Argentina. Observatorio gremial. 1.600 millones de trabajadores de la economía informal se encuentran afectados por la crisis global/ Gestión obrera en tiempos de pandemia/ En Clarín se reparten $800 millones, pero paga sueldos en cuotas/ Poner el cuerpo a la pandemia

Resumen Latinoamericano*/ 30 de abril 2020 .—

1.600 millones de trabajadores de la economía informal se encuentran afectados por la crisis global

1.600 millones de trabajadores de la economía informal se encuentran afectados por la crisis global

El Observatorio de la Organización Internacional del Trabajo: El COVID-19 y el mundo del trabajo. Tercera edición, presentó un informe donde se estimó que los sectores más vulnerables del universo laboral mundial, aproximadamente 1.600 millones de trabajadores de la economía informal, se encuentran “muy afectados por las medidas de  confinamiento y/o por trabajar en los sectores más afectados”. 

“Se estima que el primer mes de la crisis dio lugar a una disminución del 60 por ciento de los ingresos de los trabajadores informales a nivel mundial. Por región, la disminución prevista es mayor en África y América Latina, del 81 por ciento.  En lo que se refiere a los grupos de ingresos, es del 82 por ciento en los países de ingresos más bajos y de ingresos medios-bajos, del 28 por ciento en los países de ingresos medios-altos y del 76 por ciento en los países de ingresos altos”, se indicó en el informe presentado este miércoles.

Asimismo se precisó que la “tasa de pobreza relativa, definida como la proporción de trabajadores cuyos ingresos mensuales son inferiores al 50 por ciento de la mediana de los ingresos de la población, debería aumentar de al menos 34 puntos porcentuales para los trabajadores informales en el mundo, de 21 puntos porcentuales en los países de ingresos medios-altos y de 56 puntos porcentuales en las economías de ingresos medios-bajos”.

Las estimaciones indicaron que las regiones más afectadas, producto de la crisis generada por la pandemia de coronovirus, son América Latina con un 12, 4 por ciento de pérdida de horas de trabajo y Europa y Asia Central con un 11,8 %. Vale aclarar que las variables analizadas por la OIT no contemplan particularidades específicas de los países en emergencia. Esta generalización provee una visión global de universo laboral  y de los agentes en riesgo.

En este contexto, según se indicó en el documento, existen 436 millones de empresas que afrontan el riesgo de interrupción de la actividad: “Estas empresas pertenecen a los sectores de la economía más afectados, incluidas unas 232 millones pertenecientes al comercio mayorista y minorista, 111 millones, a las manufacturas, 51 millones, a los servicio de alojamiento y servicio de comida, y 42 millones al sector inmobiliario y otras actividades comerciales.

” La OIT pone de manifiesto la urgencia de adoptar medidas políticas dirigidas a proteger tanto a las empresas, en particular las pequeñas, como a los trabajadores, sobre todo los que operan y trabajan en la economía informal” manifestaron desde la organización internacional y agregaron que “el apoyo a los ingresos para los trabajadores y las empresas que operan en la economía informal es esencial a fin de prevenir que se hundan aún más en la pobreza”. 

Desde la OIT concluyeron que  es ” probable que el impacto de la pandemia sea desigual, aumentando significativamente las vulnerabilidades y las desigualdades. En la fase de recuperación, debería prestarse mayor atención al fortalecimiento de las políticas de empleo a fin de apoyar a las empresas y a los trabajadores, junto a instituciones del mercado laboral más fuertes y sistemas de protección social integrales que cuenten con los recursos necesarios, incluidas las políticas y la infraestructura del cuidado, que intervienen automáticamente y de manera

inclusiva cuando ocurren las crisis”. 

Lo que se puede inferir de este informe es que el arrastre de los modelos centralizados en las expectativas rentísticas del mercado han conducido a la precariedad a millones de trabajadores en el mundo. El neoliberalismo globalizado ha sido una fábrica permanente de pobre y de muerte. Bajo la égida del individualismo  y de la conformación de sociedades de hiper-rendimiento, ancladas en la meritocracia, se ha plasmado la destrucción del empleo digno y del trabajo como eje articulador del desarrollo en comunidad. Queda, entonces, en claro que la solución no es más liberalismo, sino la conformación de una Comunidad Organizada mundial que rompa la articulación de este paradigma nefasto se ha cobrado la vida de millones y millones de personas. El mercado ha fracasado en todas su formas, es hora de recuperar la ética de la persona y el valor esencial del trabajo como elemento determinante para fomentar la Justicia Social.

