Chile. Labor de Inteligencia: Obscena Alianza Régimen-Empresarios sofofos

Por Pablo Jofre Leal, Resumen Latinoamericano*, 18 de enero del 2020.

El régimen chileno, presidido por el empresario Sebastián Piñera vuelve a generar un escándalo de proporciones, al comprobarse la existencia de informes de inteligencia, en el marco de los denominados Big data, cuyo uso involucra a su administración con el multimillonario empresario Andrónico Luksic.

Efectivamente, la empresa española Alto Data Analytics y su trabajo con Quiñenco, la empresa matriz del Grupo Luksic (encargada de las operaciones industriales y financieras) cuyo dueño es el billonario chileno, fue contratada para elaborar un informe de Big Data (1) por el alto ejecutivo de Quiñenco y ex Ministro del Interior y Defensa bajo la primera administración de Sebastián Piñera Echeñique (2010-2014) el reconocido abogado y militante sionista Rodrigo Hinzpeter, que contactó a la empresa española tras recibir, el 25 de julio del año 2019, en las oficinas centrales de la empresa, una carta bomba dirigida a su persona, que significó encargar un estudio que permitiera dar con señales conducentes a los responsables de esa explosiva misiva.

Esta relación entre Hinzpeter y Alto Data Analytics, sumado a la estrecha amistad que une al ex ministro con Sebastián Piñera Echeñique dio paso para que el documento elaborado para Quiñenco fuera ofrecido, como insumo de inteligencia al gobierno, decisión concretada tras reunirse en dependencias de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) a inicio del mes de diciembre del año 2019. Un encuentro que según el medio digital chileno Interferencia reunió a “representantes de las Fuerzas Armadas, del Ministerio del Interior y de la ANI. Pero participaron tres personas más: el entonces subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, el ex ministro de Interior y Defensa y actual miembro de la plana ejecutiva del Grupo Luksic, Rodrigo Hinzpeter, y un representante español de Alto Data Analytics”

El objetivo de dicho encuentro, además de presentar el informe Big data, para eventualmente ser usado por el gobierno o quizás elaborar otro informe, que lógicamente debía abarcar otros tópicos si el gobierno llegaba a contratar a la entidad española, sobre todo considerando los alcances de la revuelta social iniciada el día 18 de octubre y que a la fecha de la reunión en la ANI no tenía visos algunos de concluir. Una explosión incontrolable que sumaba a la destrucción de bienes públicos y privados, estaciones del metro de Santiago, saqueo de negocios, bancos y ataques a comisarías, que han puesto en jaque tanto al gobierno, como también al conjunto de los poderes estatales.

El Informe de Alto Data Analytics sirvió, finalmente, para que novel ministro del Interior,Gonzalo Blumel, militante de un joven partido derechista de la alianza de gobierno: Evópoli, en el hecho político comunicacional más bochornoso de la historia reciente diera a conocer textualmente que el gobierno chileno había tenido acceso, sin mencionar la fuente a “información elaborada con tecnología extraordinariamente sofisticada” y que mostraría la injerencia de países como Venezuela, Cuba e incluso Rusia en la revuelta social. Ello a través del estudio de más de cinco millones de usuarios de redes sociales: seguidores de K Pop – grupos de música popular coreana – futbolistas como Gary Medel y cantantes como Mom Laferte, que originó la risotada nacional frente a tamaña barbaridad.

En el reporte se señala, como influenciadores detrás de las movilizaciones “el canal ruso RT, el venezolano Telesur, dirigentes izquierdistas argentinos y celebridades dentro y fuera de Chile”. Las palabras de Blumel demuestran que se le pidió a la empresa española un informe específico sobre las movilizaciones, que contradice lo sostenido por el gobierno respecto a usar el documento elaborado para Quiñenco, cuestión absurda, pues Alto Data Analytics realizó un trabajo específico en función del envío de la carta bomba a Hinzpeter, antes de los sucesos que tienen a Chile en ascuas. El gobierno debe aclarar este tema, sopena de entrar en un camino que terminará con la salida de altas autoridades de la administración, entre ellos el propio Blumel. Incluso debe aclarar quien pagó este nuevo documento big data y que injerencia tiene Rodrigo Hinzpeter.

