Bolivia. ¡PROHIBIDO PENSAR!

Por Camilo Katari, Resumen Latinoamericano 3 de diciembre de 2020

Foto de portada: Augusto Pinochet y Hugo Banzer (dictador boliviano)

Como en los días negros de la dictadura militar (1971 – 1978 y 1980 – 1982) pensar y opinar está prohibido en Bolivia.

Las detenciones de jóvenes activistas por la democracia, que ha sido ordenada por el gobierno de facto, es la demostración inequívoca del totalitarismo instalada en la casa de gobierno.

El discurso de la “recuperación de la democracia” ha quedado en el basurero junto a todas las garantías ciudadanas que prevé la Constitución.

Ya no quedan argumentos para disfrazar un golpe sangriento, que ahora se dedica a la persecución política ¿Es este un gobierno de transición? Y la respuesta es un rotundo ¡NO!

El Congreso está en la obligación de recordar las limitadas funciones que tiene un gobierno transitorio, y de una vez las interpelaciones, deben ser efectivas para que el gobierno defina que entiende por “sedición, subversión y terrorismo”, estas palabras se han convertido en mágicas para suspender los derechos y realizar detenciones ilegales.

La actividad política, ha sido proscrita y solamente tienen cabida los grupos neofascistas que siguen operando en su objetivo de sembrar el terror, son pues los hijos de los paramilitares de los años del terror.

El Parlamento tiene otra tarea y es la de interpelar al Ministro de Defensa para que aclare las componendas realizadas, y los responsables militares del Golpe.

Ya se tienen declaraciones públicas al respecto y es obligación desentrañar los entretelones del quiebre constitucional que ocurrió el 12 de noviembre.

Bolivia no vive tiempos de paz, nos encontramos en una guerra interna dirigida desde el mismo palacio de gobierno y operado a través de los grupos paramilitares que se encargan de realizar tareas de inteligencia y luego, a través de las redes sociales proceder al señalamiento de “sediciosos” o “subversivas” que deben ser detenidos. Se práctica el linchamiento mediático como instrumento de terror psicológico.

Las tácticas de terrorismo psicológico, tienen como objetivo debilitar toda la energía que tiene la resistencia popular, se trata de anular los intentos de rearticulación política de la izquierda boliviana, para que el “frente único” al mando de la misma presidenta sea ganadora en las próximas elecciones, que ya se ve no serán libres ni transparentes.

La autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, le estrecha la mano al nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del país.

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