Gestión obrera en tiempos de pandemia

Fábrica bajo gestión obrera Chilavert. Foto: Germán Romeo Pena

El aislamiento social, preventivo y obligatorio implementado por el gobierno nacional para disminuir la propagación del COVID-19 ha tenido un impacto contundente en la esfera productiva, sobre todo en aquellas fábricas que han sido recuperadas por sus trabajadores. Bajo una la lógica económica alternativa a la del capital, muchas de las empresas recuperadas se mostraron dispuestas o han decidido directamente reconvertirse, pasando a producir algunos de los bienes y servicios que hacen a las necesidades populares y del sistema de salud en este momento crítico. En medio de la crisis sanitaria, los obreros han desarrollado estrategias de producción que contienen un sentido de profunda solidaridad de clase, pero que requieren de la atención de organismos estatales para poder funcionar, los cuales por ahora se han mostrado ausentes. Producir bajo gestión obrera en tiempos de coronavirus es una lucha diaria por subsistir. Por Leticia Corral (ANRed)*.


Las fábricas recuperadas en Argentina constituyen una particular experiencia de la clase trabajadora. En numerosos países de Latinoamérica, como Brasil, Uruguay, Venezuela, etc. y de Europa, como Italia, Francia y Grecia, e incluso en los Estados Unidos, el ejemplo argentino ha servido para potenciar procesos de recuperación en empresas que cierran o son vaciadas por sus patrones.

En nuestro país, estas empresas han adoptado en su gran mayoría la figura legal de cooperativa de trabajo. La denominación de “recuperadas” viene dada por los propios trabajadores del sector, asociándose al objetivo de recuperar el trabajo dejado de lado por la antigua patronal.

Según datos recabados por el Programa Facultad Abierta – Centro de Documentación de Empresas Recuperadas de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, a fines de octubre del 2018  las empresas recuperadas eran 384 en todo el territorio nacional, ocupando a 15.525 trabajadores y trabajadorasDe este total, 37 habían surgido con posterioridad al cambio de gobierno, es decir durante el mandato de Mauricio Macri y en condiciones extremadamente difíciles. Algunas de estas empresas aún se encuentran en etapa de ocupación, luchando para estabilizar la cooperativa y retomar la producción.

Hoy funcionan más de 400 empresas de este tipo, dando lugar a más de 18.000 puestos de trabajo autogestionado, repartidos en los más diversos rubros de la industria nacional. A su vez, el movimiento de fábricas recuperadas supo asociar el resurgir del ámbito laboral con un entramado social que permitió albergar y desarrollar espacios populares de acceso a educación, cultura, cuidados, formación e inclusión. Así, junto y dentro de las fábricas crecieron centros culturales, bachilleratos populares, centros de salud, salas teatrales y radios, entre otros espacios.

Las empresas recuperadas desde el derrumbe económico del 2001 se encaminan hacia las dos décadas de autogestión en medio de una crisis desatada inicialmente por las políticas de los últimos cuatro años, que incluyen tarifazos, apertura de importaciones y devaluación. Coyuntura que se agrava en la actualidad con la parálisis total de más del 80% de estas unidades productivas por las medidas de aislamiento social.

Producir en medio de la pandemia

En este contexto, en distintas empresas y ramas de la economía, se están desarrollando conflictos protagonizados por trabajadores, delegados y organizaciones sindicales, que ponen en cuestión qué actividades deben ser consideradas “esenciales” en esta pandemia y cuáles no. Poniendo en discusión además cuáles son las condiciones de higiene y salubridad que deben primar en los espacios de trabajo.

En esta situación excepcional donde se exponen los intereses empresariales sobre la salud y el bienestar de los trabajadores, los obreros de empresas recuperadas debieron debatir qué se debe producir, a qué costos y en qué condiciones.

Inmediatamente después de la declaración de la emergencia sanitaria, muchas de las fábricas  recuperadas se mostraron dispuestas o han decidido directamente reconvertirse, pasando a producir algunos de los bienes y servicios que hacen a las necesidades populares y del sistema de salud como por ejemplo alcohol en gel, envases para alcohol en gel, barbijos, mascarillas, etc. Otras tantas continúan sosteniendo espacios vitales para las necesidades de los barrios y comunidades como los comedores y ollas populares.