España y sus espejitos

Tras más de un mes de interrogantes respecto al nombre de la empresa que elaboró el cuestionado y a estas alturas mediocre informe Big Data, más propio de un curso de iniciación al espionaje en redes de un curso de primaria, que de recopilación seria, que permita avanzar en consolidar una verdadera red de inteligencia que responda las interrogantes del gobierno de Piñera; y como todo se descubre, saltó el nombre de la empresa española Alto Data Analytics fundada el año 2012 en España y que se encarga de “aplicar el big data para el análisis de la opinión pública y elabora informes de inteligencia económica para el sector privado” Una empresa que fue contratada por el gobierno español presidido en su oportunidad por el ex presidente Mariano Rajoy señalando que existía influencias de medios y redes rusas en el debate político”.

Alejandro Romero, fundador de la empresa Alto DataAnalytics en una interesante entrevista concedida al diario de derecha español El país señalaba, respecto a su empresa y el trabajo realizado en torno al tema independentista catalán que “hallamos ciertas anomalías dentro del análisis de la opinión pública. Medios [los rusos RT o Sputnik] con un volúmenes de difusión en redes sociales que llegaron a ser 1,7 veces El País o un volumen muy elevado de autores localizados en países como Venezuela y que difundían “ Mismas conclusiones cuando el cliente fue Quiñenco y el estudio sobre la revuelta social chilena ¿Una especie de corta y pega?

La empresa española ha señalado que su trabajo o al menos su presentación comercial ofrece informes basados en “un software que adquiere información de la esfera pública, entendida de forma muy amplia, no solo redes sociales. Indexamos fuentes adicionales de información, por ejemplo, noticias y comentarios de los lectores, información del BOE, del Senado de EE. UU., bases de datos de Wikipedia… Incluso Dark web, la web oculta, a ciertos sitios donde se filtra información para poder analizarlo”

Seguramente este espejito tecnológico, traído de España, sedujo al nativo Gonzalo Blumel, ministro del interior chileno, influenciado en ello por la Malinche subsecretaría del interior, presidida en ese entonces por el destituido Rodrigo Ubilla, íntimo colaborador de Rodrigo Hinzpeter. Toda una hebra de lobby, destinado a favorecer el intríngulis de inteligencia entre Alto Data Analytics, Quiñenco y “el niño bobo” representado por una administración de gobierno deseoso de buscar culpables frente a una revuelta social, la cual no sabe controlar y menos dar respuesta a las demandas ciudadanas.

Lo gravísimo de esta denuncia respecto al papel cumplido por Rodrigo Hinzpeter y su vínculo político y de inteligencia con el gobierno es que refuerza la convicción, respecto a que este gobierno obedece al lobby empresarial. Ello en materias de qué hacer, cómo avanzar y que se debe ceder o no frente a las demandas sociales. Que nada se hará en función de cambiar la constitución, reformar el sistema de pensiones, cambiar el modelo educativo y sanitario chileno. Un gobierno sometido a la dinámica de defender un modelo político y económico excluyente y que sólo favorece a estos empresarios dispuestos a apuntalar a un gobierno con pies de barro.

No es casual que el propio Andrónico Luksic – considerado uno de los hombres más ricos del mundo según el ranking Forbes con una fortuna estimada en 13.700 millones de dólares – sea el que marque ciertas pautas de comportamiento empresarial con relación al salario mínimo a pagar o pedir responsabilidad al mundo político. No es fortuito que su banco haya estado involucrado en el tráfico de influencias, que significó la baja de popularidad en los últimos meses de la administración de la ex presidenta Michelle Bachelet. No es azaroso, que la sombra de Lucsik se expanda por el conjunto de la sociedad chilena. No resulta extraño ese afán de Luksic de tratar de dominar la escena política nacional ahora incursionando en el fangoso mundo de la inteligencia.

