Haití visto desde Argentina: La importancia de “una gran insurrección anti-neoliberal que se ha puesto en marcha”

 

Resumen Latinoamericano, 16 marzo 2019

Haití y su difícil realidad producto de las continuas agresiones y devastación económica producidas por el imperialismo occidental, fue el tema centra de una imperdible conferencia que se realizó esta semana en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC), en la ciudad de Buenos Aires.
Convocados a opinar y testimoniar de la realidad del país caribeño estrechamente vinculado a la africanidad, se sentaron a la mesa el historiador Juan Francisco Martínez Perla (del CCC), Henry Boisrolin, del Comité Democrático Haitiano y Lautaro Rivara, de Alba Movimientos e integrante de la Brigada Dessalines, que la Vía Campesina y Alba Movimientos mantienen desde hace tiempo en la nación haitiana. Como coordinador de la charla y aportando también su conocimiento sobre el tema y el encuadre continental , el sociólogo y director del Instituto Tricontinental, José Seoane, abrió el fuego señalando la lamentable invisibilidad que tiene la problemática haitiana, un hecho que no se da por casualidad sino que responde a castigar por siglos al primer país que se independizó (en 1804) en Latinoamérica y el Caribe, y que además lo hizo a través de una Revolución negra y antiesclavista.

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Luego, Martínez Perla insistió desde el mismo ángulo y mencionó al historiador chileno Francisco Bilbao, quien comparaba la poca visibilización de Haití con la rentabilidad que ha tenido la Revolución francesa. El historiador argentino coincide con Bilbao en que siempre hubo una mirada eurocéntrica, colonial y afrancesada sobre temas como el de Haití. Por otro lado, aportó que nunca se interpretó la revolución haitiana como tal sino como una “guerra de razas”, cuando en realidad fue un acto liberador de envergadura de carácter político, social y también cultural, incluyendo una temprana “batalla de ideas”. Lamentablemente, dijo Martínez Perla, muy pronto apareció el neocolonialismo económico, que fue “el huevo de la serpiente”, de ese proceso. Finalmente, se manifestó partidario de calificar a Haití como “una revolución inconclusa”.

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Historiador Martínez Perla

Henry Boisrolin, militante revolucionario haitiano, señaló que hay un dicho que se repite sosteniendo que Haití es un país pobre, cuando en realidad lo que hay que decir es que es un país empobrecido por los constantes ataques, invasiones y políticas coloniales practicados sobre “nuestro territorio desde muy poco tiempo después en que decidimos liberarnos”. Un país con mano de obra barata para las empresas imperiales tanto de EE.UU. como europeas.
También sostuvo que entre los explotados y pauperizados pobladores de Haití hay contradicciones y proyectos diferentes, lo mismo que se dio antes entre los esclavos criollos y los recién llegados.
Boisrolin se negó a que se vea a su pueblo como víctimas solamente, “el victimismo aplasta la rebelión”, dijo y advirtió que “no necesitamos ninguna ayuda humanitaria y sí mucha práctica de internacionalismo revolucionario”. En ese mismo marco tuvo palabras emocionadas hacia el papel que jugó en los comienzos de la historia rebelde haitiana el patriota Jean Jacques Dessalines, quien tenía claro que uno de los temas centrales era el de la tierra y proponía una repartición igualitaria. “Por eso es que lo asesinaron el 17 de octubre de 1806 y a partir de esa fecha todo vino mal para el pueblo. “Sin duda, fue el comienzo del fracaso de la Revolución”.
Para Boisrolin, un aspecto que se toca muy poco es la gran influencia que el vudú, como religión, ha influido en la cultura e idiosincracia haitiana.

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Henry Boisrolin, del Comité Democrático Haitiano

En lo que hace al presente, el dirigente haitiano enfatizó que se vive un momento de explosión popular al que “ya no tienen formas de ponerle parches”. Claro que el neocolonialismo siempre busca atajos, con, por ejemplo, elecciones fraudulentas donde votan muy pocos y se eligen presidentes que solo representan al imperio y no al pueblo. “Mi gente se siente humillada y se ha levantado con el coraje que da la lucha por una nueva independencia”, concluyó.
Lautaro Rivara, militante internacionalista, explicó que el Caribe es un lugar también incivilizado adrede, ya que significa un territorio geoestratégico para la voracidad imperial. Rivara criticó enfáticamente el papel que juegan las decenas de miles de ONGs (40 mil) que hay en Haití, la mayoría de ellas tratando de cooptar a pobladores y actuando como “apaga fuegos” de rebeldía. “Su lógica de trabajo pasa por descomponer los grandes problemas de un país en miles de problemas locales. Cumplen así con una estrategia de penetración”, aportó.

Lautaro Rivara

Lautaro Rivara, de la Brigada internacionalista Dessalines

Señaló que todas estas incursiones oenegistas obedecen a un plan de dominación permanente, que además se sostuvo en el pasado reciente con el aporte represivo de la Minustah (soldados enviados por la ONU) que fue a “pacificar” y lo que generó es miles de muertos por represión y por diseminar el cólera en el país. “Lamentablemente entre esos uniformados, comandados por Brasil, participaban cientos de latinoamericanos enviados muy equivocadamente por gobiernos progresistas”, dijo.
Actualmente, dijo Rivara, hay un proceso de rebelión masiva, pueblo en la calle con continuidad, y exigencia de que el presidente Jovenal Moise se vaya. Moise, como sus antecesores en el cargo, está acusado de grandes actos de corrupción ,en este caso vinculado a haber desviado para el peculio de la mafia gobernante millones de dólares que solidariamente Venezuela aportó al país a través de Petrocaribe. Rivara insistió en que es falso de toda falsedad que el pueblo le eche la culpa a Venezuela, sino que tiene claro que son sus gobernantes los culpables de este gigantesco robo. “El pueblo adora a Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana, defiende a Maduro y repudia la intervención yanqui”, apuntó.
Calificó a lo que ocurre ahora en las calles como una “gran insurrección anti neoliberal. La protesta no ha concluido, es como una ola que sube y baja, pero el pueblo sabe que va por todo y no solo por un cambio de un presidente. Coincidiendo con Boisrolin, señaló como déficit que aún no hay una unidad política consolidada, pero ambos manifestaron que en eso se está trabajando y que tarde o temprano habrá de cuajar, “por el bien de Haití y en homenaje a tanta lucha de su pueblo”.

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