Sin embargo, todas estas estrategias que tienen a conformar redes solidarias entre trabajadores sólo pueden subsistir con la atención del estado. A pesar de la creación de una Dirección Nacional de Empresas Recuperadas, en la órbita del Ministerio de Desarrollo Social, y del paso del INAES al Ministerio de Producción; el estado sigue sin evitar los desalojos, o impedir los cortes de suministro de energía, medidas que no son contempladas. La gravedad de la situación empeora el presente crítico de muchas empresas recuperadas, con riesgo de quiebras generalizadas y a sus trabajadores enfrentando la pérdida de sus derechos y su salario.

“Nosotros podemos producir muebles para hospitales”

Trabajadores de la fábrica Gotan Trading del Parque Industrial de Burzaco, empresa metalúrgica que fue cerrada por sus dueños el año pasado, dejó sin trabajo, sueldos y aguinaldo a todos sus empleados. Los obreros decidieron luchar por sostener la fábrica, y hoy tejen estrategias para sobrevivir en medio de la crisis sanitaria. En este marco de carencias y falta de infraestructura, uno de los trabajadores afirma: “nosotros podemos producir muebles para hospitales”.

El objetivo manifestado por los trabajadores de la ex-Gotan Trading es autogestionar la producción y formar una cooperativa, para ello solicitan el apoyo al municipio pero las respuestas de los funcionarios no llegan y las propuestas de los productivos no prosperan, aún teniendo las herramientas y las condiciones para producir.

Fotos: Germán Romeo Pena

“Estamos haciendo barreras sanitarias, y las estamos publicando por Mercado Libre. Comenzamos hace poco porque nadie nos tiró una línea en la iniciativa de hacer mobiliario hospitalario. Ningún municipio nos tiró una soga y ni nos dijo cuáles son los requerimientos. Nuestra situación es crítica porque sólo estamos cobrando el fondo de desempleo que son cinco mil pesos. La patronal presentó quiebra estafándonos y no recibimos ningún tipo de ayuda. Si no trabajamos obviamente no cobramos, no estamos bajo patrón y eso se nos complica. Estamos yendo a la fábrica y nos turnamos con los compañeros, aunque no podemos trabajar en la planta porque no tenemos los permisos, pero nos gustaría poder comenzar a producir las barreras sanitarias. De parte del municipio no tenemos respuestas, llamamos y no nos atienden, este es nuestro panorama. Sí nos ayudan compañeros de distintas organizaciones con el tema de la mercadería para garantizar nuestra comida y nada más que eso”, explica un trabajador de la ex-Gotan Trading.

“Esto de las barreras sanitarias se le ocurrió a un compañero” agregó, “estamos tratando de publicarlas y tener una entrada económica. Por supuesto que priorizamos la salud y estamos haciendo guardia en la fábrica. No estamos yendo todos y no estamos trabajando”.

Foto: Germán Romeo Pena

Producir y resistir

“Seguramente nos encontremos, después de la pandemia, con un montón de empresas que no vuelvan a abrir, con despidos masivos y vaciamientos. Lo que estamos proponiendo es una ley que facilite la recuperación de las empresas que hoy en día está librada a la capacidad de lucha, organización y resistencia que tengan los trabajadores en las fábricas, que se hace difícil a veces. Esta ley supone que la empresa sea expropiada por el Estado y sea dada en comodato a una cooperativa de trabajadores que tenga la voluntad de continuar con la explotación”, sostiene Bruno Di Mauro, presidente de la cooperativa Farmacoop, ex laboratorio Roux Ocefa, quienes recientemente consiguieron la aprobación de la ANMAT para volver a producir y han montado una línea de producción de alcohol en gel.

A principios de marzo, bajo un convenio firmado con la provincia de Buenos Aires, los y las trabajadoras de Farmacoop se pusieron en marcha para colaborar con el abastecimiento de alcohol en gel en hospitales e instituciones públicas de salud y hacer su aporte ante la emergencia sanitaria. Mientras esperaban las habilitaciones acondicionaron la planta, adaptaron una línea de producción para elaborar el alcohol en gel, reunieron un equipo técnico con ingenieros, farmacéuticos y bioquímicos e iniciaron una campaña de financiamiento para comprar los insumos necesarios.

Foto: Laura Dalto

El trabajo es un bien muy escaso en el mundo y tenemos que defenderlo. Tenemos que defender cada puesto de trabajo en Argentina y es posible hacerlo. Hemos demostrado durante más de 20 años que con este método de lucha se puede recuperar una empresa, la pueden gestionar los trabajadores, es sustentable y rentable. A los compañeros y compañeras les diría que se organicen y se larguen a la lucha que se puede salir adelante”, alienta Di Mauro, quien, junto a sus cien compañeras y compañeros, sostuvieron la continuidad de la empresa y hoy, tras tres años de lucha, comienzan a ver los frutos.