En lo específico, Alto Data Analytics es una empresa española vinculada a empresas de dueños sionistas como es el caso de Sumner Redstone dueño de Viacom y sus empresas asociadas, que suelen extender sus tentáculos a Latinoamérica. Como también Vodafone, empresa denunciada por Edward Snowden a través de Wikileaks, de colaborar con agencias de inteligencia occidentales dando acceso a llamadas telefónicas, correos electrónicos y entradas a páginas de Facebook. Los ex empleos del español Alejandro Romero y sus vínculos con el sionismo chileno sirvieron para que su contrato con Rodrigo Hinzpeter fue crucial.

Un Rodrigo Hinzpeter, declarado sionista, del cual se afirma realizó su servicio militar no en Chile, como correspondía, sino que en los territorios ocupados palestinos al servicio del ejército ocupante israelí. Cercano al American Jewisch Committe (Comité Judío Americano), poderoso grupo de influencia en Estados Unidos y América Latina. Se le considera un hombre ancla en materia vincular a empresas israelíes en Chile en materias tan diversas como seguridad, tecnología militar, venta de armamentos, como también en temas acuíferos.

Hinzpeter, junto al ex ministro de defensa Andrés Allamand generaron una estrecha alianza con empresas de armas israelíes, que han sido implicadas en el llamado caso de las facturas duplicadas, que implican el desfalco al Estado chileno de 250 millones de dólares, que podrían verse incrementadas al calor de la investigación que se está llevando a cabo y que ha mostrado la enorme corrupción al interior del Ejército chileno. Facturas duplicadas en la contabilidad del Ejército, asociadas a operaciones de venta de armas y sistemas bélicos realizadas a través la maestranza castrense, FAMAE, y empresas extranjeras como la israelí Rafael Advance Defense Systems y ElbitSystem.

Las empresas israelíes relacionadas a big data son numerosas, incluso contando con ex altos militares en su plana ejecutiva, como es el caso del ex comandante en jefe del ejército ocupante israelí y ex candidato a Primer Ministro Benny Gantz, quien preside la firma de big data Fifth Dimension destinada a prevenir ataques terroristas. Por todo lo señalado, no resultaría extraño ver a Hinzpeter nuevamente vinculado a un escándalo político de proporciones, que relaciona a grupos económicos como el de Andrónico Luksic con el gobierno de Sebastián Piñera y a las empresas nacionales con israelíes, con todo el daño que ello implica, para una democracia representativa escuálida, desprestigiada y que se tambalea. Nada bueno puede salir, cuando la delicada labor de inteligencia de un país vincula al gobierno, con aquellos que detentan las más grandes fortunas y personajes vinculados al lobby sionista.

Exclusivo:

Polémico informe de Big Data habría sido entregado al régimen por Andrónico Luksic

Víctor Herrero A./escritor, periodista/Barómetro Latinoamericano/ADDHEE.ONG:

Hace dos semanas La Tercera reveló que la empresa española Alto Data Analytics había elaborado ese reporte. Pero ¿quién lo mandató? El informe fue elaborado para Quiñenco y Rodrigo Hinzpeter traspasó la información al régimen, según pudo establecer nuestro medio.

El jueves 19 de diciembre el ministro del Interior Gonzalo Blumel, militante de Evópoli, anunció a la prensa y al país que el régimen le había entregado al Ministerio Público un informe de más de 100 páginas elaborado con tecnología «extraordinariamente sofisticada», que había monitoreado de cerca el comportamiento de casi cinco millones de usuarios de redes sociales desde el estallido social que se inició el 18 de octubre, que podría explicar en parte la supuesta intervención extranjera en la crisis chilena.

Al poco andar, la fiscalía dijo que no se trataba de información de inteligencia, sino que de un mero recopilado. Y pronto comenzaron a trascender algunos aspectos del informe que lo convirtieron en un ridículo público: que la supuesta intervención exterior, que el Presidente Piñera Echeñique ha culpado desde el principio, se debía a influencia del K-Pop coreano, entre otras cosas.

Durante varios días nadie, ni en el régimen ni en el mundo privado de las comunicaciones, quiso hacerse cargo de ese reporte. Pero el lunes 30 de diciembre La Tercera reveló la empresa que había entregado la información al gobierno: la agencia española Alto Data Analytics.

Sin embargo, ni ese diario ni otros medios se preguntaron por qué una agencia española entregaría información al régimen, toda vez que no es oficialmente un proveedor del Estado de Chile.

