Las confesiones de García Palomo y la agenda mercenaria contra Venezuela

Resumen Latinoamericano / 7 de diciembre de 2018 / Misión Verdad

“El mundo apoyaría a las Fuerzas Armadas en Venezuela si deciden proteger a su gente y restaurar la democracia eliminando a un dictador”, escribió el senador Marco Rubio el 9 de febrero de 2018.

Ocho días antes, el ex secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, había sugerido en la Universidad de Austin, Texas, que los militares venezolanos podrían hacerse cargo de la situación en el país.

“En la historia de Venezuela y, de hecho, en la historia de otros países de América Latina y América del Sur, muchas veces los militares son los que se encargan de eso. Cuando las cosas están muy mal y los líderes militares se dan cuenta de que ya no pueden servir al pueblo, ellos se encargan de una transición pacífica”, afirmó relajado Tillerson un día antes de comenzar su gira por América Latina.

Luego, una vez más, Estados Unidos desmintió conocer la existencia de un plan militar para derrocar al presidente Nicolás Maduro justamente en el contexto de la desarticulación de la célula armada de Óscar Pérez, inspirada en motivos políticos y religiosos evangélicos, y respaldadas por voceros antichavistas desde Miami y Florida.

El llamado a un nuevo golpe de Estado

Este martes, nuevamente, Bloomberg publicó un reportaje donde el ex coronel Oswaldo García Palomo afirma buscar el apoyo de “gobiernos amigos” para un nuevo plan golpista contra el presidente Maduro. Desde el fallido magnicidio, Miraflores había alertado que García Palomo continuaba con sus planes insurrecionales después de haber participado de la llamada “Operación Constitución” y el intento de asesinar al presidente con drones con explosivos en agosto de este año.

“Nuestros colegas en Venezuela deben saber que estamos trabajando todos los días para unir fuerzas internacionales y nacionales, y eliminar al gobierno mediante el uso de armas para que el país no siga sangrando y muriendo”, dijo a Bloomberg este ex coronel que plantea como objetivo ideal de su grupo instalar una junta de transición con cabeza civil para eventualmente convocar a elecciones de la misma forma que en febrero Tillerson lo había marcado públicamente. Sobre esto, García Palomo reconoció tener contactos con líderes opositores y una línea de consulta sobre próximos planes.

Según el reportaje firmado por Andy Rosati y Ezra Fieser, el ex miembro de la Guardia Nacional Bolivariana decidió elevar su perfil para agitar la opinión pública ante lo que considera como “una banda criminal, no un gobierno”. En un video reciente, García Palomo insta a los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a “asumir su responsabilidad su familia, dios, la ley, su país y el resto del mundo”, repitiendo la misma diatriba política religiosa que el ex piloto Óscar Pérez utilizó para llamar al derrocamiento de Maduro.

Por otro lado, el ex coronel no negó que sea el enlace de los grupos disidentes en Venezuela con los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, como denunció el presidente el pasado mes de agosto en una conferencia de prensa acerca de las conexiones internacionales de los involucrados con el fallido magnicidio. El propio ex coronel afirmó, incluso, que trabaja para que “gobiernos amigos” ayuden a los golpistas a concretar sus planes.

Viejas y nuevas conspiraciones con conexiones internacionales

García Palomo reconoció que la denominada “Operación Constitución” falló porque su grupo fue “infiltrado” por los organismos de seguridad del Estado que se anticiparon a la insurrección militar. Esta operación consistía en sitiar Caracas, apoderarse de instalaciones militares y logísticas claves, como aeropuertos, bases y ministerios públicos, y capturar a Maduro, junto con altos mandos del directorio cívico-militar, para que sean juzgados internacionalmente en las vísperas de las elecciones presidenciales del 20 de mayo.

Según un reportaje de Bloomberg, posterior al fallido magnicidio, el grupo de García Palomo incluso se reunió en Colombia con la célula que intentó asesinar al presidente Maduro con dos drones. Aunque el ex coronel lo niega, las investigaciones de los organismos de seguridad del Estado sostienen que también estuvo involucrado en este fallido plan.

Luego de este intento de asesinato, Maduro expresó en una conferencia de prensa en agosto que García Palomo aún estaba “tratando de reclutar soldados para sus aventuras criminales y fascistas” viajando por varios países de la región. De acuerdo al reportaje, el ex coronel, incluso, atravesó la frontera entre Colombia y Venezuela para participar en la primera de las operaciones, al igual que su familia que se fue del país con la ayuda del gobierno del ex presidente Juan Manuel Santos.

El papel de Colombia, junto con Estados Unidos, además de reconocido, es por demás evidente dado que García Palomo organizó gran parte de sus planes golpistas desde el país vecino luego de que se convirtiera en prófugo de la justicia por su participación en el ataque armado al Fuerte Paramacay, Valencia, realizado por un grupo de ex militares relacionados con el ex capitán Juan Carlos Caguaripano y Óscar Pérez, ex inspector del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.

La Florida, los grupos irregulares y las denuncias de Venezuela

Desde finales de las guarimbas en 2017, se hace cada vez más evidente la puesta en el centro de la escena de células armadas paramilitares e irregulares que pretenden asumir el papel de vanguardia en el conflicto contra el Estado venezolano. Las declaraciones de García Palomo, junto con la desarticulación del grupo de Óscar Pérez, muestran que estas células se encuentran integradas por militares, policías, delincuentes comunes y miembros de la denominada “Resistencia”, entre los que se pregona un discurso fundamentalista en lo político y lo religioso de una forma similar a otras organizaciones terroristas a nivel mundial que son empleadas para atacar a Estados que adversan a Estados Unidos. Piense en los “rebeldes” sirios o libios, antes de formar parte del Daesh.

Los constantes llamados de Marco Rubio a un golpe militar, como el apoyo de estos planes por parte de la Casa Blanca, también evidencia el papel fundamental que juega la Florida como base financiera, política y operativa de estos grupos, que según se sabe han recibido dinero de grupos de antichavistas en el exilio para desarrollar sus operaciones en el país, sobre todo desde el rotundo fracaso del golpe de color en 2017.

El gobierno venezolano en reiteradas oportunidades denunció además que estos grupos cuentan con el respaldo, principalmente, de Colombia y Estados Unidos, incluso, protegiendo a García Palomo para que continúe buscando mayores adhesiones a sus planes para descarrillar el hilo constitucional en Venezuela. Sin embargo, de cara a la asunción del nuevo mandato de Maduro, destaca la evidente cartelización que existe entre estos grupos y las distintas fracciones antichavistas en confluir en una mal llamada “Junta de Transición” que luego de un golpe convoque a nuevas elecciones.

Por eso, la elevación del perfil público de García Palomo en un medio financiero como Bloomberg es más que claro que busca proyectar la percepción de que se acerca un inminente desenlace devenido de un nuevo intento golpista. Lo que por manido y repetido no deja de ser peligroso en el actual contexto venezolano, donde la vía de la fuerza parece ser la única alternativa que le ha quedado a los factores adversos del país para hacerse de un Estado que se les hace difícil de reconquistar desde 1998.

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