Foto: Laura Dalto

La cuarentena “un palo en la rueda” para Canale

La larga lucha que llevaron los trabajadores de la metalúrgica Canale, para recuperar la empresa, encontró un nuevo traspié. En medio del aislamiento obligatorio, la delicada situación económica que atravesaba la cooperativa era sostenida por una parrilla en la puerta de la fábrica y una primera tanda de pedidos relacionados al rubro que habían llegado en marzo.

Foto: Germán Romeo Pena

Foto: Germán Romeo Pena

“Después de que aparecieran algunos clientes y comenzáramos a trabajar en los primeros días de marzo, llegó el coronavirus y el aislamiento social y nos partió al medio. Lamentablemente nuestra situación económica sigue siendo muy delicada por no decir catastrófica, pero siendo coherentes con las medidas tomadas decidimos cerrar la fábrica y la parrilla (hoy prácticamente nuestro único ingreso) para no exponer a nadie”, explicó Nicolás, uno de los trabajadores.

“Como la mayoría sabe”, continuó, “venimos resistiendo desde octubre de 2018 cuando fuimos despedidos sin un peso y tres meses de sueldo adeudado. Gracias a la ayuda de todos los que estuvieron hemos llegado hasta aquí pero hoy nos vemos en la necesidad nuevamente de pedir ayuda para pasar este duro momento. Ojalá todo esto pase pronto y podamos decir que el objetivo final ha sido cumplido”.

Foto: Germán Romeo Pena

Foto: Germán Romeo Pena

“Nos ayudamos entre trabajadores”

Trabajadores de la papelera Ansabo del barrio Villa La Florida, al sur del conurbano bonaerense,  y la Comisión de Mujeres de la Papelera, también se suman a la lista de fábricas recuperadas que en medio de la pandemia se encuentran tejiendo redes solidarias junto a organizaciones, políticas y estudiantiles. Su larga lucha por mantener la fuente de trabajo encuentra una nueva dificultad, que los trabajadores enfrentan con respuestas colectivas.

“Podemos producir elementos esenciales como alcohol en gel para la población, como así también los insumos básicos para producir cajas que pueden ser utilizadas para el embalaje de alimentos, medicamentos y elementos sanitarios. También ponemos a disposición el predio de la fábrica dónde podemos ayudar con alimentos a todo nuestro barrio que, al igual que nosotros y gran parte de la población, está pasando hambre”.

Foto: Germán Romeo Pena

Los trabajadores de la papelera y la Comisión de Mujeres exigen al gobierno que garantice los elementos y presupuesto necesarios para poder llevar estas propuestas adelante “Los trabajadores de las fábricas recuperadas estamos mostrando en todo el país la potencialidad que tenemos para poder ayudar en esta dura situación”.

“Bajo las medidas de la cuarentena y ante la crisis económica que se avecina creemos en la solidaridad entre los trabajadores para poder llevar la comida a casa”, explicaron los trabajadores de la papelera en la previa a las ollas populares que realizan en el predio para compartir los alimentos con las personas que lo necesiten.

Foto: Germán Romeo Pena

Foto: Germán Romeo Pena

Frente a este panorama y en este momento crucial en el que los grandes empresarios continúan recibiendo enormes subsidios, mientras despiden y suspenden trabajadores, y extorsionan para levantar la cuarentena, los y las trabajadoras de empresas recuperadas tejen redes de solidaridad y de autocuidados como posición política, que prioriza el bien común y da respuestas colectivas frente a la crisis. Sin embargo, para que los proyectos puedan prosperar, sin ser condenados a la quiebra total el estado debe dar una serie de pasos firmes para sostener a las empresas que, dirigidas por sus propios laburantes, no lucran con las necesidades populares y pueden producir y dar los servicios que el pueblo trabajador necesita.

* Esta nota forma parte de la cobertura especial “Emergencia del Trabajo” frente al COVID-19 realizada con apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo.

En Clarín se reparten $800 millones, pero paga sueldos en cuotas

La suma equivale a 12 millones de dólares, que los dueños de Clarín se repartirán la misma semana que comunicaron a los trabajadores de sus medios que recibirán el sueldo de abril en dos pagos,

Por ARI LIJALAD

Héctor Magnetto y sus socios se van a repartir 800 millones de pesos mientras le pagan el sueldo a sus empleados en cuotas. Esas ganancias son de Cablevisión Holding, la firma con la que manejan sus negocios de telecomunicaciones. Lo hacen la misma semana que anunciaron que en el Grupo Clarín, la empresa desde la cuál controlan los medios de comunicación, abonarán los salarios de abril en dos partes. A esto hay que sumarle, como reveló El Destape, los 300 millones de dólares que repartieron de las ganancias de Telecom, cuya controlante es Cablevisión Holding.