Entonces, ¿cómo llegó ese informe al régimen?

La mano de Andrónico Luksic

El lunes 2 de diciembre se realizó una reunión especial en las dependencias de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) en la calle Tenderini Nº 115. En una mesa dispuesta en forma de «U», se reunieron representantes de las Fuerzas Armadas, del Ministerio del Interior y de la ANI. Pero participaron tres personas más: el entonces subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, el ex ministro de Interior y Defensa y actual miembro de la plana ejecutiva del Grupo Luksic, Rodrigo Hinzpeter, y un representante español de Alto Data Analytics.

¿El objetivo? Exponer las principales conclusiones del informe de Big Data de esa empresa.

Al día siguiente, el martes 3 de diciembre, se volvieron a reunir en el mismo lugar las mismas personas.

Lo que hasta ahora no se sabía era que ese informe de Big Data había sido elaborado originalmente para el Grupo Luksic, que desde mediados del año pasado tiene contratado los servicios de esa empresa.

El reporte elaborado por Big Data Analytics, con sede corporativa en Madrid, le pareció lo suficientemente seria a la plana mayor de Quiñenco, como para entregársela al régimen, tarea que habría recaído precisamente en Rodrigo Hinzpeter, ex ministro del Interior y de Defensa durante el primer régimen de Sebastián Piñera Echeñique.

Quien recogió el guante en La Moneda fue Rodrigo Ubilla, entonces subsecretario del Interior, que en el primer régimen de Piñera Echeñique trabajó bajos las órdenes del propio Hinzpeter.

INTERFERENCIA intentó contactarse con Ubilla, pero tanto su abogado en el caso de las tierras mapuche como otros cercanos aseguraron que se encuentra fuera del país sin posibilidad de responder.

Nuestro medio también se contactó con el ministerio de Defensa –señalado originalmente como parte de la operación del informe de Big Data– pero funcionarios de esa repartición negaron vehementemente tener algo que ver con ese informe o saber de dónde provenía.

Nuestro medio también se contactó con Quiñenco, empresa matriz del Grupo Luksic, para confirmar o descartar que el informe original de Big Data provenía desde las filas de esa empresa.

Consultada anoche la empresa respecto de este tema, INTERFERENCIA obtuvo la siguiente respuesta:

«Quiñenco recibe insumos de diversos proveedores sobre los diferentes mercados y entornos en los que desarrolla sus actividades. A partir de los hechos del 25 de julio (envío de una bomba a nuestras oficinas), se contrataron servicios de Alto Analytics, una empresa internacional con amplia trayectoria y prestigio a nivel mundial. Ignoramos si dicha empresa presta servicios al Estado de Chile».

Nuestro medio revisó los proveedores registrados en Mercado Público, y esa empresa no figura en sus registros.

Respecto a la segunda pregunta que nuestro medio le hizo a Quiñenco, los voceros de la empresa de Luksic decidieron guardar silencio.

INTERFERENCIA le hizo la siguiente pregunta a un funcionario de Quiñenco a través de whatsapp: «Se comenta que el informe de Big Data llegó a Quiñenco como parte de los servicios [de la empresa española y que la compañía, en concreto Rodrigo Hinzpeter, habría estimado necesario que el régimen conociera esa información».

No hubo respuesta.

Después nuestro medio insistió: «Te lo pongo de la siguiente manera: ¿puedes descartar de manera verídica que Rodrigo Hinzpeter no participó de esas dos reuniones el 2 y 3 de diciembre en calle Tenderini? O simplemente dejo constancia que respecto al segundo punto no hubo respuesta ni positiva ni negativa de parte de Quiñenco?».

La respuesta fue clara. Sólo responderían a la primera pregunta, que efectivamente la compañía cuenta con los servicios de Alto Data Analytics. Pero no quisieron confirmar ni desmentir que uno de sus altos ejecutivos, Rodrigo Hinzpeter, había traspasado la información del polémico informe al régimen.

Lo subrayado es nuestro.

(*) Escritor, periodista, analista internacional/Barómetro Internacional/ADDHEE.ONG:

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