Bolivia. Del “quédate en casa” a “sálvese quien pueda”!

Por Camilo Katari*, Resumen Latinoamericano, 31 mayo 2020.-

No puede ser que los bolivianos y bolivianas, que supuestamente no tenemos “alma de esclavos”, hayamos soportado por más de 70 días con bastante disciplina una cuarentena, mientras el gobierno continúa cometiendo los atropellos más perversos a los derechos humanos.

Las señales que hemos recibido del gobierno de facto, las fue acatando el pueblo como si fueran animalitos sumisos que los llevan de un lado a otro, en muchos casos sin saber cuál sería el destino final. Dicen respetar la constitución, pero la violan las 24 horas del día; nos dicen que protegen nuestra seguridad y nos inician una guerra psicológica, sacando a soldados, fuertemente armados a las calles.

Las consecuencias del desastre en enfrentar la crisis de salud pública, se evidenciarán con mayor fuerza en lo que va estos próximos meses, porque con medidas improvisadas ni un plan serio y planificado, no ha sido posible responder a las demandas de la salud, que hoy padecen miles de miles abandonados a su suerte como lo que ocurre en Beni y Santa Cruz.

¿Cómo es posible que no se utilice un hospital, tal vez el más grande del sur del país, de la ciudad de Potosí? Y porque tenía los colores del MAS no se utilizó otro hospital de tercer nivel como es el de Montero, que tras el aumento de la pandemia, recién se dan cuenta que era necesario contar con un nosocomio que reúne todos los requerimientos para esta emergencia.
Su estrechez del significado de la política como el depositario del bien común, le ha llevado a negar la existencia de hospitales y centros de salud existentes, para que funcionen como centros de atención exclusiva a los sospechosos y a los portadores del virus. No puede aceptar que sí hubo inversión en hospitales, sostener una mentira a costa de la vida de seres humanos nos demuestra la talla de los gobernantes.

Ahora que tienen al enfermo en peor estado (por los datos de infectados y muertos que suben cada día) el gobierno se desentiende y echa a rodar medidas para el “sálvese quien pueda”, como anunciando que se vendrá una hecatombe sin proporciones y que no está en posibilidades de contenerlo.

Para colmo de males se hicieron la burla en nuestras narices cuando vimos como un ministro autorizaba el traslado de la hija de Añez a celebrar un cumpleaños y otra ex miss se da el lujo de pasear el país con el mismo fin, mientras una gran parte de los bolivianos seguía el libreto gubernamental del “quedarse en casa” y no salir a protestar.

Pero hay más de las incoherencias cuando otra vez lanza medidas que, desde cualquier lente critico no se acomodan a la coyuntura real de nuestro país que vivirá su “flexibilización”, como señal de respiro para acomodarse a un nuevo tiempo, que podía haberlo vivido hace más de 30 días.

El gobierno se lanzó hace un par de semanas duramente contra las protestas de los vecinos de Kara Kara, de barrios de Trinidad, de Santa Cruz o de El Alto por la famosa flexibilización, estigmatizando su accionar y reproduciendo conductas raciales desde discursos de las autoridades que criminalizaron a los movilizados en tiempo de cuarentena.

De esta manera, el gobierno de Áñez, buscaba un chivo expiatorio para arremeter con una estrategia discursiva para inflar un ambiente de tensión, y así tener una cortina de humo que distraiga a la opinión pública de los casos de corrupción que enlodan más a la actual gestión gubernamental.

Las protestas calificadas de ‘políticas’, anunciaron una demanda que este gobierno no supo responder, ya que los bonos entregados solo fueron un gesto de alivio, no una respuesta a su demanda cotidiana de pan. La lucha por el pan es pues política, por lo tanto como derecho está garantizado en la CPE, específicamente en el artículo 26, y en sus aspectos generales en los artículos 14, 21 y 22; quién altere estos derechos se encuentra actuando al margen de la CPE.

El pueblo obediente de la ley ha soportado el encierro, las privaciones, mientras cada vez que el pueblo se levantaba para protestar había cortinas de humo para desviar la atención, pero ya está llegando a los límites de la tolerancia y no será la pandemia que logre frenar la protesta y la rebelión popular.

Quizás por estas razones los sonidos de los pututus, de cacerolazos siguen haciendo eco por dondequiera. Y si en este tiempo de flexibilización volverán las protestas, no solo será por el hambre, será también por democracia que el pueblo demanda que se llame muy pronto a elecciones!

*Camilo Katari, es escritor e historiador potosino.

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