“De acuerdo a lo aprobado en la Asamblea General Anual Ordinaria de Accionistas celebrada el 29 de abril de 2020, a partir del 13 de Mayo de 2020 se procederá al pago de los dividendos en efectivo correspondientes al ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2019 por un monto total de US$ 12.000.000 (Dólares Estadounidenses doce millones) en dólares de libre disponibilidad sobre la plaza bancaria de Nueva York, equivalentes a $800.940.000”, dice el documento enviado por Cablevisión Holding a la Comisión Nacional de Valores (CNV).

La nota ante la CNV especifica que los accionistas recibirán sus dividendos en dólares salvo que indiquen lo contrario. Los 4.977 empleados que el Grupo Clarín consigna como “colaboradores” en sus estados contables no tendrán esa suerte. Si los repartieran en partes iguales a cada trabajador le tocarían 160.928 pesos. Es solo un ejercicio matemático para mostrar la magnitud de las ganancias que se repartirán principalmente entre Magnetto, los hijos apropiados por Ernestina Herrera de Noble, Lucio Pagliario, José Aranda y el fondo Fintech del fantasma mexicano David Martínez.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

El dato demuestra que, tal como informó El Destape, en Clarin no se trata de un problema de dinero sino de una demostración de poder y de mover un mojón cultural para correr la frontera hacia un país de sueldos más bajos.

El Destape informó que los trabajadores de Clarin cobrarán el 60% del sueldo el 5 de mayo con un mínimo de $30.000 y el 40% restante el 22 de mayo. En el comunicado que recibieron de la Gerencia de Capital Humano dice: “debido a las grandes dificultades que estamos afrontando y que son de público conocimiento, nos vemos en la obligación de realizar una modificación en la modalidad de pago”. No explican cuales son esas dificultades, y el dato que hoy revela este medio demuestra, por enésima vez, que no existen.

Por otro lado, como también reveló El Destape, Telecom, controlada por Cablevisión Holding, informó que “la Asamblea General Ordinaria de Accionistas de Telecom Argentina celebrada el 10 de octubre (de 2019) decidió distribuir dividendos por el equivalente de U$S 300 millones, pagaderos en efectivo en dólares estadounidenses”. Repartieron ganancias de 2019 en dólares cash. En Argentina. Trescientos millones de dólares.

Desde el multimedios podrán argumentar que Cablevisión Holding y Grupo Clarín, donde anunciaron el pago de sueldos en cuotas, son empresas separadas, unidades de negocios donde cada una tiene sus propios estados contables. En los papeles, están divididas desde el 1 de mayo de 2017. Pero lo cierto es, por un lado, que esa es la maniobra ante las pérdidas: las ganancias tienen todas la misma terminal. Por otro, que tal como informó este medio, en Grupo Clarín también tuvieron ganancias 8 de los últimos 10 años y que los beneficios antes de ingresos, contabilizados bajo la sigla de EBITDA, fueron positivos siempre.

A Cablevisión Holding lo controlan desde GC Dominio, sin eufemismos. GC Dominio está a su vez controlada desde trusts en Nueva York, que son figuras jurídicas para eludir impuestos. Los trusts llevan las siglas de los accionistas: ELHN es el de Ernestina Laura Herrera de Noble que tiene el 35,55%; HHM el de Héctor Horacio Magnetto que controla el 35,35%; LRP el de Lucio Rafael Pagliaro que tiene el 14,55%; y el último accionista, José Antonio Aranda, lo tiene a través de Aranlú SA. En otro juego de cajas chinas, los mismos accionistas controlan Blue Media que a su vez es la dueña de GS Unidos LLC, radicada en la guarida fiscal de Delaware.

Respecto a este nuevo ingreso para sus accionistas, la nota ante la CNV detalla: “El pago correspondiente se pondrá a disposición de los Señores accionistas a partir del 13 de mayo de 2020, los días hábiles de 10:00 a 15:00 horas, en la Caja de Valores S.A.“.  Y aclara que “los tenedores de Certificados Globales de Depósitos (GDSs) cobrarán los dividendos a través de JP Morgan”, la financiera que, entre otras cosas, provee los servicios de fuga y el lavado de dinero.

Agustín Medina Manson, el responsable de las releciones con el mercado de Cablevisión Holding, aclaró también “la presente distribución no estará sujeta a retención del Impuesto a los Bienes Personales – Acciones y Participaciones”.

