Cuba. Las luces de la Revolución en las montañas

Cuba, Abel Reyes Montero, Resumen Latinoamericano, 2 de junio del 2020

El 2 de junio de 1987 fue creado el Programa de Atención al Desarrollo Integral de las Regiones Montañosas, conocido como Plan Turquino, en alusión a la elevación más alta de la Isla. Esta iniciativa de la Revolución se encaminó, desde entonces, a priorizar los esfuerzos que, en tal sentido, se venían realizando, a partir del triunfo rebelde en enero de 1959, por el desarrollo económico y social de los territorios montañosos cubanos, así como para reforzar la defensa  del país y contribuir a la conservación del medioambiente.

Antes del triunfo de la Revolución, muchos de quienes habitaban las montañas de Cuba vivían en condiciones de aislamiento y precariedad casi absolutas. El abandono de los gobiernos de turno y las condiciones naturales impedían a muchos pobladores descender de las lomas, atenderse las dolencias en un punto médico que no quedara a decenas de kilómetros, asistir a la escuela o ir al cine.

Los guerrilleros, lidereados por el joven Fidel Castro Ruz, convivieron con muchos de esos pobladores durante la lucha insurreccional a finales de la década de los 50 del siglo pasado. En esos años tomaron la firme determinación de cambiar las condiciones de vida en la montaña, la zona del campo más pobre de todo el país, como reconoció el Jefe de la Revolución en un discurso en la Sierra Maestra, el 17 de mayo de 1959, cuando se proclamó la Ley de Reforma Agraria.

Con el Plan Turquino se comenzaron a sistematizar los esfuerzos para impulsar el desarrollo económico, político y medioambiental de esos territorios.

De acuerdo con Sergio Páez Díaz, especialista superior del departamento de atención al Plan Turquino del Ministerio de la Agricultura, este integra a 11 provincias, 54 municipios, más de 300 consejos populares, y abarca una extensión territorial de 22 877 kilómetros  cuadrados. En las montañas cubanas reside aproximadamente el 12 % de nuestra población, y el índice boscoso de las zonas comprendidas en el Plan es de 51,1 %, por lo que el desarrollo sostenible de las montañas es la clave para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.

Geográficamente comprende cuatro macizos montañosos: Guaniguanico, en la provincia de Pinar del Río; Guamuhaya, en las de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus (antigua región Escambray); Sierra Maestra, que incluye territorios de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, y el Nipe-Sagua-Baracoa, al norte de las provincias de Holguín (Sierra Cristal) y Guantánamo.

También la Ciénaga de Zapata, en la provincia de Matanzas, está reconocida como Parque Nacional y actualmente respaldada jurídicamente por el Decreto 197/96 del Plan Turquino, que declara al área como Región Especial de Desarrollo Sostenible.

Condiciones de «altura»

En estos territorios –comentó el especialista– se desarrollan actividades agropecuarias, forestales y de aseguramiento, en las que participan todos los organismos de la Administración Central del Estado, los cuales cuentan con un programa priorizado para el desarrollo del Plan Turquino.

«Para el programa cafetalero, por ejemplo, se han instalado más de cien despulpadoras ecológicas, porque uno de los principales problemas de la montaña era  el alto nivel de contaminación, a consecuencia del uso de las despulpadoras tradicionales, que utilizaban mucha agua, y los residuales se vertían a los ríos y cañadas», expresó.

Respecto a este rubro, el directivo añadió que, luego de la depresión que sufrió la producción cafetalera de la Mayor de las Antillas durante el periodo especial, se aprobó en 2019 un programa de desarrollo integral de este renglón hasta 2030, que incluye la utilización de tecnología vietnamita para revitalizar las plantaciones del grano en la montaña, la premontaña y el llano, de manera que el país pueda lograr el autoabastecimiento de café.

Asimismo –dijo– se implementan programas para rubros de interés económico como el cacao y el coco. Además, refirió que el índice boscoso que exhibe actualmente el área montañosa del país, da fe de una estrategia de reforestación acertada y consecuente.

Sergio Páez Díaz afirmó que la apicultura mantiene un ritmo productivo alto, con producciones de miel totalmente ecológica, que le añade valor a este rubro en el mercado internacional.

Otro punto destacable en las acciones acometidas dentro del Plan Turquino es la electrificación de zonas intricadas.

