que nosotros no tenemos todo su conocimiento ancestral, mantenemos la fuerza para continuar con el movimiento y la lucha por la vida. Es lo que hoy me toca asumir personalmente como Lonko, es decir, como la cara visible de una familia y un territorio.

¿Cuál es la situación en los territorios mapuche desde la muerte del comunero Camilo Catrillanca por un disparo de la policía chilena en el año 2018?
La nación mapuche vive en un conflicto permanente con el Estado chileno por un territorio usurpado que nos pertenece. El Estado viola nuestro derecho a la vida y a existir. Hay empresas que se apoderan de los bosques y del agua, privatizada en su momento por un gobierno militar. Esto tiene sus consecuencias, como la muerte de Camilo Catrillanca o como la existencia de prisioneros políticos y la persecución. Las fuerzas policiales desplegadas en nuestros territorios ejercen violencia contra las comunidades. Cuando realizan desalojos no hay distinción, golpean a quien sea, mujeres y niños incluidos.

“Nuestra lengua, el mapudungun, es un elemento muy importante para seguir reivindicando la nación mapuche”

La conservación de vuestra lengua, el mapudungun, ¿forma parte de esta lucha?, ¿Qué papel juega la escuela en esto?
En un sistema colonizador la escuela no es más que un instrumento al servicio de este. El mapudungun se encuentra en peligro de poder desaparecer y nuestro desafío es recuperarlo. En Wallmapu hay una parte importante del movimiento trabajando en ello. La lengua es un elemento muy importante para seguir reivindicando nuestra nación mapuche.

En lo personal, afortunadamente con mi esposa tenemos un buen conocimiento de nuestro idioma y lo utilizamos de forma habitual entre nosotros. Conservarlo es un trabajo que realizamos constantemente, también en casa, enseñándolo a nuestros hijos para que no se pierda.

¿Por qué crees que el Estado chileno teme tanto al pueblo mapuche?
Nosotros siempre hemos sido el muro contra el que Gobierno y empresarios han topado a la hora de explotar los recursos naturales en Wallmapu. La defensa de la tierra y lo ríos es parte de nuestra identidad y cosmovisión. Nuestra salud depende de ello. Si nos temen es porque somos una amenaza para los intereses de las empresas transnacionales y las industrias extractivas.

Si nos temen es porque somos una amenaza para los intereses de las empresas transnacionales y las industrias extractivas

¿Cuál es la visión del pueblo mapuche respecto al Estado? ¿Crees que un Estado propio podría ser una solución al conflicto?
Hay muchas posiciones distintas y legitimas respecto a este tema. No obstante, es importante señalar que cuando el mapuche habla de un Estado no lo hace refiriéndose al modelo imperante en la mayoría del mundo, con su constitución y el resto de las instituciones que ya conocemos. Nosotros tenemos nuestro propio ordenamiento y forma de entender el territorio. Nuestro Norte no es el norte común que utiliza el mundo occidental, para nosotros el Norte es la salida del sol, donde se inicia el día, la fuerza y la energía.

¿Cuál es tu postura ante a la revuelta que se vive en Chile desde octubre del año 2019, de la que la bandera mapuche se ha convertido en uno de sus símbolos?
La bandera Wenufoye es un símbolo de lucha y resistencia dentro de la revuelta. Los mapuches coincidimos en la denuncia de muchas de las injusticias contra los que se da este levantamiento popular y además tenemos un enemigo común: el Gobierno capitalista al servicio de los empresarios y sus intereses. Ahora bien, nuestro pueblo tiene una forma propia de organizarse en los territorios usurpados. Considero que no deberíamos participar en el proceso de cambio constitucional, ya que el Estado chileno nos es ajeno. Queremos que se nos reconozca como nación con un territorio propio y que se ratifique el Tratado de Tapihue, mediante el cual se reconoció la independencia del pueblo mapuche en 1825.

FUENTE: desInformemonos

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