Trabajadores en la trinchera del coronavirus 

Poner el cuerpo a la pandemia

Una enfermera, un cajero de supermercado; un encargado de edificio, un agricultor, un policía de seguridad aeroportuaria. Unos en la Ciudad de Buenos Aires, otros en el sur, en Río Negro o en Mendoza. Todos y cada uno de ellos enfrentan los riesgos de salir de sus casas para cumplir con sus trabajos, imprescindibles, para que todo siga funcionando.

Por Patricia Chaina

Juan Alchagüeñe, cajero de súper

“Cuando empezó daba miedo estar en la caja”

“La locura fue en la primera semana. Llegue a contar 180 pagos con tarjeta más las compras de efectivo, que son casi la misma cantidad” ,recuerda Juan Alchagüeñe. Es cajero de Carrefour en la ciudad de General Roca. “Hoy son 50 tarjetas más el efectivo, ronda 100 personas, es lo que un cajero tiene que atender por día”, detalla. Cuenta cómo cambió su rutina laboral desde que se declaró la pandemia en una de las localidades más afectadas, en la provincia de Río Negro. “Acá está complicado, hay personas infectadas y aunque gran parte de los contagios se dieron en Bariloche, no deja de preocupar la situación en Roca”, puntualiza.

–¿Cómo se vivió la situación en el súper ante la emergencia?

–Lo que yo hago es la línea de cajas. Tengo trato directo con el cliente. Y cuando empezó, daba miedo. Ahora nos dieron protección y nos sentimos cuidados. Tenemos elementos para desinfectar todo a medida que pasan los clientes. También guantes y máscaras. Pero al principio no. Después nos enviaron máscaras. Es opcional el barbijo, pero la máscara es obligación. Te cubre hasta la pera.

–¿Cómo es el trato con los clientes?

–El barbijo o tapa bocas es obligación para el cliente y siempre entran de a uno. Al principio fue chocante, nunca me había pasado no tener ganas de estar ahí. La gente salió enloquecida a comprar. Un cajero de 8 horas atendía 200 personas por día. ¿Sabés con el rollito que me llegaba a mi casa? Ahora no. Y los domingos cierra por desinfección. Sirve para descansar un poco la cabeza. Nadie presentó certificado, estamos tranquilos. Nuestro delegado está al pie del cañón. Tratamos de cuidarnos entre todos.

–¿Y cómo es la rutina de las cajas ahora?

–El trabajo ahora es más llevadero. Antes era muy rápido y sin distanciamiento. Ahora se usa el carrito para mantener la distancia. Están haciendo las cosas bien. Porque es difícil. Tocas todo, la mercadería, la plata, las tarjetas, la pistola de escanear. Todo lo lavo con alcohol y le ofrezco al cliente. Entro a las 9 y salgo a las 6, al principio se me hacía difícil y te das cuenta cuando llegás a tu casa.

–¿Qué fue lo que más le costó en este mes?

–Al principio no veía a mi hija. Eso fue lo peor. Porque mi hija Antonia está en su casa, yo salgo de trabajar, me saco la ropa de trabajo y voy a verla. Dejo los zapatos afuera, entro descalzo y a lavarse las manos antes de tocarla. Verla me tranquiliza.


Martín Betancud, agricultor

“La producción del agro no para”

“El agro no puede parar. Pero hay que ser creativos ante crisis como esta. Mi actividad es la fabricación de fertilizantes con productos naturales. Somos dos personas. Pero nos agarró la cuarentena y decidimos armar una cooperativa de distribución de verduras”. El que habla es Martín Betancud desde Mendoza, donde hace tres semanas organiza a productores agropecuarios del gran cinturón verde mendocino en una red solidaria: la Red Respaldar. La asociación se dedica a vender y distribuir bolsones de verduras a comedores o centros comunitarios donde los compra el Estado, y a edificios particulares donde compran los vecinos. “Buscamos ayudar a los productores a vender y seguir produciendo” explica.

–¿En qué lugares trabajan con la Red Respaldar?

–En el Gran Mendoza. Empezamos hace tres semanas y llevamos más de 100.000 mil kilos distribuidos, llegamos a unas 6 mil familias. En cada bolsón hay 10 kilos de verduras. De organizaciones de productores, muchos hacen agroecología, en el cinturón verde de la ciudad de Mendoza, el segundo en importancia del país. Tenemos más de 50 especies de verduras. Mendoza es la principal productora de verduras de hojas del país. Por eso cuando llegói la pandemia vimos que teníamos producción y podíamos sumar la distribución. Cómo subían los precios, vimos una oportunidad de negocios. Hay más de 20 organizaciones y productores sueltos pequeños y medianos, el 70% son agroecológicos. Nos ayuda el Estado, el INTA y la Agricultura Familiar ponen los vehículos. Y arrancamos.