De acuerdo con el especialista, el 99,6 % de las viviendas que comprende este esfuerzo han sido favorecidas por el Sistema Electroenergético Nacional, grupos electrógenos o celdas fotovoltaicas, con un desarrollo incipiente de las minihidroeléctricas. De igual forma, el Ministerio de Energía y Minas garantiza el 100 % de los combustibles para las cocinas y la refrigeración.

«Todos los años se realizan más de cien acciones de rehabilitación de redes hidráulicas, fuentes de abasto de agua, y se instala un número considerable de hipocloradores», agregó.

Además, se ha trabajado por la empresa Radiocuba en la eliminación de zonas de silencio para viabilizar la captación de señales de radio y televisión. De igual modo, se incrementa el acceso a las comunicaciones en sus diferentes formas, desde la telefonía fija, hasta el mejoramiento de la cobertura para el uso de celulares y el incremento de las zonas wifi.

En el ámbito de la transportación, también se ha avanzado para bien de la comunidad inscrita en el Plan. Según Páez Díaz, recientemente se realizó una compra significativa de camiones para  los usos de carga general, pasajeros y escolares, los cuales ofrecen servicios en rutas intrincadas, algunas de las cuales no funcionaban desde hace más de 15 años.

También en lo concerniente al ámbito social, se reabrieron más de cien escuelas, y se mantienen activos todos los consultorios, policlínicos y hospitales de la montaña. Asimismo, la red de farmacias prioriza la venta de medicamentos a los pobladores comprendidos en el Plan.

Todas estas facilidades, unidas al incremento de los precios de los productos contratados a los lugareños y a la cantidad de tierras en usufructo otorgadas por el Estado, han ralentizado las migraciones de montañeses hacia zonas más urbanizadas.

Sin embargo, el especialista señaló que se trabaja en solucionar las dificultades que persisten en las regiones escarpadas.

LA CULTURA Y TRADICIONES DE NUESTRAS LOMAS

La Revolución no solo centró sus esfuerzos en el desarrollo económico de las zonas del Plan Turquino, también impulsó la cultura, el deporte y la recreación y, además, conservó las tradiciones.

Junto con el impulso a grupos y compañías de teatro, danza, música y de las artes, tanto visuales como de la plástica y escénicas, ha tenido en cuenta el rescate y estudio de sus raíces.

Estos parajes son reservas excepcionales de tradiciones culturales, como las que produjo la llegada a Cuba de la inmigración de miles de colonos franceses y franco-haitianos con sus esclavos africanos y criollos a inicios del siglo xix, durante la Revolución de Haití.

Estas migraciones aportaron nuevas manifestaciones culturales, cuya trascendencia llega hasta nuestros días. Las Ruinas de los Cafetales Franceses, localizadas en las estribaciones de la Sierra Maestra, al este y oeste de Santiago de Cuba, y la región de Guantánamo, son ejemplos de valor histórico, arquitectónico y arqueológico de esa zona perteneciente al Plan Turquino.

Las montañas han sido los espacios naturales donde se ha tejido buena parte de nuestra historia, escenario principal de la última etapa de la gesta libertaria de Cuba, y actual retaguardia de un país que ha decidido preservar la naturaleza en hermandad con el hombre y la mujer que la habitan.

PRECISIONES

La Comisión Nacional del Plan Turquino tiene, como funciones principales:

  • Controlar las políticas aprobadas a los organismos de la Administración Central del Estado para la actividad del Plan Turquino;
  • Coordinar los esfuerzos de todos los organismos de la Administración Central del Estado, órganos del Poder Popular, organizaciones sociales, de masas, entidades económicas, científicas y educacionales en este esfuerzo;
  • Promover el desarrollo sostenible y la protección de los ecosistemas, así como las actividades de reforestación;
  • Propiciar el desarrollo e introducción de las actividades científicas y técnicas, así como de innovación y racionalización, para garantizar el desarrollo integral de estos territorios;
  • Promover la producción cafetalera, cacaotera, apícola, forestal, de frutales, plantas medicinales y flores, así como la producción de équidos y otros renglones agropecuarios y servicios asociados a la economía de los territorios montañosos;
  • Contribuir al mejoramiento y mantenimiento sistemático de las condiciones sociales y de vida;
  • Brindar apoyo a las tareas de la defensa y el orden interior;
  • Controlar el cumplimiento de las acciones para la prevención y enfrentamiento al delito, las ilegalidades y las indisciplinas sociales. Tomado de Granma (Colaboración de RC)

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