Argentina. Covid-19: Fuerte interpelación de una médica del Hospital Tornú: “No quiero más aplausos”

Por Laura Cortés *, Resumen Latinoamericano, 24 abril 2020


La falta de respeto por nuestra integridad y dignidad es inconcebible. Los políticos, ministros, asesores, gremialistas hablan, hablan, hablan. Mientras tanto nosotros, los trabajadores de salud, sufrimos, nos enfermamos, tenemos miedo, empezamos a morir. No quiero más aplausos, no los quiero. Quiero que me respeten, que me cuiden, que me valoren. Carteles, propagandas televisivas y radiales, volantes por doquier. Hablan, opinan, nos señalan, nos culpan. Mientras tanto nosotros, los de la primera línea, empezamos a caer. Para algunos el brote está dominado, la curva aplanada, “estamos ganando”. Para nosotros no hay barbijos, no hay camisolines, no hay máscaras, no hay escenarios seguros de trabajo, no hay test, no hay paz. Para nosotros no hay piedad, somos esclavos desnudos expuestos en la arena de un circo romano. Los políticos, dueños de una verba y una soberbia única hoy se atreven a hacernos responsables de los contagios en nuestra población. Qué triste y pobre papel, que mirada abyecta y miserable.
Dejen de hablarle a la población, acérquense a nosotros, vean en qué condiciones trabajamos, en que soledad y desesperación. Escribo estas líneas y se me oprime el pecho, se me anuda la garganta. Escucho y leo la inmensa desesperación de mis compañeros, veo el miedo en sus rostros, escucho el temblor en sus voces. La señora que limpia, el camillero, las secretarias, los enfermeros, los médicos, nosotros todos deambulando desesperados buscando líderes que tengan lo que tienen que tener los líderes: carácter, templanza, valentía y dignidad para cuidarnos, guiarnos, defendernos.
No necesito, no quiero más aplausos, me enojan. No quiero más comunicados de mi gremio. No quiero más declaraciones ni discursos. No quiero una placa que diga aquí descansa una heroína ni ser veterana de una guerra a la que nos mandaron sin pertrechos, no quiero ver sufrir a mis compañeros de todos los días, no quiero llorarlos. Soy tan simple, tan sencilla que sólo quiero volver a mi casa y abrazar a los míos, sabiendo que lo puedo hacer porque alguien decidió ser digno del cargo que enarbola y se puso a mi lado y me cuidó y se ocupó de darme toda la seguridad posible para que hiciera lo único que sé hacer, lo único que elegí, lo único que amo: ser médica.
Hoy todos estamos en peligro. Si nosotros caemos, nadie va a poder atenderlos, señores políticos, señores gremialistas y será un virus, un insignificante virus, el que haya ganado la triste batalla.”

*Laura Cortés es Médica Hospital Tornú
M.N 70.371

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