–¿Logran mejores precios para productores y consumidores?

–Trabajamos con comercio justo. Hay 10 kilos de mercadería y está haciendo furor, porque cuesta 300 pesos. Como se han disparado los precios, esto es una gran ayuda. Los comercios están cerrados, les viene bien a todos. Y es directo del productor al consumidor. La intermediación genera el sobreprecio. Es bueno en precio y calidad. Y salimos de las voces que siempre relacionan a Mendoza con el vino. Es el principal producto, pero no el único.

–¿Cómo ve el panorama en el mediano plazo?

–Se va a complicar la siembra porque las semillas valen fortunas, los insumos van a aumentar. Pero veo difícil que el modelo convencional sobreviva. Por eso buscamos abrir la distribución.


Oscar Cardozo, de la Policía de Seguridad Aeroportuaria

“Hubo 3000 personas en un hall”

Desde el 2 de febrero Oscar Cardozo está en Ezeiza al mando de la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria). “Tengo una puntería bárbara”, dice y se ríe al recordarlo. Fue luego de un año en Haití como oficial de Cascos Azules, que como premio la institución le encomienda hacerse cargo de Ezeiza. El nuevo mando llegó investido de un evento por demás singular: la pandemia. Y su trabajo al frente de la PSA lo convirtió en un guardián de la frontera. Allí conviven los vuelos de repatriados argentinos con la logística de quienes vuelven a sus países de origen. Los que alertan protocolos sanitarios con madres que buscan darles una mamadera a sus hijos.

“Al principio no estaba declarado como pandemia y en teoría, en la semana en que me hice cargo, entró el pasajero cero”, recuerda. Aunque nunca habrá certeza sobre eso, si está definido el momento en el que cambian las reglas y se cierran las fronteras. Y a partir de ahí, su trabajo cambió. “Era inédito tener a 3000 personas en un hall, dar asistencia, agua, comida. Coordinar a los repatriados, no había micros. Hoy tenemos mecanismos aceitados”.

–¿Cómo tomaron el cambio en la rutina de trabajo en la fuerza?

–Como una misión importante para la que no estábamos preparados porque no hay en la carrera una materia que sea pandemia de covid-19, pero nos amoldamos. Nos dispusimos para recibir a nuestros compatriotas de la mejor manera. Y en medio además, se activaban los protocolos sanitarios. Llegamos a tener 17 en un día. Pero nos preparamos tempranamente y eso ayudó.

–¿En qué consistió esa preparación?

–En las cosas que hoy son comunes: el saludo, no dar la mano, no compartir el mate. Son 1248 personas en la unidad y hasta el momento no tenemos casos.

–¿Cómo fueron las reacciones de los extranjeros al comienzo?

–Muchos se largaban a llorar, alguna crisis nerviosa. Con mi equipo más cercano y quienes hablamos ingles tratamos de contener. Porque la barrera idiomática es otro tema. Había que explicarles que la frontera se había cerrado mientras ellos estaban en vuelo. Gracias a Dios me acompaña un equipo de gente espectacular. Y un dato: el nivel de ausentismo es el más bajo en la historia de la unidad. Vale un reconocimiento para ellos y sus familias.


Cristian Milano, encargado de edificio

“De ésta salimos entre todos”

“Al principio costó, porque esto es algo nuevo para todos y porque los trabajadores de edificios estaban desconcertados”, dice Cristian Milano, secretario de Organización del Suterh, el Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal. Reflexiona sobre cómo modificó la pandemia el trabajo diario de los encargados de edificios y explica en la entrevista con PáginaI12 cómo vivieron la declaración de emergencia sanitaria?

–Con asombro desde ya. Las primeras consultas fueron por la incertidumbre de la situación. Si debían trabajar o no. Más allá de que se trata de un trabajo donde es central la limpieza y la desinfección, los compañeros estaban asustados con el tema de la pandemia. Cuáles eran los protocolos, qué productos había que usar. Luego se fueron adaptando y entendieron. Los encargados son trabajadores esenciales. Los adultos mayores están recibiendo su colaboración, están con ellos, ayudando a los adultos mayores. A gente de riesgo que no podía salir y salía por que no les quedaba otra. Siempre fue un trabajador solidario con su gente, pero ahora más. Se acercan a ver que necesitan y si necesitan algo los asisten.

–¿Cuáles son las cosas que más demandan o que mas necesitan?

–Desde ir a la farmacia hasta comprar alimentos. En muchos casos les sacan a pasear las mascotas también. Y cuidando que no salgan las personas mayores y las personas de riesgo por el alto grado de contagio del virus. En el mundo consorcial esto es complicado. El trajín diario. En todo el país es más o menos igual. Las dudas son iguales y al principio en algunos consorcios los administradores no entregaban materiales para realizar el trabajo. Para más porque los administradores del consorcio están exentos. Los compañeros están comprando ellos los productos. Y los usan para resguardarse ellos y a las personas que viven en los edificios.

–¿Ustedes cuentan con ayuda estatal, para asistir a los adultos mayores en esta situación?

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–Suterh hizo un convenio con PAMI, de colaboración, de los encargados con el PAMI, porque el PAMI tiene más de 10 mil colaboradores visitando a los jubilados y les cuesta el acceso a las viviendas y dar con las personas. En ese momento activa el encargado de edificio. Al encargado se le va dar un número de teléfono del referente del PAMI de la zona para que lo use en caso de que dentro del edificio se encuentre un jubilado que lo necesita. Llamamos nosotros a los delegados de Suterh y les damos los teléfonos de los referentes de PAMI, según el barrio, así ellos pueden contactarse. Para que el PAMI pueda tener acceso y darles contención a los jubilados. De ésta salimos, entre todos, como dice el Presidente.


Erica González, enfermera

El arte de cuidar a quienes lo necesitan

“Soy franquera, trabajo los sábados, domingos y feriados así que el viernes 1ro de Mayo voy a trabajar”, dice Erica González. Es licenciada en enfermería y trabaja en el Hospital Ramos Mejía. Pero en su recorrido laboral pasó por centros privados, otros de rehabilitación y enfermería domiciliaria. “Todos tiene su gratificación pero en ninguno estamos realmente reconocidos” sostiene. Como ejemplo, explica que por una ley del Gobierno de la Ciudad su profesión no tiene el estatus de profesional sanitarios. Con lo cual “la parte económica queda muy atrás, afecta mucho al sueldo. La ley fue hace 3 años. Estamos en esa lucha” sostiene.

En estos días Erica se prepara para retomar la actividad justo el 1ro de Mayo. “Porque esto no para, el viernes vuelvo a la neo. Porque nuestro servicio se cerró porque hubo personal con covid-19 en el hospital. Terminamos la cuarentena obligatoria, y hoy se reabre”.

–¿Cómo fue el caso en el hospital por lo cual tuvieron que cerrarlo?

–Fuimos el primer caso de contagio de profesional a profesional. Porque había casos en el hospital y no teníamos protección. Al ser asintomáticos no sabíamos quien tenía y quién no. Se cerró y en las noticias y el director dijo que van a dar insumos. Veremos. Porque estamos 12 horas y el barbijo dura 6 horas. Era inevitable que ocurriera. También dicen que Nación había mandado y nosotros ahí, en el campo de batalla, no teníamos. Vamos a ver qué pasa en la segunda vuelta.

–¿Por qué cree que pasó esto?

–Son problemas del hospital público y en zona de gente muy humilde. Viven en la calle. Y es triste querer ayudar y hacer tu trabajo pero no tener elementos. Es una impotencia tremenda. Pero nosotras nos ponemos creativas. Somos las ferreteras artesanas, para armar un respirador conectamos tubos, mangueritas, con una guía de suero, con una zondita, armándolo para que el bebé no muera, para que pueda respirar. Y hay problemas macro, digamos, el sistema. No es ahí solamente. Pasa en muchos lados. Tenemos que ser creativos para ayudar al paciente.

–¿Los médicos ayudan y se comprometen con la situación o se sienten solas?

–Está el médico que dice hay que hacer esto y lo tenemos que hacer nosotras. Y cuando llegan, ya está hecho. Otros son más compañeros. Pero también se les escapa de las manos, es político el problema. Nuestro trabajo como enfermeras es muy amplio. Se trabaja mucho con las familias y con momentos difíciles. Pero no estamos en la situación desesperada que tiene España. Si le toca a la gente de riesgo tiene que caer en buenas manos para que zafe. Ya tuvimos una señora de 79 años que le dieron de alta en el hospital.

*Fuente: Línea Sindical// ANRed // El Destape// Página12// Foto: Germán Romeo Pena

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